Una encuesta de Ipsos MORI, llevada a cabo con 18.473 personas de 24 países, revela los matices de las creencias religiosas actuales
Una encuesta llevada a cabo por Ipsos MORI, compañía líder de investigación del Reino Unido, ha revelado que alrededor de siete de cada 10 personas en el mundo pertenecen a una religión, y que la mayoría de los habitantes de nuestro planeta ve la religión como algo importante en su vida. La encuesta señala asimismo importantes diferencias a este respecto por países, siendo las naciones musulmanas las que más importancia le dan a la religión. En la presente investigación participaron 18.473 adultos de 24 países del globo. Por Yaiza Martínez.
La encuesta de Ipsos MORI revela, asimismo, que existen marcadas diferencias a este respecto. Así, el 94% de las personas religiosas de los países mayoritariamente musulmanes señaló que la religión es importante en sus vidas. Los países musulmanes analizados fueron Arabia Saudí, Turquía e Indonesia.
En comparación, sólo el 66% de los individuos de los países mayoritariamente cristianos -19 naciones en total- señaló lo mismo, publica Ipsos MORI en un comunicado.
Creencia en una única fe verdadera
En Estados Unidos, por su parte, dentro del 65% de los encuestados que se autodefinieron como “cristianos”, el 86% señaló que su fe era importante en sus vidas, mientras que entre los cristianos de Francia y Suecia, este porcentaje fue de entre el 36 y el 42%. En España, el porcentaje a este respecto fue del 44%.
Además de los países ya mencionados, otras naciones estudiadas fueron las siguientes: Brasil, Sudáfrica, India, México, Italia, Polonia, Corea del Sur, Argentina, Australia, Canadá, China, Rusia, Gran Bretaña, Hungría, Japón, Bélgica y Alemania.
Los resultados de esta encuesta, que abarcó, por tanto, a un total de 24 países y a 18.473 adultos de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años, señalan además que entre la gente joven con alguna religión, ésta también juega un papel significativo en sus vidas: casi tres cuartos de los encuestados (el 73%) menores de 35 años afirmó que su religión o su fe resultaba clave para ellos.
Por otro lado, las personas que viven en países mayoritariamente musulmanes son más propicias (un 61%) que las que viven en países principalmente cristianos (un 19%) a creer que su fe es la única vía verdadera hacia la salvación, la liberación o el paraíso.
El apego a esta creencia difiere entre unos países y otros, con una pequeña minoría que la sostiene en Europa occidental, y una gran mayoría que la mantiene en los países musulmanes estudiados.
Atención a los necesitados
Por otra parte, las personas religiosas de los países mayoritariamente musulmanes creen más que los individuos de países cristianos que su religión resulta una fuente de motivación para la dedicación de tiempo y dinero a las personas que lo necesitan (61% en el caso de las naciones musulmanas, frente al 24% en las sociedades mayoritariamente cristianas).
En otra dirección, y a grandes rasgos, un tercio de los participantes (33%) de todos los países estudiados declaró no tener amigos o tener muy pocos amigos que profesasen religiones distintas a las de ellos.
Este punto varía mucho dependiendo del país, y parece no guardar relación con la creencia o no de la gente en que su propia religión es la única verdadera, señala el estudio.
Pocos creacionistas
El pasado mes de abril, Ipsos MORI hacía públicos los resultados de otra encuesta, en este caso sobre la fe en Dios o en un ser supremo, así como sobre la creencia en algún tipo de vida después de la muerte.
Según publicó entonces la agencia Reuters, los resultados de esta investigación revelaron que ambas creencias siguen siendo fuertes en la mayoría de los países del globo.
Así, el 51% de las 18.829 personas de los 23 países analizados afirmó estar convencido de la existencia de una vida después de la muerte y de la existencia de una entidad divina, mientras que el 18% señaló que no creía en nada de esto, y el 17% que no estaba seguro al respecto.
Sin embargo, la encuesta también reveló que sólo el 28% de las personas encuestadas creía en el creacionismo (la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación de uno o varios seres divinos), frente al 41% que creía en la evolución humana y el 31% que, simplemente, no sabía qué creer.
Por países, aquéllos en los que la gente se mostró más propicia a creer en el creacionismo fueron Sudáfrica, Estados Unidos, Indonesia, Corea del Sur y Brasil.
Otras creencias
Mientras que Indonesia, Turquía y Brasil se revelaron como los países con mayor proporción de personas con una creencia definitiva en un dios o en un ser supremo, en India, China y Rusia, en cambio, el 24, el 14 y el 10% de los encuestados respectivamente, se mostraron más propicios en creer en diversos dioses.
En el otro extremo del espectro, el porcentaje más alto de individuos que afirmaron no creer en Dios o en un ser supremo, casi el 40% de los encuestados se dio en Francia, Suecia, Bélgica y Gran Bretaña.
La encuesta también analizó los porcentajes de personas que creían en la reencarnación (creencia en que una esencia individual de las personas -ya sea mente, alma, conciencia o energía- adopta un cuerpo material no solo una vez sino varias).
La tendencia a creer en este concepto fue especialmente fuerte en Hungría, con un 13% de los encuestados. A este respecto, Corea del Sur y España fueron los países en los que los participantes afirmaron más que pensaban que en la muerte “simplemente se deja de existir”.
Según los autores de este estudio, la naturaleza de todas estas cuestiones es mayormente desconocida, pero el caso es que permanecen en muchos de los habitantes de nuestro planeta.
http://www.tendencias21.net/Siete-de-cada-diez-personas-del-mundo-profesan-una-religion_a7005.html?preaction=nl&id=1453142&idnl=93649
La religión como vía para poder entrar en otros estados de conciencia y de consciencia.
La religión como medio para evitar el vacío que nos deja esta tercera dimensión y apertura a la esperanza de una Justicia Equilibradora de las dualidades.
Sin embargo, las religiones han sido usadas como instrumento o herramientas impositivas de normas.
La religión es necesaria para muchos ya que es la puerta que posibilita la salida hacia una justicia y esperanza que más allá de esta vida, les permita compensar todas las amarguras, penalidades, sufrimientos y desequilibrios que experimentan en su vida cotidiana. Pero a la vez, y en este sentido, es usada precisamente como enseñanza de que esta «vida» es un infierno y que si hemos sido «buenos» alcanzaremos un «paraíso» donde podremos ser recompensados.
En otras creencias se ofrece la posibilidad de que si en esta «vida» sufrimos es porque estamos reencarnando y «aprendiendo» y que de cada vida aprendemos algo.
Todas más o menos ofrecen las mismas salidas para la necesidad humana, la necesidad ante todo de ser guiados, ya que la bipolaridad no ofrece muchas alternativas cuando uno tiene que decidir por sí mismo y no sabe dónde o cómo escoger lo que sea «bueno» o «malo. Por lo tanto precisan de unas guías o normas que les faciliten el camino y a la vez les desculpabilicen de sus actos y les liberen del terrible acto de tener que «escoger» por ellos mismos.
Lo más lamentable es la utilización de estas religiones a nivel mundial, ya que se han consagrado como la segunda forma de PODER establecida en este mundo, y a través de él, poder manejar a los ciudadanos de este mundo, manteniéndoles en la ignorancia, en el sufrimiento, en la oscuridad, con la triste «recompensa» de un «cielo» o de «otra vida».
Las religiones, las creencias, están como legado en nuestra historia de la humanidad. Los profetas, los mesías, los iluminados, han venido en un tiempo determinado y coincidente, para enseñar y abrir algunas puertas, muchas de ellas en claves, claves que han sido definitivamente selladas y encerradas en un ocultismo oscurantista e inaccesible, siendo tergiversadas a gusto de los que tienen la llave del poder de esas religiones.
Por tanto todas son buenas a la hora de ser estudiadas e interiorizadas para buscar nuestras claves para poder evolucionar. Cada uno puede acceder a su propia «verdad», a su propio «conocimiento» en la medida en que lo precise para poder ir avanzando; pero anclarse en los escritos, en los dogmas, en las normas, en las tablas, es lo más arcaico y lo más antievolutivo que uno pueda llegar a imaginar. Y teniendo en cuenta esto y aferrándonos a esto, es el motivo por el cual se llevan a la práctica las llamadas guerras de «religiones». Los individuos confrontados en una inmensidad y abanico de creencias y de dioses; pero sobre todo aferrados a los «escritos» que, sumamente elaborados, han dictado sus «normas» herrumbrosas que impiden el librecrecimiento del ser humano y les han llevado a la sangre y a la extinción.