No, no nos referimos a una expresión (solamente) metafórica para hablar de los brokers de Wall Street: ratas que realizan operaciones financieras. Se trata del proyecto del artista austriaco Michael Marcovici, Rat Trading. Marcovici dice haber desarrollado una tecnología basada en estos roedores, a los cuales entrenó a detectar los patrones del mercado financiero de futuros. Para hacer esto, convirtió las fluctuaciones de los precios en una serie de notas tocadas en un piano –si el precio subía, la siguiente nota era más alta. Las ratas tenían luego que predecir qué nota seguía: si lo lograban eran recompensadas y si fallaban eran castigadas con terapia de shocks eléctricos.
Ratas con coquetos nombre como Lehman y Morgan fueron seleccionadas y criadas para transmitir sus genes y mejorar sus promedios –en algo que para ellas era de vida o muerte, y de esta forma se aceleró su evolución. Según Marcovici, después de unos meses las ratas estaban teniendo mejores resultados que los humanos e incluso que los softwares utilizados por algunos fondos de inversión.
Claro que se trata de una farsa inspirada en la imagen de los corredores de bolsa y CEOs de fondos de inversión como rateros sofisticados –como fueron representados por esta famosa pieza de Banksy–, una percepción particularmente difundida durante el colapso del mercado en 2008 por la especulación hipotecaria y la transacción de complejos instrumentos financieros.
En realidad, por el momento no podemos predecir el intercambio de divisas, el vaivén de las acciones, pese a que se gastan miles de millones de dólares en hacerlo y muchas personas pierden su dinero cuando se les venden sistemas a prueba de balas; por eso es tan acertado crear un ejército de ratas oraculares a las cuales darles nuestro dinero.
http://pijamasurf.com/2014/10/ratas-que-realizan-transacciones-bursatiles-y-predicen-las-fluctuaciones-del-mercado/
‘The Guardian’: El modelo occidental ha fracasado
© REUTERS
En vista de los recientes acontecimientos internacionales, el mito sobre la infalibilidad del modelo occidental parece estar desacreditado y hasta los expertos de esta zona del mundo lo reconocen.
«Hasta ahora, el siglo XXI ha sido un siglo fracasado para el modelo occidental», aseguran por John Micklethwait y Adrian Wooldridge, autores de la nueva obra titulada ‘The Forth Revolution’ (‘La cuarta revolución’. Una afirmación que puede parecer extraordinaria teniendo en cuenta que Micklethwait y Wooldridge son autores de ‘The Economist’, publicación que durante mucho tiempo ha insistido en que el ‘no Occidente’ solo podría alcanzar la prosperidad y la estabilidad a través del patrón occidental, destaca Pankaj Mishra, autor de un artículo publicado sobre este tema en ‘The Guardian’.
A continuación, Mishra analiza las razones por las que el modelo occidental ha fallado en muchas partes del mundo, desacreditando la idealización del modelo occidental. Con este término el autor se refiere a la creencia de que «las instituciones del estado nación y la democracia liberal se generalizarán poco a poco en el mundo y que las clases medias en ciernes, creadas por el capitalismo industrial, traerán consigo gobiernos representativos y estables; que cada sociedad, en fin, está destinada a evolucionar como Occidente».
Las dinámicas y los rasgos específicos del «progreso» occidental no han podido replicarse en el ‘no Occidente’
En opinión del autor, los acontecimientos ocurridos de los últimos años, junto con la historia de Europa del siglo pasado, apuntan a que es momento de preguntarse sobre lo que Neibuhr llamó «los altamente contingentes logros de Occidente» y dedicar más atención a las historias del ‘no Occidente’.
La descolonización del siglo XX dio lugar al nacimiento de muchos estados naciones en Asia y en África. Pero el autor continúa explicando que las condiciones que resultaron propicias para el éxito de Europa en el siglo XIX no existían en los países de Asia y África. En consecuencia, si ahora el mundo está agonizando, sumergido en insurgencias, guerras y masacres, es por la ilusión de que el modelo occidental garantizaría el crecimiento y prosperidad para los países de Asia y África.
El autor llama la atención al hecho de que, a diferencia de Europa, que llegó a los estados nación modernos de forma paulatina, el ‘no Occidente’ se enfrenta de manera simultánea a la tarea de la crear estructuras políticas fuertes y economías viables y, a la vez, satisfacer las demandas de la dignidad e igualdad. El autor recuerda que en ningún lugar de Europa existían libertades privadas, sufragio universal y sistema parlamentario a la vez durante los años de la industrialización.
Todas las naciones occidentales están atrapadas en una mentira, la mentira sobre su falso humanismo
Asimismo, Mishra hace hincapié en que los autores de ‘The Economist’ omiten en su libro que en Occidente la historia del nacimiento del estado nación moderno también pasó por matanzas masivas como los casos de las guerras religiosas del siglo XVII, las revoluciones francesas, las guerras napoleónicas, las guerras de la unificación italiana, etc.
«Los siglos de guerra civil, conquista imperial, explotación brutal y genocidio fueron suprimidos en los relatos que mostraban cómo los occidentales hicieron el mundo moderno», asegura el autor, que, a continuación, cita a James Baldwin, quien en 1963 avisó de que «todas las naciones occidentales están atrapadas en una mentira, la mentira sobre su falso humanismo; esto significa que su historia no tiene justificación moral, y el occidente no tiene la autoridad moral».
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/144588-guardian-modelo-occidental-roto