Los síntomas asociados al miedo son experimentados «aquí y ahora», a pesar de que no se tiene ninguna certeza de que aquello a lo que se teme va a ocurrir.
Si pensamos por qué sentimos miedo (más allá de la comprensión psicológica que da cuenta del fenómeno), nos encontramos frente a una situación bastante peculiar.
Aunque en ocasiones los miedos derivan de una experiencia traumática que podemos recordar o no, siempre surgen en relación a un evento que «podría ocurrir». Dichode otro modo, tememos la manifestación de una situación negativa en el «futuro».
La inquietud, el desasosiego, la angustia, la paralización que provoca el sentimiento de intenso pánico y todos los síntomas asociados al miedo, son experimentados por el sujeto en el «aquí y el ahora», a pesar de que no tiene ninguna certeza de que aquello que teme va a ocurrir.
El Miedo tiene un denominador común en el humano: la certeza de que estamos expuestos a una situación de daño en un futuro próximo o lejano. Se puede desprender de situaciones más bien abstractas (vejez, enfermedad, carencia, abandono, soledad, etc.) o concretas, como por ejemplo que una enfermedad diagnosticada nos conduzca a nosotros o aun ser querido a la muerte, malos resultados en el examen de grado que vamos a rendir, fracaso financiero en la empresa que estamos comenzando, desilusión amorosa en la relación de pareja que estamos iniciando, etc.
¿Qué ocurriría si un día descubrimos con gran alegría que existe un lugar en el cual podemos refugiarnos y liberarnos definitivamente del dolor, de la pérdida y de la muerte?
El Miedo tiene lugar en la experiencia humana porque ignoramos que tenemos la facultad creativa de trascender la limitación, aquí y ahora, para realizar la armonía y la felicidad permanentes en cada acto creativo del diario vivir.
¿Cómo va a sentir miedo un niño que sabe que vive bajo el amparo, el amor y el cuidado permanentes de sus padres? ¿Y nosotros? ¿No somos acaso los niños de Dios?
Sólo la certeza de lo invisible nos permite romper la cadena del apego y con esto se esfuman los miedos para siempre. Entraremos en la dimensión del aquí y el ahora permanente; pasado y futuro salen del campo de la experiencia y la libertad creativa vinculada a la Fuente de Origen, nos devuelven la confianza asentada en un eterno presente en el poder de la Luz de Dios que jamás falla.
(Fragmentos del Libro “El fin de la era del miedo” de Lita Donoso, Editorial Aguilar.)
FUENTE http://www.animalespiritual.com