«Nadie puede hacer un elogio de la bicicleta sin hablar de uno mismo. La bici forma parte de la historia de cada uno de nosotros.»
Marc Augé, antropólogo, escribió su personal «Elogio de la bicicleta»:
«Su aprendizaje remite a momentos particulares de la infancia y la adolescencia.» «Para alguien de mi generación, hablar de la bicicleta es evocar, fatalmente, muchos recuerdos.”
«Se sabe que una vez que uno aprendió a andar en bicicleta, como a nadar, ya no lo olvida. (…) Entonces, la bicicleta es una experiencia de eternidad: montar en bicicleta (o volver a hacerlo luego de un tiempo) se asemeja a la experiencia que se tiene en la la playa cuando el que se tiende en la arena y cierra los ojos experimenta la sensación de reencontrarse con su infancia o, más exactamente, con las sensaciones, que al no tener edad, escapan a la acción corrosiva del tiempo.»
«Los ciclistas acarician conscientemente la ilusión de seguir siendo jóvenes y, por eso mísmo, continuan siéndolo un poco.»
«Montar en bicicleta devuelve, por un lado, un alma de niño y, a la vez, nos restituye la capacidad de jugar y el sentido de lo real. Así, el empleo de la bici constituye una especie de recordatorio, pero también de formación continua para el aprendizaje de la libertad, de la lucidez, y, a través de ella, tal vez, de algo que se asemejaría a la felicidad»
“El primer pedaleo constituye la adquisición de una nueva autonomía, es la escapada, la libertad palpable, el movimiento en la punta de los dedos del pie, cuando la máquina responde al deseo del cuerpo e incluso casi se le adelanta”
«La ciudad se descentra como se descentran las viviendas y los hogares con la televisión y el ordenador y como se descentrarán los individuos cuando los móviles sean además ordenadores y televisores.
Lo urbano se extiende por todas partes, pero hemos perdido la ciudad y al mismo tiempo nos perdemos de vista nosotros mismos.»
«El milagro del ciclismo devuelve a la ciudad su carácter de tierra de aventura o, al menos, de travesía.»
«(…) el espacio se presenta como una fuente de metáforas, de acercamientos inesperados y de atajos que no dejan de suscitar, a fuerza de pantorrillas, la curiosidad de los nuevos bicipaseantes: ésta es la nueva libertad, la libertad que ofrece el uso de la bicicleta.»
«A la bicicleta le corresponde un papel determinante: ayudar a los seres humanos a recobrar la conciencia de sí mísmos y de los lugares que habitan. Necesitamos la bicicleta para ensimismarnos en nosotros mismos, mientras volvemos a centrarnos en los lugares que vivimos: devolver a la ciudad su
dimensión simbólica y su vocación inicial: favorecer los encuentros humanos.»
Por eso: «La bicicleta es humanismo.»
Con las mismas premisas surgió Critical Mass, un movimiento mundial que reivindica la ecología y el derecho a circular de las bicicletas.
LA BICICLETA Y LAS MUJERES.
La bicicleta también devuelve a las mujeres la conciencia de sí mismas, de su cuerpo y de su entorno, y de su propia libertad.
Susan B. Anthony, defensora de los derechos de la mujer, dijo en una entrevista a la publicación New York World en 1896: «[La bicicleta] ha hecho más por la emancipación de la mujer que ninguna otra cosa en el mundo. Me paro y me regocijo cada vez que veo a una mujer sobre ruedas. Le da una sensación de libertad y seguridad en sí misma. La hace sentir como si fuera independiente. (…)Y ahí va, la visión de la feminidad libre de ataduras“.
La mujer del siglo XIX a la que se le había dado poca oportunidad de cultivar o expresar su autonomía, ahora tenía un medio con el que podría desarrollar un poder autónomo, no sólo a través del espacio físico, sino también a través de su propio cuerpo. “Para los hombres, la bicicleta en sus comienzos era un mero juguete, pero para las mujeres, se traba de un corcel con el que poder cabalgar hacia un nuevo mundo”, relataba la revista Munsey el mismo año.
Para poder cabalgar, las mujeres defendieron el derecho a vestirse adecuada y cómodamente. La respuesta a la cuestión de la falda fue encontrada en los pantalones bombachos (Bloomers), que eran poco más que unos pantalones muy holgados, ceñidos en la rodilla. Serían apodadas como las «Bloomers», y fueron objeto de burla en la prensa y el acoso en la calle.
Era parte de todo un movimiento llamado “Rational Dress” (Vestido Racional) que surgió en 1881 en Londres, que luchaban contra cualquier moda en el vestir que, o bien deforme la figura e impidía el movimiento del cuerpo, o dañaba la salud. Una de las grandes protestas fue contra el uso de corsés fuertemente ajustados, el “tightlacing”, cuyo objetivo era la formación y modificación de cintura a través de la práctica de este uso extremo de esta vestimenta, y que llegó a causar mareos constantes en las mujeres de la época además de otros efectos graves en su salud. Pero también se actuó contra las botas y zapatos con punta de tacón alto o estrecho y las faldas muy pesadas.
El uso de la bicicleta no sólo tuvo muchos detractores por la nueva moda en el vestir. Se pensaba que podía romper la frágil unidad familiar, ya que la mujer podía viajar más allá de sus límites sin vigilancia e incluso podía «caer en brazos de otros hombres». Además, estaba el hecho de que no les esperaran en su hogar con las tareas hechas y los ojos dulces en vez de cansados.
La «cara de bicicleta» era una enfermedad inventada por algunos médicos ingleses de finales del siglo XIX que podía afectar en mayor medida a las mujeres que hicieran uso de sus bicicletas para desplazarse. Citando a un artículo de 1896, la publicación inglesa Cheltenham Chronicle afirmaba que “Se desarrolla tanta ansiedad aprendiendo a ir en el popular vehículo, (…), que afecta insensiblemente a los músculos de la cara y da incluso a la fisionomía más amplia y neutra una expresión de ansia y agobio que se mantiene durante el resto de la vida.”.
“Un rostro normalmente enrojecido, pero a veces pálido, a menudo con labios más o menos demacrados, un comienzo de ojeras oscuras y una expresión cansada” relataba el Literary Digest en 1895.
Ninguno de estos avisos fue suficiente razón para dejar de pedalear hacia la libertad.
LA BICICLETA EN AFGANISTÁN
Las mujeres de Afganistán son hoy las que han de aguantar insultos y amenazas.
“Amamos la bici. Si nuestros hermanos pueden montar, ¿por qué nosotras no?”
“Para nosotras, la bicicleta es un símbolo de libertad”, cuenta Marjan Sidiqqi, de 26 años, al portal Yahoo News. Marjan, entrenadora de un equipo de ciclistas, subraya “No se trata de una reivindicación política: montamos en bicicleta porque queremos.”
“Mi hija está viviendo su sueño. Mis padres nunca me permitieron montar en bicicleta. No puedo dejar que eso le ocurra también a mi hija” dice Maria Rasooli, madre de una de las ciclistas.
LA BICICLETA EN ÁFRICA
Stan Engelbrecht y Nic Grobler, dos amigos amantes de la bicicleta y la fotografía, llegaron a recorrer más de 10.000 km conociendo las historias de algunos sudafricanos y su bicicleta, y lo llamaron «Bicycle Portraits». «Conocimos a gente muy interesante, pero sobre todo valiente, que pedalean cada día a pesar de los prejuicios o la inseguridad de los caminos”, afirmó Engelbrecht.
Los «chikudus», bicicletas hechas de madera en el Congo, son parte importante de la economía local y su elaboración es una ocupación calificada y prestigiosa. La población nativa de Mushaki, en la provincia congoleña del Norte Kivu, es un claro ejemplo de la pasión por estos vehículos.
En zonas rurales del continente africano, la bicicleta es algo más que un objeto para pasear.
LAS BICICLETAS EN INDIA
El paisaje de India está salpicado de bicis. De hecho, la compañía india Hero Cycles es elmayor fabricante de bicicletas del mundo: 20.000 al día. Lo curioso es que hay quien hace de su bici su oficina, su tienda y el único origen de sus ingresos.
“Muchas de nuestras necesidades básicas llegan en bici a casa. Leche, pan, periódicos, té, helados, tarjetas SIM… No es solo un medio de transporte sostenible. Es el medio de vida de muchos individuos” afirma el ilustrador Sameer Kulavoor. A Kulavoor le interesa cómo cada usuario hace de su bici una extensión de su personalidad. Los dueños vuelcan toda su creatividad en el vehículo indisociable a su vida diaria. “Desarrollan su personalidad, reflejan su ocupación e incluso la historia de su vida”
“India tiene una población enorme y eso implica un consumo de energía brutal. Las bicicletas se consideran un vehículo de pobres. Pero la gente que usa bicis, en realidad, están contribuyendo en gran medida a reducir la huella de carbono al usar el poder de sus músculos para desarrollar sus oficios y vender productos”.
LAS BICIMÁQUINAS.
Otro uso aternativo de la bicicleta es la que se da en la localidad de San Andrés Itazapa, en Guatemala, los habitantes se han valido de su ingenio para crear bicimaquinas. El trabajo de poderosas máquinas industriales se ve reducido a “bicicletas” con las que basta pedalear para producir la energía que impulse el mecanismo de las mismas, y así sustituir la electricidad con que funcionan licuadoras, lavadoras, trilladoras, bombas de agua, molinos o despulpadoras.
«No utilizar combustibles que dañan nuestro medio ambiente. Ese es el éxito de nuestra organización.» afirma con orgullo César Molina, presidente de Maya Pedal.
LA BICICLETA EN CHINA
Afortunadamente para el planeta, no todos los 1.350 miles de millones de China pueden adquirir un automóvil, así que las bicicletas son la única alternativa, sobre todo las eléctricas, de las que este país es el inventor. Parece una buena idea, pero la energía que las carganecesita de muchas mejoras. Existen baterías de litio que se cargan con placas solares que viajan en el remolque, pero en China, la mayoría de las baterías son de plomo, altamente contaminantes. El problema de las baterías de litio es su precio, son más caras.
LA BICICLETA VERDE.
En Arabia Saudita, las bicicletas se ven de muy diferente manera. No es de extrañar que la 1ª película dirigida por una mujer de Arabia Saudita se centre en el deseo de una niña por tener una bicicleta verde. Se titula Wadja, que es como se llama la protagonista, y en ella, aparece una escena en la que su amigo le promete regalarle la suya. «Te regalo mi bicicleta!»le dice, al ver que la niña no consigue su bicicleta soñada. «¿Y como haríamos carreras?» le espeta ella, rechazándola.
Porque una bicicleta, sin ser tándem, se disfruta mejor en compañía, como las mejores cosas del mundo.
Fuentes:
«Elogio de la bicicleta» Marc Augé.
http://www.ciclosfera.com/la-bicicleta-un-arma-poderosa-por-la-igualdad-de-la-mujer-en-afganistan/
http://www.vox.com/2014/7/8/5880931/the-19th-century-health-scare-that-told-women-to-worry-about-bicycle
http://tweedridemadrid.com/2014/04/23/las-bicicletas-son-para-las-mujeres-como-la-bicicleta-les-dio-poder/
http://edant.revistaenie.clarin.com/notas/2009/02/21/_-01862904.htm
http://xroads.virginia.edu/~ug02/hendrick/women.html
http://news.yahoo.com/bicycle-metaphor-freedom-afghan-women-034034433.html
http://edition.cnn.com/2014/01/10/world/africa/intimate-photos-south-africa-cyclists/