La banca ha pagado impuestos por su actividad en nuestro país por primera vez en los últimos tres años. Las entidades han contribuido a las arcas del Estado con 521 millones entre enero y marzo de 2014, lo que supone el 12,2% de sus beneficios operativos, según datos del regulador. Hasta ahora, el sector ha aprovechado la ingente cantidad de créditos fiscales diferidos para conseguir deducciones y devoluciones de Hacienda, con las que ha mejorado sus resultados.

Desde el primer trimestre de 2011 hasta ahora el conjunto de bancos, cajas y cooperativas de crédito no habían abonado nada de manera neta al Estado. Entonces, sufragó un pago de 218 millones, es decir, un 7,4% de sus ganancias.

Las entidades acumulan en sus balances cerca de 60.000 millones en créditos fiscales, que podrán desgravarse en su tributación del impuesto de sociedades con un tope anual en función de las previsiones de beneficios en los próximos 18 ejercicios. Estos se generan por los gastos en provisiones para cubrir riesgos y las prejubilaciones de sus trabajadores, entre otros aspectos.

Créditos fiscales avalados

A finales de 2013, además, la banca consiguió un aval del Estado para que una parte importante de estos créditos fiscales, más de 40.000 millones, computaran en las ratios de capital con el fin de equiparar las legislación con el resto de países y no salir gravemente perjudicada en los test de estrés que realiza en la actualidad el BCE. Así, podrán hacer uso de esta cantidad frente a Hacienda obtengan o no los beneficios suficientes futuros para llevar a cabo su liquidación.

De hecho, una de las cuestiones más relevantes que han puesto sobre la mesa para adquirir las entidades nacionalizadas ha sido precisamente el mantenimiento de las garantías del Estado en los activos fiscales diferidos de las mismas.

Al tiempo, el sector también ha mantenido que, en su caso, el impuesto de Sociedades se quede en el 30% en la reforma tributaria aprobada por el Gobierno, que entrará en vigor a partir de enero, con el objetivo de poder salvaguardar al máximo posible el volumen de créditos fiscales garantizados con vistas a las pruebas de resistencia y a su activación futura. De esta manera, se preservan de caer de nuevo en pérdidas después de la crisis sufrida. Para el resto de empresas, el tipo general bajará al 25%.

En un trienio el sector financiero español ha activado 20.842 millones de euros de su cheque fiscal para mermar su agujero. El ejercicio 2012, en el que las entidades tuvieron que hacer el mayor esfuerzo en dotaciones por los decretos de Luis de Guindos y en el que se pidió el rescate a Europa, fue el que más dinero costó a las arcas públicas. Los bancos lograron devoluciones por 13.441 millones. De este modo, pudieron reducir sus pérdidas a 73.706 millones.

En el primer trimestre de este año, el sector ha ganado 3.702 millones, máximo en cinco ejercicios, después de haber pagado a las arcas públicas. En este periodo la práctica totalidad de las entidades no han activado créditos fiscales para mejorar sus cuentas. Entre las grandes, sólo la Caixa utilizó 88 millones y Ceiss (Caja España-Duero), casi 20 millones.

Este cheque ha beneficiado a todo el sector, pero en gran parte a las nacionalizadas. Por ejemplo, en 2013 tanto Novagalicia como CatalunyaCaixa evitaron los números rojos millonarios con la devolución de Hacienda, que alcanzó 435 y 2.023 millones, respectivamente.

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