Negociación Franco-Libia Puede Echar Abajo Plan Militar de la OTAN

Kadafi, junto con los representantes de Rusia, China, Francia y la Unión Africana intentan imponer una salida negociada del conflicto mientras EEUU y sus aliados de la OTAN proponen como condición a un alto el fuego, la renuncia del presidente y la división del crudo libio entre el régimen y los sediciosos, colocando a Libia en una virtual «balcanización petrolera».

Por Manuel Freytas

A tres meses y medio de la intervención militar, con Libia sometida a un brutal bloqueo económico y aislamiento internacional, con distintas hipótesis sobre una catástrofe humanitaria, Kadafi sigue contraatacando y acorralando a las fuerzas sediciosas no obstante al apoyo aéreo que reciben de las fuerzas de la OTAN que bombardean noche día a blancos situados incluso en zonas residenciales con población civil, principalmente en la capital, Trípoli.

Finalmente el «peor escenario» comenzó a configurarse para EEUU y la coalición imperial que tras 16 días de feroces e ininterrumpidos bombardeos «humanitarios» no pudo doblegar la resistencia del líder libio que, con sus tropas (aún debilitadas) sigue sometiendo a un cerco de fuego intenso a los «rebeldes» entrenados y armados por la CIA y los servicios británicos.

En este marco, Kadafi, junto con los representantes de Rusia, China y Francia y la Unión Africana, intentan imponer una salida negociada del conflicto, mientras EEUU y sus aliados de la OTAN proponen, como condición a un alto el fuego, la renuncia del líder libio y la división del crudo libio entre el régimen y los sediciosos, colocando a Libia en una virtual «balcanización petrolera».

Mientras aumenta la presión internacional sobre la Casa Blanca y la OTAN para que cesen los bombardeos, se discuten diversas propuestas dentro de la Unión Africana, y las embajadas rusa y china, e incluso entre las potencias ?rebeladas» de la OTAN y representantes del gobierno libio en Trípoli.

Desde el inicio de la operación de la OTAN, el 31 de marzo, la alianza realizó casi 15.000 vuelos, incluyendo cerca de 6.000 misiones de bombardeo, según la oficina de prensa de la OTAN en Nápoles.

Francia, un miembro relevante de la OTAN, ya comenzó a dar señales de que está dispuesta a buscar una solución diplomática al conflicto en Libia, ante el estancamiento de la intervención militar que promovió junto con EEUUU y Reino Unido contra las fuerzas de Muamar Kadafi.

«El gobierno francés pasó de una posición radical de que (Kadafi) debe partir definitivamente y sin demoras a (admitir la posibilidad de) una negociación que lo marginalizaría a él y su familia», le dijo a la cadena BBC Jean-François Daguzan, experto de la Fundación para la Investigación Estratégica, un centro de análisis con sede en París, la capital francesa.

Francia fue uno de los principales promotores de la intervención militar extranjera en Libia y el primer país que lanzó bombas en marzo contra las fuerzas de Kadafi, con la esperanza de que dejara el poder por la fuerza.

«Pensábamos que iba a ser una cosa rápida y que, ya sea militarmente o por la fuerza de los sediciosos, el coronel Kadafi abandonaría la escena», le explicó Daguzan a la BBC.

Francia afirmó el martes que una solución política «empieza a tomar forma» en Libia, cuando están a punto de cumplirse cuatro meses desde el inicio de una operación militar internacional impulsada por Francia y Gran Bretaña.

«Una solución política en Libia es más que nunca indispensable y empieza a tomar forma», sostuvo el primer ministro francés, François Fillon, ante la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) al inicio de un debate sobre la continuidad de la intervención militar internacional en Libia.

Pese a insistir en que Kadafi debe renunciar al poder, como reclaman otros miembros de la OTAN, el gobierno de Nicolas Sarkozy resaltó en las últimas horas la posibilidad de una negociación.

A los comentarios del ministro rancés de Defensa, Gerard Longuet el domingo, se sumó una declaración del canciller francés, Alain Juppé, aceptando el martes que «efectivamente hay contactos» con el régimen libio para una negociación con Kadafi.

El canciller francés habló incluso de condiciones para un cese el fuego, que incluirían «una declaración, bajo una forma a determinar, de Kadafi anunciando que se retira del poder político y militar».

También señaló como necesario que Naciones Unidas puedan monitorear el terreno en Libia y que las tropas de Kadafi se replieguen a los cuarteles.

La posición francesa contrasta con aliados como el Reino Unido y EEUU que siguen prestando asesoramiento militar y armas a los rebeldes libios.

El primer ministro libio Baghdadi al-Mahmoudi declaró el martes en el diario francés Le Figaro, que Kadafi podría estar al margen de las discusiones «sin precondiciones», pero descartó conversar mientras sigan los bombardeos.

Saif al-Islam, hijo de Kadafi, le aseguró esta semana al diario argelino El-Khabar que se estaban llevando a cabo negociaciones «con Francia y no con los rebeldes».

Según Baghdadi al Mahmudi, primer ministro de Kadafi, las discusiones podrían llevarse a cabo sin la participación del dirigente libio. «Estamos dispuestos a negociar sin condiciones», dijo en una entrevista con el diario Le Figaro.

«El diálogo debe tener lugar con todas las partes, con miras a instalar un nuevo sistema político. El guía no intervendrá en esas discusiones», añadió. Baghdadi al Mahmudi, es el primer responsable del régimen en hablar abiertamente de dejar de lado a Kadafi, algo que rechaza con regularidad Saif al-Islam Kadafi, el hijo del dirigente libio.

Sin embargo, el canciller Juppé sostuvo que «el régimen libio envía mensajeros a todos lados: a Turquía, a Nueva York, a París».

El cambio de la estrategia francesa respecto a Kadafi podría entrañar un nuevo peligro para la unidad de la OTAN, que hasta ahora oficialmente ha descartado la posibilidad de negociaciones mientras que el coronel libio siga en el poder.

Junto con EEUUU, Francia y Reino Unido fueron hasta ahora dos pilares clave de la intervención militar extranjera en Libia, mientras que Italia reclamó, a fines de junio, suspender los ataques de la OTAN y permitir la ayuda humanitaria en el país.

El presidente estadounidense Barack Obama le indicó el lunes a su par ruso, Dimitri Medvedev, que solo apoyaría negociaciones llevadas adelante por Moscú sobre Libia, siempre y cuando Kadafi deje el poder, indicó la Casa Blanca.

Rusia -que se abstuvo junto a China en la votación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU -que habilitó la intervención militar extranjera en Libia- es uno de los actores que en los últimos días han buscado poner fin al conflicto.

La Unión Africana, China, Egipto y un enviado de la ONU también han entablado contactos con el régimen libio.

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé, reiteró el martes que las condiciones para un cese de los ataques son «el regreso de las tropas (leales a Kadafi) a los cuarteles, un control de Naciones Unidas y una declaración de Kadafi, en una forma que queda por determinar, anunciando que se retira del poder político y militar».

Después de tres meses y medio de bombardeos de los aviones de la OTAN, Kadafi logró mantenerse y controla sólidamente sus principales feudos, entre ellos la capital, Trípoli.

En este escenario se manejan tres hipótesis para un desenlace del conflicto militar libio:

1- Derrocamiento, renuncia o eliminación física de Kadafi

2- Kadafi negocia su renuncia y el exilio con las potencias europeas.

3- Balcanización petrolera de Libia (2 zonas, una controla Kadafi, otra controla EEUU y la UE).

En la medida que avanzan los días, y Kadafi sigue en el poder, las contradicciones se agudizan en el campo de las potencias centrales, que no consiguen unificar un criterio común para abordar una situación alternativa.

En este escenario, y ante la inacción de las potencias imperiales, el lider libio avanzó en dirección a propuestas de «salidas negociadas» del conflicto que está asesinando a la población civil y destruyendo la infraestructura libia.

La «balcanización» petrolera

Probadamente, el objetivo central de la operación imperial que hoy está destruyendo Libia y asesinando en masa a su población, está determinada por el petróleo y el control geopolítico y militar de las regiones petroleras (mayoritariamente situadas en países árabes o islámicos) en manos de regímenes no dóciles a las potencias centrales.

Dentro de este escenario central, EEUU y la UE desarrollan estrategias diferenciales y confrontan en una guerra encubierta por el control de las reservas, las rutas y los oleoductos en Eurasia, Medio Oriente y África.

Si bien ahora EEUU y las potencias de la Unión Europea están «formalmente» juntos en la invasión a Libia, el cuadro de situación tenderá a modificarse por las contradicciones y las disputas que empiezan a surgir por el control del petróleo libio en la medida que se aproxima el desenlace militar.

El objetivo, tanto para EEUU como para las potencias centrales de la UE, es controlar la comercialización y las reservas de petróleo de Libia, terminar con la National Oil Corporation (NOC) de Kadafi, privatizando la industria y la riqueza petrolera de Libia.

La NOC, controlada por el gobierno de Kadafi, figura en el puesto 25 entre las grandes corporaciones petroleras del planeta, según estimaciones de fuentes occidentales.

Washington busca que, como en Irak, los grandes beneficiarios del apoderamiento de Libia sean Wall Street, los gigantes petroleros anglo-estadounidenses, además de las armamentistas y empresas de servicios del Complejo Militar Industrial del Pentágono.

Como sucedió con el régimen de Saddam Hussein en Irak, al «botín de guerra» petrolero se suman los activos financieros libios depositados en bancos extranjeros. Miles de millones de dólares que serán confiscados por los invasores USA-europeos.

En su diseño original, la operación militar presionada por EEUU en la ONU busca la hegemonía norteamericana en el Norte de África, una región que históricamente fue dominada por Francia y, seguida en influencia por Italia y España.

Los golpes encubiertos de la CIA (disfrazados de «revueltas populares», en las regiones petroleras africanas intenta eliminar la influencia de potencias de la Unión Europea, como Francia, e instalar regímenes políticos «democráticos» ultra dependientes de Washington. Ese es el objetivo central.

La estrategia global de EEUU en el Norte de África rediseña una geopolítica de apoderamiento de toda la región, consolidada en el plano militar por el comando del AFRICOM. Este despliegue afecta los intereses de China y busca terminar con la influencia de la Unión Europea en el norte africano, incluida Libia.

Y hay un dato insoslayable a la hora de proyectar el futuro de Libia. La Unión Europea es ultradpendiente del flujo del petróleo libio. El 85% del crudo de ese país, antes de la operación militar internacional contra Kadafi, se importaba hacia las potencias centrales europeas. Además, el gas libio se trasnporta a través del gasoducto Greenstream que atraviesa el Mediterráneo.

Este es el punto donde los intereses estratégicos de Washington y la Unión Europa, socios habituales en la depredación capitalista del planeta, chocan en Libia. Tras la operación militar, y más allá del resultado, los socios imperiales intentarán aplicar su propia agenda de apoderamiento del petróleo libio.

Este, en síntesis, es el elemento central (la lucha intercapitalista por el petróleo) que va definir el desenlace del ataque imperial y el futuro de Libia con Kadafi o sin Kadafi.

http://www.cherada.com/articulos/fch93-s317-p3144-negociacion-francolibia-puede-echar-abajo-plan-militar-de-la-otan

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