La esclavitud y los ocho velos de la percepción

Un articulo del periodista Don Harkins que promueve lograr que los seres humanos puedan aceptar otra realidad distinta de la que les ha sido inculcada desde niños, y que en la adultez ya permanece cristalizada en sus mentes, resultando ser una verdad absoluta. Son realmente muy pocos aquellos que se permiten dudar sobre lo aprendido, y aceptar, o al menos investigar sobre las posibilidades de una creación distinta a la conocida. Aquí los ocho velos de la percepción.

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A lo largo de los últimos años he desarrollado y descartado diferentes teorías en un intento de explicar cómo es posible que la mayoría de personas no puedan ver la verdad, incluso cuando la tienen delante de sus narices.

Aquellos de nosotros que podemos perfectamente ver la “conspiración” hemos participado en innumerables conversaciones para compartir la frustración de constatar la imposibilidad para la mayoría de personas de comprender los tremendamente bien argumentados, demostrados y probados argumentos que usamos para describir y explicar el proceso de la explotación y la esclavitud global a la que estamos sometidos.

La explicación más común a la que llegamos es que la mayoría de la gente, simplemente, no quieren ver lo que realmente sucede en el mundo. Personas extremadamente negativas, que conforman la élite del poder en el planeta, han cultivado, muy inteligentemente, un prado de hierba tan verde y frondoso que poca gente, raramente, se molestan en mirar con detenimiento, el tiempo suficiente, para darse cuenta que no es más que un campo de hierba artificial. Las mismas personas que no son capaces de ver el sistema de esclavitud no declarada en el que viven, tienen una tendencia a tachar de “teóricos de la conspiración” insanos, aquellos de nosotros que podemos no solo ver la hierba, sino la granja y el castillo de los señores feudales que controlan todo desde lejos. Y finalmente he entendido el porqué. No se trata de que aquellos que no se dan cuenta de que su libertad se está desvaneciendo bajo el liderazgo de esta élite “no quieran verlo” – es que simplemente no pueden ver lo que les sucede, porque poseen, poseemos, una serie de velos sin penetrar que bloquea su visión real del mundo. Todas las experiencias y sensaciones externas pasan por un proceso de filtrado en el ser humano. Y de esos filtros, tenemos al menos 8 de ellos.

 

 Antes del primer velo: 
Hay casi 7 billones de personas en el planeta. La mayoría viven y fallecen sin haber contemplado seriamente, jamás, nada que no tenga que ver con aquello que les mantiene vivos y les da la posibilidad de gestionar un poco cada día sus vidas. Casi el 90% de la humanidad vivirá y morirá sin haber penetrado nunca el primer velo que les separa de la percepción real del mundo.

 

 El primer velo: 
Poco más del 10% restante, son personas que han conseguido romper ese primer velo, y se encuentran con el mundo de la política. Son personas que intentan ser activas, tomar decisiones, participar en las reglas del juego para intentar mejorarlo. A pesar de eso, las opiniones de estas personas están marcadas por lo que dictan nuestros gobiernos, según sus tendencias partidistas, por la opinión de los expertos, y por otras voces con autoridad. De este 10% restante, el 90% fallecerá sin haber conseguido penetrar el segundo velo.

El segundo velo: 
El 10% de los que rompen el primer velo y penetran en el segundo, serán capaces de explorar las mentiras de la historia, la relación entre el hombre, sus formas de gobierno y el significado de las leyes [como medida de control]. Otro 90% de éstos vivirán y fallecerán sin haber llegado a penetrar el tercer velo.

 El tercer velo: 
El 10 % de los que penetran el tercer velo, serán capaces de percibir que los recursos del planeta, incluidos la gente, están controlados por un grupo de personas y familias muy poderosas, cuyas posesiones, manipulaciones y extorsiones, han servido para fundar la economía global actual basada en la deuda. El 90% de aquellos que rompan el tercer velo no llegarán nunca a penetrar el cuarto.

 

 El cuarto velo: 
Los pocos que van quedando, aquellos que llegan a romper el cuarto velo, descubrirán el mundo de los Illuminati, de la Masonería, de las sociedades secretas. Estas sociedades usan símbolos y celebran ceremonias que perpetúan la transmisión de conocimiento arcano, que es usado para mantener a la gente ordinaria en una esclavitud política, económica y espiritual, por los linajes y familias más antiguos del planeta. El 90% de los que penetran el cuarto velo, no llegarán nunca a penetrar el quinto.

 

 El quinto velo: 
El 10% de los que llegan aquí, aprenderán que éstas sociedades secretas y familias poderosas están tan avanzadas tecnológicamente y tienen tantos conocimientos a su disposición, que cosas como viajar en el tiempo y las comunicaciones interestelares no suponen ningún problema para ellos, y mucho menos, controlar las acciones de la gente común a través de estos medios. Sus miembros tienen la capacidad de manipular a las masas con la misma facilidad con la que nosotros mandamos a nuestros hijos a la cama. El 90% de aquellos que penetran el quinto velo, no serán capaces de romper el sexto.

 

 El sexto velo: 
Aquellos que rompen el sexto velo, se encontrarán en un mundo de alienígenas, entidades negativas y reptoides, seres que parecen sacados de cuentos de ficción y literatura infantil, y que son la fuerza real detrás de las sociedades secretas y los que dictan las ordenes a las mismas. El 90% de este grupo no será capaz de penetrar el séptimo velo.

 

 El séptimo velo: 
No sé lo que hay detrás del séptimo velo. No lo he podido penetrar. Pero creo que es la percepción que tiene el alma de la persona, libre de todo filtro mental, que ha evolucionado hacia un estado tal que ve la realidad de forma muy diferente a los demás, una especie de Gandhi iluminado que se pasea por el mundo despertando a todos a su alrededor sin restricción alguna.

 

¿Y el octavo velo? 

Romper el octavo velo probablemente significa ver la revelación de Dios y la energía pura detrás de la fuerza viva que impregna todas las cosas. Y si mis números son más o menos correctos, no llega a unas 60.000 personas en el planeta, aquellos que a lo largo de su vida serán capaces de penetrar hasta el sexto velo.

La ironía aquí es increíble: aquellos que ven la vida detrás de los velos 1 al 5 no tienen ninguna otra opción que percibir a los que han roto el velo número seis como locos, insanos, y paranoicos. Con cada filtro roto, exponencialmente una gran cantidad de gente que empieza a ver la realidad “real” es declarada paranoica, pues pasan al otro lado de la barrera de la forma en la que ven el mundo. Y para añadir más a la ironía, cuanto más intenta alguien que ha conseguido eliminar el velo número 6, explicar lo que ve a aquellos que no han llegado a eliminar ese filtro de sus vidas, mas insano y loco aparece ante ellos.

El enemigo, el estado y los gobiernos: 

Detrás de los dos primeros velos se encuentra la mayor parte de la población del planeta. Son herramientas del gobierno y del sistema de control, votantes cuya ignorancia justifica las acciones de los políticos, que envían a los del primer velo a luchar en sus guerras y contiendas.
Los que rompen los velos tres, cuatro, cinco y seis, son herramientas de cada vez menos utilidad para el sistema, por su habilidad decreciente para ser usadas para consolidar el poder y la riqueza de muchos, en las manos de unos pocos en la élite del poder. Es algo normal ver cómo estas personas sacrifican parte de sus relaciones con amigos y familia, sus carreras profesionales y sus libertades personales a medida que rompen más y más velos, dejando atrás todo lo que deja de resonar con ellos.

Slavery and the Eight Veils (La Esclavitud y los 8 velos)

Fuente: Voces Cosmicas

Don Harkins

Fuente: El Ciudadano

La esclavitud y los ocho velos de la percepción

3 comentarios en “La esclavitud y los ocho velos de la percepción

  1. Muy buen artículo, yo creo que a medida que van cayendo los velos se dan dos eventos en simultaneo en el ser, dichos eventos crecerán de manera gradual en la misma proporción.

    El primero es un desinterés gradual por los asuntos mundanos materiales, donde seguimos participando activamente en ellos, pero estando siempre consientes que estos son roles que debemos interpretar por nuestras limitaciones físicas.

    Nos alejamos de escenarios y personas donde se dan conflictos generados por creencias y divisiones impuestas, el tratar de tener la razón e imponerla ya no es de nuestro interés, nos damos cuenta que esas “verdades” son sentidos de pertenencia ilusorios que traemos desde nuestra infancia (ciudadanía, religión, política, etc.). Y que lo único que hacen es alimentar nuestro Ego.

    Somos consientes que alimentamos nuestro Ego todo el tiempo, luchamos contra ello, evitamos ser reactivos en base a emociones que ya no resuenan en nosotros, pero aparecen sin cesar ya que forman parte de nuestro campo energético de esta y varias vidas.

    Entendemos que estamos en un mundo dual para evolucionar y desprendernos de viejas vibraciones. Aunque es doloroso estar despierto ya estamos en un punto de no retorno.

    El segundo es un interés por el auto conocimiento, nuestro interés está dirigido a nuestro interior, las decisiones que tomamos son basadas en lo que nos dice nuestro corazón. Empezamos a reconocer lo que nos dice la mente racional con lo que realmente proviene de nuestro interior, no tenemos dudas entre una y otra. La mente es superficial, mensurable, racional, los mensajes desde adentro subyacen a la mente son consciencia universal, proviene del uno que somos todos.

    Tratamos de no juzgar, reconocemos que el camino es individual y que cada individuo deberá pasar por su proceso de evolución, a su ritmo, cada camino es único.

    El concepto de Dios cambia a un todo, esto es infinitamente grande e infinitamente pequeño, no es una deidad separada de nosotros, al contrario somos parte de El y El es parte de nosotros. Por ello sabemos que la verdad está en nuestro interior, todas las preguntas se van contestando poco a poco, esto cuando la intención es pura, va mas allá de la mente y proviene del UNO.

    Al ir cada vez mas hacia nuestro interior, las capas del Ego se van disolviendo, reconocemos las emociones provenientes de la mente de viejos patrones vibratorios, las observamos y las dejamos pasar, cada vez que hacemos esto nuestra consciencia emerge, evolucionamos.

    Nuestro entorno cambia, ya que este siempre será un reflejo de nosotros mismos, si surgen escenarios negativos los reconocemos como aprendizaje para no caer en los patrones vibratorios pasados. Al enfrentarlos con la sabiduría interior, estos irán desapareciendo de nuestras vidas gradualmente.

    Nos damos cuenta que nosotros creamos nuestra realidad, vemos como nuestra intención se manifiesta de manera milagrosa, una serie de coincidencias nos llevarán siempre al resultado deseado ya sea positivo o negativo.

    Yo creo que el que pueda penetrar el octavo velo ya no necesitará este cuerpo material, porque trasciende de la tercera dimensión a otras superiores para continuar su viaje hasta el UNO.

    Saludos ¡¡

  2. Según estadísticas, la Tierra cuenta al momento con algo más de siete mil millones de habitantes, variable diariamente contando los muertos en guerras y los crímenes particulares. Creo que 7 billones no cabríamos y correríamos el peligro de caer contra algún nibiru errabundo.

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