En la literatura védica , en un relato que se encuentra en las estancias de Dzyan, hallamos de nuevo alusiones a estos «instructores» extraterrestres y a la «importación» de algunos frutos, en este caso el trigo: «Frutos y granos, desconocidos sobre la Tierra hasta entonces, fueron traídos desde otras lokas (esferas o planetas) por los Señores de la Sabiduría». Se da la circunstancia de que, efectivamente, el trigo es una gramínea con una localización geográfica muy restringida en su origen, en concreto en Oriente Medio, donde aún se puede hallar en estado silvestre. Precisamente allí se generó la leyenda de Osiris, el dios egipcio que, entre muchas otras cosas, enseñó a los habitantes del Valle del Nilo a vivir en ciudades y la agricultura. Osiris, según la leyenda, descendió del cielo en un «barco volador». ¿Se trataba de un OVNI?…
CONOCIMIENTO EXTRATERRESTRE
Los Bozo de Segu y los Miniaka de Kutiala comparten idénticos conocimientos sobre Sirio con los dogon. «Cada cincuenta años -explica el investigador Javier Sierra- cumpliendo la órbita de Sirio B alrededor de Sirio A, estas tribus celebran las Fiestas Sigui, en honor a Sigui Tolo que es como conocen a Sirio A. Es entonces -prosigue- cuando elaboran complejas máscaras de madera para celebrar la entrada del nuevo ciclo, que después almacenan en un lugar sagrado desde, al menos, el siglo XV». Con respecto a cómo estas tribus adquirieron tales conocimientos Sierra añade: «Los dogon creen en un dios hacedor del Universo que mandó a nuestro planeta a un dios menor.
Éste descendió a la Tierra y trajo semillas de plantas… Después de crear la Tierra, las plantas y los animales, este dios creó la primera pareja de humanos». Sorprendentemente esta leyenda encaja con otras de lugares bien dispares lo que hace pensar que todas partieron de un tronco común. ¿Acasoun acontecimiento real? Así lo pensaban, a finales de los cincuenta, los escritores franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier «¿Y si los más viejos textos de la Humanidad -se preguntaban- sagrados a nuestros ojos, no fuesen más que traducciones bastardas, vulgarizaciones aventuradas, informes de tercera mano, recuerdos un poco adulterados de realidades técnicas?»Si en el pasado, efectivamente, la Humanidad mantuvo contacto con seres extraterrestres resulta lógico pensar que, automáticamente, aquellos pueblos primitivos los asociasen a espíritus o divinidades que instruían a los humanos.