Impresiones de un fotógrafo de La Gran Época sobre su experiencia en Hong Kong

HONG KONG – Después de que en la noche del 14 de octubre los manifestantes pro-democráticos lograran bloquear el túnel Lung Wo, una de las vías principales de Hong Kong, la policía local se les abalanzó y se produjo un impactante altercado que dejó a algunos heridos y otros en el hospital.

La policía golpeó a los manifestantes con sus bastones, les dio puñetazos y patadas y usó gas pimienta.

En la mañana del 16 de octubre, debido a su malestar por cómo la policía había manejado la situación, nuevamente los manifestantes cortaron la calle. Se pararon frente a los automóviles e incluso se acostaron en medio del camino para obligar a los vehículos a detenerse.

La policía empujó a los manifestantes y estos retrocedieron con sus manos en alto. Fue una situación caótica para todos: la policía acorralándolos contra la pared, los manifestantes gritando e insultando a la policía, y en medio de todo, la prensa tratando de sacar fotos y filmar. Algunos de nosotros nos trepamos a una pared de menos de 1,5 m de ancho con una caída del otro lado de unos 5 pisos de alto.

A medida que más periodistas y fotógrafos se trepaban y llenaban el pequeño espacio, personalmente empecé a preocuparme de que alguien se cayera. Estos últimos dos días han sido una experiencia que me marcó, ya que nunca había cubierto una situación tan intensa.

De repente vi un montón de paraguas que se abrían y el gas pimienta que volaba por todas partes. Uno de los fotógrafos que estaba abajo recibió el spray en la cara, igual que el manifestante que estaba justo abajo mío. Le di mi botella de agua mientras otros trataban de ayudarlo.

La acción de la policía hizo que más manifestantes se unieran.

Los paraguas se abrieron de nuevo y hubo un largo impasse entre ellos y la policía. Por un momento las cosas se aquietaron. Los automóviles transitaban, gritándole a los manifestantes o a la policía. Cuando sonaban la bocina para apoyarlos, los manifestantes vitoreaban y festejaban.

Poco a poco el número de manifestantes se redujo y el cansancio se empezó a sentir. Empezaron a sentarse.

La policía, sin embargo, estaba todavía encima de ellos.

Algo que me quedó de todo esto es lo egoísta que puede llegar a ser una persona. Uno pensaría que un líder bueno y recto debería poder reconocer cuando sus ciudadanos no están contentos con él y entonces renunciar para que su país tenga paz y felicidad.

Pero en cambio, el jefe ejecutivo CY Leung se aferra a muerte a su poder e incluso hizo que la policía de Hong Kong, que solían ser los guardianes leales de los derechos de los ciudadanos y protectores de los inocentes, lo obedecieran y prolongasen estos recientes episodios de injusticia.

Los hongkoneses aman a su país y se preocupan el uno por el otro. Incluso un manifestante me dijo hoy que se preocupa por la policía y que desearía que dejaran de actuar así porque todos pertenecen a la misma nación. Hay una conexión entre los hongkoneses que nunca vi ni experimenté en otro lugar. Ellos aman a su país y aman su libertad.

Lamentablemente, debido al egoísmo de CY Leung, esa conexión y esa libertad están empezando a quebrarse. Es triste que un hombre prefiera destruir su país y permitir que la gente se pelee entre sí con tal de mantener su puesto.

Si Leung ocupara una posición más baja en la sociedad, ¿no habría sido ya arrestado?

http://www.lagranepoca.com/33571-impresiones-fotografo-gran-epoca-su-experiencia-hong-kong

Un comentario en “Impresiones de un fotógrafo de La Gran Época sobre su experiencia en Hong Kong

  1. Cito :

    … ( Hay una conexión entre los hongkoneses que nunca vi ni experimenté en otro lugar. Ellos aman a su país y aman su libertad. )

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