Sólo el nacimiento de su hija, de dos años y medio, le hizo pensar en dejarlo todo. No lo hizo y este domingo regresa a Cuatro con la décima temporada consecutiva de ‘Cuarto Milenio’, el programa más longevo de la cadena.
Íker Jiménez, en su plató, durante la presentación de la décima temporada. Gtres. |
-Regresa por décima temporada consecutiva y lo hace con un tema de hace 33 años. ¿Por qué ha elegido las caras de Bélmez para el regreso?
-Porque hace 24 años descubrí cómo se mata una historia. Se mintió a la opinión pública, algo que ahora se hace habitualmente, y se nos mostró cómo las autoridades a veces se encargan de manipular. Este es sin duda el programa más importante en la historia del programa.
-Usted escribió un libro en 2007, ‘Tumbas sin nombre’, un libro sobre las caras. ¿Ha cambiado su opinión sobre el tema ahora?
-Ni esperaba este resultado ni que resultase tan rotundo y claro. Aún estoy en shock y el resultado final es una bomba.
-Esta temporada, en el tercer programa, van a hablar sobre el ébola, uno de los temas de moda. ¿No se planteó empezar con ese tema?
-Es verdad, y lo había pensado, pero teníamos todo este material y para mí no había color. Podemos estar sujetos a la actualidad pero tampoco ésta es un esclavismo. Creo que lo de Bélmez va a merecer la pena y o se hacía ahora o no se hacía nunca, y al final había un poco de simbolismo, por eso de la temporada diez. El ébola lo vamos a tocar, pero es que ya lo tocamos. En los debates y cosas de ‘Cuarto milenio’ a veces toca cosas que luego llegan a ser actualidad. Enrique de Vicente, que para muchos puede resultar alucinado, enloquecido, pero que para mí es un maestro, planteó el ébola y lo que iba a pasar, en marzo.
-¿Se puede hablar de guerra bacteriológica?
-A mí me parece muy fuerte, pero hay tantas cosas fuertes que luego han sido… Hemos visto cómo ejércitos de países occidentales han experimentado con gente sometiéndoles a radioactividad, tratándoles como cobayas humanas, pero pienso que me parece una barbaridad. El ébola no es un instrumento contagioso, porque te aniquila un pueblo, no se reproduce mucho, pero he aprendido a curarme de espanto. Quizás dentro de 50 años lo sepamos. De todas formas entiendo que es un tema que puede ser denso y nuestra idea no es hacerlo, pero ahora, por ejemplo, Antonio Banderas va a hacer ‘Altamira’, y me ha encantado, porque eso lo descubre un hombre, el bisabuelo de Botín y nadie sabe por qué. Lo descubre su hija de nueve años. Es increíble que no sepamos eso y me preguntó el por qué en el colegio no se enseña eso.
Yo sólo soy escéptico con la política
-¿Son escépticos los españoles?
-Hay una gran parte que sí. Hay escepticismo porque es una posición más cómoda. Yo, por ejemplo, soy escéptico con la política, pero hay cosas que tocan el arquetipo más profndo del ser humano. La inmensa mayoría está muy abierta a creer.
-¿Ha habido algún escéptico en su propio equipo?
-Sí, pero se han convertido. Tenemos historias tan potentes que no me extraña que a la gente le impresionen a veces. Una cámara, a la que mandamos una vez a una casa abandonada y como la empezaron a pasar cosas dejó la cámara, salió corriendo y dijo que nunca más volvería a trabajar en el programa.
-¿Ha manipulado alguna vez un tema?
-Jamás hemos manipulado nada. Somos los más honestos del mundo, y jamás hemos exagerado nada. La gente más abierta a investigar de verdad son los científicos que vienen a ‘Cuarto Milenio’.
-¿Ha habido algún intrusismo que haya impedido que les crean más?
-Digamos que se hizo un flaco favor cuando hablaban de misterios tipos vestidos con túnicas. ‘Cuarto Milenio’ ha hecho mucho por la normalización de estos casos.
-Usted habla muchas veces de locura. ¿Se considera un loco?
-En este mundo de hoy que te llamen loco empieza a ser un piropo. Yo no quiero ser cuerdo. Vivimos creyendo que tenemos todo controlado, que la vida es como un planning y cada día hay que vivirlo como un regalo.
Creo en un ser cósmico o inteligencia superior
-¿Es creyente?
-Yo soy una persona religiosa, pero no me adscribo a una religión en concreto. Creo en una realidad que no es esta, que está. El aprendizaje me ha ido llevando hacia eso, creo en un ser cósmico o inteligencia superior. No he sido educado en la religión pero he llegado a ella por la investigación. Y por ello estoy convencido de que cuando mueres la gente que ha hecho el bien en su vida va a un lugar mejor. Si haces el bien algo te lo devuelve luego.
-¿Ha pasado miedo con alguno de sus temas?
-Tengo miedo a los políticos y a los informativos. Eso es lo que da miedo de verdad
-¿Es de los que lee cuentos de miedo a su hija?
-No, no. Mi hija es el misterio de todos los días para mí. Se llama Alma, porque los antiguos consideraban que era un sello para tu vida, y entonces el alma es lo más importante que hay para mí, y, eso sí, si ve un avión dice que es un ovni. Por chorradas de su padre asocia ambas cosas.
-¿Aprende algo de ella?
-Yo soy de los que piensa que tenemos que aprender de los niños, no al revés. Tenían que estar en el colegio los profesores escuchando a los niños, no al revés. Es muy curiosa, como todos los niños, y hay un dato sorprendente que es que mi hija, como todos cuando éramos niños, tiene el doble de neuronas que cualquiera de nosotros ahora. Su capacidad de ser una esponja con el mundo es maravillosa. A mí me ha transfigurado. Cada uno educa como quiere o como puede, y ella no va a la guardería ni al colegio todavía y es un aprendizaje diario.
Lo único que me da miedo son los políticos y los informativos
-¿Tiene tiempo para atenderla?
-Sí, porque he delegado. Hay muchos ultraprofesionales, que viven para su trabajo, y yo soy uno de ellos, pero entre el trabajo en sí y el otro, el de ayudar a tu hija a que esté envuelta de afecto, pues no lo dudo. El trabajo o el éxito me suponen un cero, me dan igual. Cuando iba a nacer mi hija hablé con los directivos de que a lo mejor dejaba el programa. Me dijeron que todos teníamos hijos y yo les dije que cada uno les tiene como quiere tenerlos y mi experiencia vital no me la podía perder por un éxito o una audiencia, dinero o coche. Pero entiendo que hay gente que no puede permitirse el lujo de poder hacer eso, pero también de otros que pudiendo no lo hacen.
-Va para padre ejemplar…
-Yo voy aprendiendo, pero hicimos un debate en ‘Cuarto milenio’, que fue el que más repercusión tuvo, sobre la educación, hablando de la mente de los niños. Los expertos decían que era un desastre porque los queremos convertir en adultos ya y que eso no podía ser. Yo creo que un hijo, como decía Nietsche, es como una flecha lanzada al universo y tienes que darle lo mejor que tú puedas. En este sentido veo una sociedad que me aterra, porque veo tal desapego, tal falta de afecto… A nosotros nos recomiendan hasta tener tres «nannys», pero no quiero, mi experiencia de misterio personal es aprender de mi hija todos los días, porque estoy viendo lo que quizás nunca más pueda ver, que es la vida abriéndose paso.
-¿Aprende también tanto de su mujer?
-Yo aprendo mucho de mi mujer, y menos mal, porque me lleva un poco firme en algunas cosas. Sin Carmen al lado no podría. La fama la puedo tener yo, pero no sabe usted de cuántos entuertos me ha sacado mi mujer, es un sexto sentido, perspicacia, aunque no creo que sólo sea ella, sino la mujer en general.
-¿Las mujeres son otro misterio a resolver?
-No, son un misterio fascinante. Las primeras esculturas del neolítico son mujeres y esas diosas antes del primer dios, qué significaban, y por qué eran tan importantes. No sólo por la fecundidad, había un concepto muy elevado de la mujer que por desgracia en la historia se ha machacado y da mucha pena ver alguans cosas, como ver cómo la propia mujer ha permitido eso. La mujer tiene que ser ella misma, y hay otra sensación en la publicidad. Es otro misterio a tratar, y si un día hiciésemos un programa de qué ha pasado en la historia de la mujer o «Mujeres con misterio», un libro que tenía que hacer mi mujer y que por falta de tiempo no hace. Hay historias maravillosas de mujeres que han tenido que luchar contra todo, que las ves ahora y no sabes cómo no han hecho películas sobre ellas.
-¿Ha tenido alguna vez trabas para hacer algún tema por parte de la cadena?
-En diez años que llevo aquí nunca me han dicho este tema sí o este tema no. Esto es una forma de vivir, de creer, y el público sabe que nos lo pasamos bien.
-Lo que no se puede decir es que sean temas sencillos los que tratan…
-‘Cuarto milenio’ toca temas tabú, parece que hieren conceptos muy establecidos, y eso nos ha dado problemas, pero lo que nadie puede dudar es que todos están hechos con una calidad televisiva de primer nivel. Somos artesanos de la televisión y queremos seguir siéndolo.
No soy campeón del mundo como Íker Casillas, pero en la calle nunca ha habido una mala palabra hacia mi
-Usted es periodista. ¿La censura es el principal problema del gremio en este país?
-No. Quedaría muy bonito decir que sí, pero hay cosas peores que la censura, como el abotargamiento, la sensación de que todo está sabido, el aburrimiento, un mecanicismo increíble que hace que todo sea «a, b y c». Peor que la censura es la falta de interés y de entusiasmo en la gente. Mi palabra preferida en el diccionario siempre será entusiasmo, que viene de «enteos», cerca de la divinidad. Hay que comerse el mundo, disfrutar de lo que haces, ser periodista es un privilegio, contar las cosas… Te sorprende cuando ves a alguien que lo vive y ves a tanta gente que no lo vive. La falta de querer ser alguien importante a tu manera, de querer cambiar las cosas, y no lo entiendo porque lo veo en mucha gente. Este es un mundo aburrido, abotargado, manipulado, mercantilizado y falta entusiasmo.
-¿Por eso admiraba a Félix Rodríguez de la Fuente?
-Si, porque tú veías a Félix y veías la voz de la naturaleza hablándote. La gente le podrá criticar, pero ese tío conectaba realmente con la naturaleza y era un entusiasta. Mi recomendación es que todo el mundo mantenga siempre su entusiasmo. Cuando un trabajo es bueno no se censura.
-Ahora que Casillas está tan cuestionado, ¿ya es el Íker de España?
-Casillas es un gran portero y un fenómeno. Nosotros no somos campeones del mundo, pero sí que somos campeones en una cosa, nunca en la calle, con estos temas, que pueden gustar mucho o que los odien, nunca ha habido una mala palabra hacia mi. Todo ha sido afecto.
-¿A quién no le daría ni agua?
-Los políticos están muy manidos. A esa gente que está en una mesa y ni siquiera se miran a la cara, que están con la tableta o el teléfono.
fuente/www.estrelladigital.es
Hablando de la Diosa primigenia, por supuesto que la hembra de todas las especies lo es, porque fue creadora y porque mantiene la creación en el Universo.
Y se perdió entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Cuando se estornuda se dice Jesús y si tose pues eso tosé.
Tenemos que aprender de los niños…,es un antes y un después; me encantó la entrevista.Gracias.