El exjefe del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, sigue intentando rehacer su vida tras los escándalos vividos en el pasado. Pero parece que la fortuna no está de su lado. Tres días después de abandonar la presidencia de la firma de inversión LSK & Partners (Leyne Strauss Kahn and Partners), su socio en dicha entidad se ha suicidado.

El franco-israelí Thierry Leyne se arrojó al vacío desde uno de los edificios más altos de Tel Aviv el día 23 de octubre, según publica Businessweek. El hecho se ha producido justo tres días después de que Strauss Kahn comunicara su marcha de LSK & Partners, compañía de la que el francés aún posee un 20%.

Cuando Strauss Kahn adquirió el 20% de la compañía, esa participación estaba valorada en 10 millones de euros a precio de mercado. Hace unas semanas, esa misma participación valía una tercera parte de esos 10 millones. Ahora, la cotización de las acciones están suspendidas desde el día de la muerte de Leyne.

La idea inicial antes de que las desgracias y los malos resultados se cebaran con LSK & Partners era usar los conocimientos económicos y políticos de Strauss Kahn para dar forma a un banco de inversiones.

En los planes de este fondo de inversión alternativo estaba incorporar a la hija de Strauss Kahn, Vanessa Strauss Kahn, para que ayudase en las labores de administración y dirección del fondo.

LSK & Partners nació en 2013 con la entrada de Strauss en Anatevka, la compañía de Thierry Leyne. El exjefe del FMI sería el principal impulsor de un banco de inversiones, que intentaría desarrollar un entre sus productos un hedge fund que pretendía llegar a mover unos 2.000 millones de dólares.

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