El gobierno de coalición británico que encabeza el conservador David Cameron enfrenta en octubre una oleada de huelgas por parte de trabajadores del sector público, en protesta por un congelamiento de los salarios desde 2010.
El sindicato de empleados estatales PCS confirmó que unos 250.000 de sus afiliados votaron a favor de una medida de fuerza para el 15 de octubre.
En tanto, los trabajadores del sector de la salud informaron que llevarán a cabo una huelga el 13 de octubre, mientras que los empleados municipales no trabajarán al día siguiente en señal de protesta.
Los trabajadores públicos protestan por un congelamiento de los salarios desde 2010.
Los gremios británicos sostienen que el nivel de aumentos salariales en el sector estatal está muy por debajo del índice de inflación, y que por ende los estándares de vida de millones de trabajadores están cayendo.
Los sindicatos rechazan también un propuesto aumento salarial del 1%, por debajo del nivel de inflación del 1,5%.
Según el PCS, desde 2010 los congelamientos de salarios resultaron en un 20% menos de ingresos para funcionarios públicos, una vez calculada la inflación y los aumentos en las deducciones por jubilación.
En ese sentido, el secretario general de ese gremio, Mark Serwotka, afirmó que las huelgas previstas para octubre “demuestran que los trabajadores se toman muy en serio la lucha contra los recortes salariales que han destruido los estándares de vida”.
“Todo esto ocurre cuando los súper ricos han sido recompensados con recortes a sus impuestos”, agregó Serwotka.
Según el sindicalista, “hasta que el gobierno no combata a los evasores fiscales e invierta de forma apropiada en las comunidades y servicios públicos, la supuesta recuperación económica sólo beneficiará a los multimillonarios, mientras que millones de trabajadores pagan el precio”.
Por su parte, el Congreso de Sindicatos británicos (TUC), la federación de gremios en Inglaterra y Gales más importante del Reino Unido, confirmó que planea manifestaciones públicas y marchas para el 18 de octubre, bajo el lema “Gran Bretaña necesita un aumento salarial”.
Durante la conferencia anual del TUC, que se llevó a cabo al comienzo de este mes en Liverpool, la jefa de la agrupación, Frances O’Grady, dijo que el gobierno “perdió todo contacto con la realidad” sobre el tema de los salarios del sector público.
La última huelga nacional de los trabajadores británicos se llevó a cabo en julio pasado, cuando los sindicatos organizaron una jornada de protesta en todo el país.
La medida de fuerza convocada por el PCS para el mes próximo abarcará a empleados de las distintas dependencias del gobierno, con sede en Westminster, en Londres, como también de agencias municipales, y de la Asamblea de Gales, aunque no incluirá a trabajadores del Parlamento en Escocia.
Leonardo Boix
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