Una colaboración de  Flor Macaya

Hoy no es un día más. Hoy es un día especial, porque es único e irrepetible, porque nos levantamos, respiramos y estamos vivos, porque seguro que estuvo lleno de situaciones y de personas que nos brindaron la oportunidad de aprender. Y como hoy no es un día más, agradezcamos la posibilidad de haber podido vivirlo, aunque haya sido un día lleno de cosas simples o lleno de cosas complejas. Agradezcamos juntos el privilegiado lugar en el mundo que tenemos y que nos permite percibir la necesidad de agradecer para abrir el corazón y sentir Amor, para valorar a todo y a todos los que nos rodean.

De eso se trata esta aventura… de aprender a agradecer y valorar. Valorar el camino, valorar cada paso avanzado y cada paso retrocedido. Valorar lo bueno y lo malo, que en realidad van de la mano y se imponen ante uno para que podamos seguir avanzando. Valorar a todos aquellos que nos ponen en proceso, que tocan fibras en nuestro corazón y en nuestra alma. Valorar a quienes nos hacen felices y a quienes no lo hacen también porque si ésto no fuese así, nunca hubiésemos llenado de experiencias, de sensaciones y de sentimientos nuestro interior. Nunca hubiésemos vislumbrado la felicidad si esas lágrimas no hubiesen estado. O esa plenitud y libertad, sin esos vacios y autocárceles.

Agradecer y dar el salto. Saltar al futuro y soltar el pasado. Saltar lo más alto que puedas, con toda tu fuerza y con todo tu amor. Soltar todo mal pensamiento o deseo incorrecto. Soltar los vicios y los malos hábitos. Animarnos a cambiar todo aquello que creemos imposible. Animarnos a soltar de verdad. Proponernos nuevos horizontes, nuevos desafíos, sin fronteras ni límites, sin barreras, ni impedimentos. No nos podemos dar el lujo de no hacerlo y de ignorar esa posibilidad. Si nos dieron la posibilidad de imaginar un futuro diferente, es porque en nuestro interior está ese potencial. Está latente ese futuro esperándonos, magnetizándonos con todo su poder e inmensidad. Con toda su belleza y novedad. Animémonos y acerquémonos a él.  De nada sirve quedarnos flotando en la imaginación, si no podemos hacer nuestros más profundos sueños realidad. Abramos nuestro corazón al Amor, a nuevas experiencias, a nuevos sueños. Nada es imposible, nada es inalcanzable, nada está tan lejos como parece.

Aceptemos con humildad y con orgullo la oportunidad de cambiar la historia y nuestra historia. De vivir la vida intensamente y de Ser realmente lo que vinimos a Ser. De transmitir valores, energía y felicidad a toda persona que se acerque. Es nuestra sagrada responsabilidad. No permitamos que alguien que se acerque se vaya en el mismo estado con el que llegó. Seamos aquellos jardineros que plantan las semillas del mejor futuro que nos podemos imaginar en nuestros corazones y en los corazones de toda persona que se nos acerque. Porque si no lo hacemos nosotros, entonces ¿quién?

F.M.

Agradecer: el puente hacia el Amor