Las naciones, las culturas y las poblaciones se controlan mejor mediante el uso de falsos paradigmas.
Esta es una táctica probada históricamente y explotada durante siglos por los oligarcas de todo el mundo. En virtud de la dialéctica Hegeliana (la base misma de la ideología marxista y colectivista), se podría resumir la trampa de los falsos paradigmas de la siguiente manera:
Si (A) mi concepto de libertad entra en conflicto con (B) tu concepto de libertad, entonces (C): ninguno de nosotros puede ser libre hasta que todos estemos de acuerdo en ser esclavos.
En otras palabras: problema, reacción, solución
Dos bandos se enfrentan entre sí en una contienda prefabricada. Cada lado es llevado a creer que su posición es la buena y correcta. Ninguna de las partes cuestiona la legitimidad del conflicto, ya que cada lado teme que hacerlo se traduzca en debilidad ideológica y desunión en sus propias filas.
Así, las dos partes van a la guerra, a veces económicamente, a veces militarmente.
Ambos gobiernos exigen que los individuos abandonen la libertad, la independencia y la autosuficiencia, un sacrificio que “se debe hacer”, para alcanzar la victoria.
Al final, ni la nación ni la sociedad ganan realmente.
Los únicos ganadores son los oligarcas, que proclaman lealtad a sus respectivos bandos, mientras en cambio, actúan de forma asociada entre sí desde el principio. Esos mismos oligarcas, que nunca han tenido la intención de atacarse el uno al otro, ni de perjudicarse entre sí.
Su objetivo, su único objetivo, es la propia ciudadanía, esa masa atónita, ahora hipnotizada por la sorpresa y el terror.
El método del falso paradigma y la dialéctica hegeliana están en plena vigencia en la actualidad.
Hace sólo unos años, Rusia, China y los Estados Unidos eran aliados políticos y económicos. Hoy en día, esas alianzas están siendo desechadas rápidamente con el fin de dejar espacio para el conflicto, un conflicto útil sólo para una élite internacional selecta.
Como he indicado en anteriores artículos (RUSIA TAMBIÉN ESTÁ CONTROLADA POR LA BANCA GLOBAL y EL GRAN TEATRO: ¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA FALSA PUGNA ENTRE PUTIN Y OCCIDENTE?), cuando uno mira más allá de la retórica teatralizada entre Barack Obama y Vladimir Putin, lo que al final encuentra es que ambos gobiernos tienen la misma relación con la élite bancaria global.
Durante sus dos mandatos presidenciales, Obama ha inundado su gabinete de empleados y ex-empleados de Goldman Sachs, una plataforma utilizada durante mucho tiempo por los financieros elitistas con aspiraciones mundialistas.
¿Y quién es el asesor económico principal de Vladimir Putin y el Estado Ruso? Goldman Sachs, ¡por supuesto!
Las elites estadounidenses y europeas han estado pidiendo una centralización del poder económico bajo el control del Fondo Monetario Internacional, así como el establecimiento de una nueva moneda global.
Y a nadie debería sorprender que Putin también quiera una nueva moneda global bajo el control del FMI.
Obama recibe el asesoramiento y los consejos próximos y directos de globalistas como Zbigniew Brzezinski, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y cofundador de la Comisión Trilateral, que en su libro “Between Two Ages: America’s Role In The Technetronic Era”, afirma:
“El Estado-nación está cediendo progresivamente su soberanía…más progreso requerirá mayores sacrificios Americanos. Se tendrán que realizar esfuerzos intensos para dar forma a la nueva estructura monetaria mundial, con el consiguiente riesgo que eso implica para la posición dominante actual de EEUU…”
Por su lado, mientras ha gobernado, Putin ha sido directamente asesorado por Henry Kissinger, otro miembro del CFR y de la Comisión Trilateral, que en su momento dijo:
“Al final, los sistemas políticos y económicos pueden ser armonizadas tan sólo de dos maneras: mediante la creación de un sistema de regulación política internacional con el mismo alcance que el del mundo económico; o por la reducción de las unidades económicas hasta un tamaño manejable, lo que probablemente conduzca a un nuevo mercantilismo, quizás compuesto de unidades regionales. Un nuevo acuerdo como el de Bretton Woods a nivel global es, con mucho, el resultado preferible…”
Tanto Kissinger como Brzezinski califican a esta estructura económica y política mundial armonizada como “Nuevo Orden Mundial”
El hecho de que los líderes políticos de Rusia y Estados Unidos estén siendo claramente dirigidos por ellos no debe tomarse a la ligera.
China también ha reclamado una reestructuración del sistema monetario global, para que se cree una canasta de monedas centralizada bajo el dominio del FMI.
Los lazos de China con la élite bancaria de Londres están bien documentados.
El reclamo por parte de ambos lados de un nuevo sistema monetario que acabe con el dólar como reserva mundial, parece contradecir en gran medida la fantasía de que el Este y el Oeste están en desacuerdo. El camino hacia una moneda mundial y/o una gobernanza económica mundial, parece ir en paralelo a la consolidación de los vínculos económicos y militares entre las naciones orientales.
Esto sugeriría que la subida del Este y la paralización de Occidente representan una clara ventaja para los banqueros globales a largo plazo.
Mientras los agentes de desinformación de los medios norteamericanos tratan de restar importancia a todo aquello que ponga en peligro la imagen de poderío de los EEUU y el dólar, los gobiernos del Este establecen alianzas con rapidez y se deshacen de la influencia norteamericana.
Ya se ha cerrado el histórico acuerdo de suministro de gas entre Rusia y China para los próximos 30 años. Este acuerdo está transformando los viejos paradigmas relacionados con el comercio de energía.
China y Rusia también han ampliado los acuerdos bilaterales realizados en 2010, que eliminan el dólar como moneda de reserva en las transacciones entre las dos naciones.
La voracidad China por el oro continúa, mientras crean su propia bolsa de oro para competir con el Comex norteamericano.
Rusia ha establecido recientemente lo que Putin llama la “Unión Económica Euroasiática”, un acuerdo que incluye a Kazajstán y a Bielorrusia, dos países con importantes reservas de petróleo, recién descubiertas.
En respuesta al conflicto prefabricado en Ucrania, así como al conocido giro de EEUU hacia la región “Asia-Pacífico”, China ha pedido abiertamente establecer un nuevo pacto de seguridad con Rusia e Irán.
No olvidemos, además, que China superará a los EE.UU. como la mayor economía del mundo en 2016, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE ).
Aunque el crecimiento del Este está siendo pintado en los círculos occidentales como una amenaza para el dominio de lo EE.UU. y la OTAN, las auténticas implicaciones permanecen ocultas.
Sí, de hecho, la consolidación del Oriente es una amenaza considerable para el dólar y la economía de los EE.UU, sobre todo en el caso de que China se niegue a aceptar dólares como pago a las exportaciones y las deudas.
Si el mayor exportador/importador del mundo se niega a aceptar dólares como reserva, la mayoría de naciones inevitablemente seguirán su ejemplo.
Alguna gente argumenta que China no tiene ninguna razón para realizar un ataque fiscal tan violento. Pero quiero recordar a los escépticos que tampoco había ninguna razón para establecer relaciones tan estrechas entre Rusia y China hasta que se produjo la crisis de Ucrania.
¿Hay alguien que sea lo suficientemente tonto como para apostar en contra de otro conflicto, directo o indirecto entre la OTAN y el Este, que fuera usado como pretexto para eliminar el dolar por completo?
El hecho es que los jugadores del Nuevo Orden Mundial ya han posicionado al Este y a Occidente sobre el tablero.
¿Por qué? En un anterior artículo, titulado “¿QUIÉN ESTÁ COMPRANDO SECRETAMENTE LA DEUDA DE EEUU?“, ofrezco evidencias que indican que el Banco de Pagos Internacionales y el Fondo Monetario Internacional están preparando al mundo financiero para un nuevo sistema monetario global, surgido de una segunda conferencia al estilo de Bretton Woods.
La degradación del dólar y el alza del Este no son obstáculos para este plan.
Más bien, son factores necesarios.
No puede crearse un verdadero sistema económico mundial sin la “armonización”, es decir, sin la desaparición del dólar como moneda de reserva mundial y el fin de la gobernanza económica soberana de las naciones.
Para aquellos que duden de este escenario, vean lo que propone Paul Volcker.
Volcker, el mismo hombre que estuvo involucrado directamente en la destrucción del primer acuerdo de Bretton Woods y en la destrucción final del patrón oro, está promoviendo ahora un NUEVO acuerdo al estilo de Bretton Woods, en el que las monedas están vinculadas a un sistema de mercado controlado.
En esencia pues, promueve un sistema monetario internacional centralizado.
Volcker también sugiere que una única moneda de reserva basada en el poder de una sola nación, como es el dólar, pone en peligro la salud fiscal global.
Ciertamente, Volcker tiene razón.
El casino de divisas y el fraude dominado por el dólar es un peligro para el mundo. ¡Pero Volcker ayudó en su momento a que esto fuera así!
La cuestión es que toda esta propaganda está inundando la corriente principal de opinión.
Ahora, Christine Lagarde del FMI dedica la totalidad de sus entrevistas con los medios a insertar el mensaje “restablecimiento de la economía mundial”, sin explicar exactamente lo que ello implica, mientras que los miembros de las elites bancarias centrales como Volcker sugieren una segunda conferencia de Bretton Woods que conduzca a una autoridad monetaria global.
Mientras tanto, los medios de comunicación financiados por el gobierno ruso como RT producen piezas que acusan los EE.UU. de ser una amenaza nuclear, mientras que los estadounidenses ven películas de Hollywood manipuladoras como “Jack Ryan: Shadow Recruit”, que nos muestran un complot de Rusia para colapsar la economía de los EE.UU.
Representantes de China y Estados Unidos se pelean unos con otros en las reuniones geopolíticas, alimentando los temores de una ruptura diplomática, mientras el Pentágono “sugiere” que quizás tenga que renovar sus estrategias militares en consideración de otra guerra mundial.
Al igual que en el libro de George Orwell, 1984, los antiguos enemigos se convierten en aliados y luego otra vez en enemigos una vez más, mientras en la cúspide de la pirámide, todo es una gran farsa.
“En realidad, como Winston sabía muy bien, hacía tan solo 4 años, Oceanía había entrado en guerra con Estasia y en alianza con Eurasia. Pero eso no era más que un fragmento de conocimiento furtivo, porque ya no era capaz de controlar satisfactoriamente su propia memoria. Oficialmente, el cambio de pareja nunca se había producido. Oceanía estaba en guerra con Eurasia: por lo tanto, Oceanía siempre había estado en guerra con Eurasia. El enemigo del momento siempre representaba el mal absoluto y por lo tanto, cualquier acuerdo pasado o futuro con él era imposible…”
-George Orwell, 1984-
Las mejores mentiras contienen elementos verdaderos.
La verdad es que el Este está creando alianzas en oposición a Occidente, Occidente está involucrado en operaciones encubiertas clandestinas por todo el planeta y ambos “lados” se encuentran, de hecho, al borde de un enfrentamiento catastrófico por la supremacía mundial.
La gran mentira está en los detalles importantes que han quedado fuera de nuestra pequeña historia.
Ambas partes no son más que títeres en un gran juego de ajedrez global y cualquier conflicto, en última instancia, beneficiará al pequeño grupo de hombres que manejan las piezas sobre el tablero.
Eso incluye a los financieros internacionales que han influido profundamente en la estructura política de todos los gobiernos, creando un clima de crisis que finalmente conducirá al “Nuevo Orden Mundial” que siempre han soñado.
Brandon Smith. Alt-Market
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