domi Lenguaje racista

Somos mestizos con sueños de pureza racial. Discriminadores no confesos de las minorías étnicas, como si fueran seres inferiores. El lenguaje cotidiano así lo delata fácilmente.

“Ese tipo es un ‘indio’ insoportable” o “vámonos de aquí que esto está lleno de negros”, son algunas de las expresiones que he oído recientemente, para poner en evidencia esa forma soterrada de racismo que se manifiesta a través del lenguaje.
Las palabras dejan entrever una realidad que no se nombra, pero que existe. Colombia es un país rezagado en el proceso de hibridación que se vive en muchos países del mundo. Pertenezco a una comunidad mestiza, con sangre indígena y afrodescendiente, con algunas gotas de sangre de inmigrantes que llegaron hace ya muchas generaciones, pero la mezcla llega hasta ahí. Aquí, según el DANE, actualmente la población colombiana inmigrante representa solo el 0,3% de la población total.
A pesar de ésto, en esta cultura es bastante común el anhelo de mezclarse con los que tienen pinta de “blancos” locales; hay un racismo que no se menciona, pero que se manifiesta de forma clara en la posición jerárquica que ocupan las minorías étnicas, dentro de la economía y la sociedad en general.

Hay una nostalgia eurocéntrica, en la que el sueño de blancura y pureza de descendencia europea marca el comportamiento de una gran parte de la población. Nos hemos identificado con la ideología eurocéntrica, en la que solo tiene valor lo procedente del llamado “primer mundo”, incluyendo el color de la piel.
Y pensar que de las personas que han emigrado de Colombia el 35,4% se fue a Estados Unidos y el 23,3% a España, donde, a pesar de los pergaminos locales, allá viven en carne propia la discriminación hacia los inmigrantes latinoamericanos, y muchos de ellos se ven precisados a trabajar sin garantías y en el mercado laboral ilegal, que es lo mismo que ocurre aquí con las minorías.
Aquí los afrodescendientes son casi todos pobres y padecen de discriminación o hacen trabajos considerados de menor estatus. Los procesos de desplazamiento forzado que ha generado la guerra en Colombia ha lanzado a cientos de indios o aborígenes hasta las franjas de miseria de las grandes ciudades. Otras comunidades, pobres en su mayoría, padecen fenómenos de aculturación, sin ventajas a cambio, o las tienen cultivando coca, pero no como parte de su cultura, sino al servicio del narcotráfico.
No he podido encontrar estadísticas representativas sobre las minorías étnicas de mi país, para complementar este artículo. Las últimas cifras disponibles del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), que corresponden alcenso de 1993, que pude encontrar, arrojan que en Colombia la población afrodescendiente, conocida vulgarmente como “negra”, ascendía ese año a medio millón de personas y la de indígenas o aborígenes, a 613 mil. Pero, según el mismo Dane, esas estadísticas no son confiables.
Total, yo decidí eliminar de mi lenguaje los términos que evocan actitudes racistas, que considero bastante ofensivas. Puede que no sea la gran cosa, ni que vaya a cambiar el mundo, pero, principio tienen las cosas. También me he propuesto construir relaciones basadas en el respeto, con conciencia, en mi convivencia cotidiana con las personas que pertenecen a otros grupos étnicos.

http://markota.wordpress.com/

 

3 comentarios en “domi Lenguaje racista

  1. El problema está en que cada uno debe estar orgulloso de sí mismo: el negro como negro, el amarillo como tal, lo mismo el piel roja. El sentido de la propia dignidad está dentro de nosotros mismos. Hay que hacerles la contra a los que desprecian a otros. Sólo la maldad es despreciable.

  2. El articulista tiene algo de resentimiento y un pelín de complejo étnico.

    Particularmente me resulta una idiotez llamar a un negro » afrodescendiente «. Es un eufemismo ridículo. Igual me ocurre con llamar a un indio » nativoamericano «.

    Cuando he estado en África me llamaban » blanco «, » blanquito, pálido, lechoso…» y nunca me sentí ofendido. Soy blanco ¿ como iba a ofenderme ?.

    El racismo no está en las formas, sino en el fondo. Puedes ser discriminado e insultado con una corrección gramatical exquisita. Y puedes ser tratado con cordialidad con un lenguaje más coloquial.

    Ésas étnias que se sienten agredidas, deberian comenzar a superar sus propios complejos. Muchas veces el problema está en la cabeza propia más que en la boca de los otros.

    Los eufemismos son estupideces.

  3. El problema José es claro, nada de lo que se tiene como estadísticas es confiable y eso pasa con muchos o casi todos los gobiernos de sudamérica, es una temática muy profunda de mafias narcos populismos y largos etc. Lo bueno es que ya se empieza a hablar más en serio de la calamidad a la que hemos sido llevados por abandonar la República, más la alta corrupción, sobornos, militancia paga, etc, eso es raiz, si se mira la raiz se avanza y si no estaremos condenados a dictaduras populistas, en lo suave, y en el peligro estados fallidos. o narco estados. El resto creo que es más libreto de algún sector, para atizar divisiones, o silenciar «voces» cuya finalidad es re-escribir la historia… Saludos a ambos

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