El marido de Teresa Romero, la primera infectada de ébola fuera de África, Javier Limón, ha denunciado que se han «reído» de ellos en su «cara» y que les han tratado como «escoria», por lo que ha avisado de que «esto no va a quedar así».
«Un verdadero desastre, de Pepe Gotera y Otilio… Y encima de todo el desastre que han armado, que nos han destrozado la vida, que han asesinado a nuestro perro, que a mi mujer casi la matan… Encima de todo sale el tipo este diciendo que mi mujer, que se ofreció voluntaria, es una mentirosa, que ha mentido sobre la fiebre, que no hace falta hacer un máster para quitarse el traje», ha indicado en alusión al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez.
En una entrevista a El Mundo recogida por Europa Press, el marido de Teresa Romero ha reconocido que su mujer le dijo que se presentaría voluntaria para atender al segundo misionero enfermo de ébola repatriado a España, Manuel García Viejo. «Ella venía siempre a la tele cuando hablaban del ébola, le interesaba mucho», ha apuntado.
Seguidamente, ha aclarado que Romero y él empezaron a no dormir en la misma cama porque Limón sufría las consecuencias de un «accidente laboral» que tuvo el 23 de septiembre y porque «ella empezó con fiebre». Además, ha rechazado que la auxiliar de enfermería ocultara los síntomas hasta después de presentarse a las pruebas de la oposición. «En absoluto. El examen fue un sábado y ella empezó el lunes. Pensábamos que era gripe, claro (…) No bebíamos del mismo vaso, tomábamos los dos vitamina C», ha remachado.
Ningún error de protocolo
«El viernes 3 de octubre ya me digo: ‘Esta gripe es muy fuerte’. Pero durante toda esa semana nunca se habló de ébola en casa. Ella apuntaba todas las veces que se tomaba la temperatura, y nunca jamás subió de 38,6º. Nunca», ha asegurado, para después añadir que cree que Teresa le dijo que el 30 de septiembre avisó en su Centro de Salud de que había tratado a los misioneros fallecidos por el ébola.
Asimismo, Limón ha defendido que Romero «jamás» le habló de que hubiera cometido algún error de protocolo y que «nunca» le dijo «que se equivocara en nada». «Teresa me dijo que le había costado mucho doblarlo (el colchón) al morir el primer misionero. Estando aquí, me viene una mujer de la limpieza y me dice que vio a Tere doblando ella sola el colchón del segundo, y que la mujer se quedó asustada», ha relatado.
«He visto a una enfermera quitándose el traje a la pata coja»
En este sentido, el marido de Teresa Romero ha explicado que durante el tiempo que permaneció al lado de la habitación de su esposa en el hospital pudo ver a una enfermera quitándose el traje dentro. «He visto de todo. A una enfermera quitándose el traje a la pata coja, apoyándose en el suelo, y los otros gritándole: «¡Así no, así no!». Y ella: «¡Que sí, que yo lo hago así, que estoy acostumbrada!», ha indicado.
«Lo del perro no va a quedar así»
En relación con el perro de la pareja, Excálibur, que fue finalmente sacrificado, Limón ha asegurado que entiende que algunas personas no hayan comprendido el amor que tenían hacia su mascota, pero ha agregado que era su «hijo adoptivo, uno más en la familia». «Eso, lo del perro, tampoco va a quedar así, lo juro», ha subrayado.
A su juicio, «en buenas condiciones y con el personal preparado», sería «obligado» repatriar a los misioneros enfermos por el virus del ébola, pero no «a un hospital en desmantelamiento por el afán de privatizar».
Finalmente, ha afirmado que la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Ana Mato, «está jugando con la vida de muchas personas». «Si le viene grande el puesto y no sabe gestionarlo, debe dimitir», ha concluido.
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