(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Dilma Rousseff no solo deberá gestionar a partir del 1º de enero una amplia y heterogénea coalición, más débil que en su anterior cuatrienio, sino que además tendrá un triple frente opositor: el tradicional del PSDB ahora encabezado por Aécio Neves, el renovado en torno a Marina Silva y el interior que el PMDB empieza a dar forma.

Dilma Rousseff renueva en el Palacio de Planalto tras conseguir la victoria más estrecha del PT desde 2002 (solo tres puntos sobre Aécio cuando en 2010, por ejemplo, aventajó a José Serra en 12 puntos). Asimismo, contará con menos fuerza en el Congreso aunque su coalición sea mayoritaria.

Los nueve partidos que apoyaron a Rousseff sumaron 294 diputados en la Cámara Baja. Ello significa más de la mitad de los 513 escaños.

El Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff fue el más votado y obtuvo setenta diputados, pero perdió 16 con respecto a la actual composición.  La segunda mayor bancada a partir del próximo 1 de enero será la del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB),  que tendrá 66 escaños.

Las nuevas oposiciones a Dilma

Dilma Rousseff encara en 2015 un panorama opositor diferente a su anterior cuatrienio (2011-2014) en el que la oposición estaba fragmentada y desarticulada.

El PSB, que presentó en 2014 a Marina Silva,estaba hace cuatro años dentro de la coalición oficialista, el PSDB vivía un momento de difícil transición tras acumular tres derrotas consecutivas y ser incapaz de hacer peligrar la hegemonía petista y la coalición PT-PMDB gozaba de muy buena salud.

En la actual coyuntura (2015-2018), el PSB se encuentra en la oposición, Marina Silva, pese a su colapso en el tramo final de la primera vuelta, es ahora más fuerte que hace cuatro años (elevó su caudal electoral del 19% al 23%) y el PMDB parece estar coqueteando con ejercer “la oposición desde dentro”.

Al PSB, a Marina y al PSDB ahora les queda un periodo para rearticularse y consolidar (el PSDB con Aécio Neves) o encontrar nuevos liderazgos (el PSB tras la desaparición de Eduardo Campos), así como para construir nuevas plataformas políticas (es el caso de Marina Silva y su Rede de Sustentabilidade).

El nuevo rol del PMDB

El PMDB presume de ser el “partido que da estabilidad al sistema” pues no en vano fue un fiel aliado de Fernando Henrique Cardoso y luego de Lula da Silva y Dilma Rousseff (Michel Temer, uno de sus líderes en vicepresidente con Dilma).

Pero también es un partido pragmático, en realidad una gran coalición de caudillos locales, que en este cuatrienio va a vender más caro su respaldo a Dilma a la que ya ha mandado ya algún mensaje de por donde pueden ir los tiros.

Dilma Rousseff acaba de sufrir una derrota en el Congreso, que anuló un decreto de la mandataria destinado a crear una política de participación social, tan solo dos días después de haber sido reelegida.

Una derrota procoada por el PMDB que votó no con el oficialismo sino con la oposición.

Los partidos aliados de Dilma Rousseffmostraron así que no serán tan fieles como podría esperarse, ya que  algunos votaron con la oposición política contra el decreto de la presidenta brasileña.

El PMDB ayudó con su voto a anular ese decreto y “la oposición obtuvo el apoyo de partidos de la coalición (de Rousseff), como el Partido de Movimiento Democrático (PMDB), y consiguió aprobar la cancelación del decreto”, informó la agencia de la Cámara de Diputados.

El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, aseguró que esta “es una derrota que no nos desalienta”. Sobre el apoyo de su aliado el PMDB a la oposición, lo atribuyó a sectores del partido: “Prefiero considerar ese un episodio aislado que no afecta nuestra alianza con el PMDB”.

Además, el PMDB que controla la vicepresidencia y siete estados, aspira a retener la presidencia de la Cámara de Diputados y del Senado, algo que desagrada al PT que aspira a gobernar el Congreso. Incluso, el aspirante del PMDB a retener el control de la Cámara es Eduardo Cunha (RJ), desafecto a la presidenta.

El PMDB no va a romper con el gobierno de Dilma Rousseff en este momento ni mucho menos. Pero ha iniciado una senda en la que, sabiéndose indispensable para la gobernabilidad, va a vender caro su apoyo, va a aspirar a tener mayores cuotas de poder y se va a mostrar como un aliado con mucha autonomía capaz de imponer condiciones a la presidenta.

El PMDB votócon el PSDB para derribar un proyecto de ley impulsado por Dilma Rousseff y el PT dos días después de la reelección de la presidenta

Eso se está viendo también en el tema de la reforma política, uno de los temas claves en el próximo gobierno.

El presidente del Senado, Renan Calheiros (PMDB) ha señalado quecree que la reforma política debe ser liderada por el legislativo y una vez aprobada, someterla a referéndum, al contrario de Rousseff, que prefiere que los ciudadanos tomen la iniciativa.

Y el líder del PMDB en la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ha ido más lejos y ha asegurado que con su propuesta Rousseff quiere sustituir el papel del Congreso por el plebiscito, y le ha recordado que los congresistas cuentan con un poder “tan legítimo” para legislar como ella para gobernar.

En resumen, que el próximo cuatrienio va a ser para Dilma Rousseff un permanente dolor de cabeza para unir las diferentes piezas políticas, afrontar las demandas sociales y tratar de combatir la inflación y la ralentización (encontrando al sucesor de Guido Mantega).

http://www.infolatam.com/2014/11/13/los-tres-frentes-opositores-dilma-rousseff/