Una colaboración de flor_macaya
Vivimos en un mundo lleno de estímulos y de distracciones, en las cuales nos perdemos y entregamos al placer y al entretenimiento que nos generan: Fútbol, moda, tv, chimentos, juegos, redes sociales, etc… Vivimos en un mundo rodeados de seres que conocemos superficialmente pero poco en profundidad. Vivimos en un mundo en el que la mayoría de las veces necesitamos que nos pase algo fuerte y conmovedor para poder tocar fondo y hacernos preguntas internas e intensas, como por ejemplo ¿quién soy? ¿por qué me pasa esto a mi? ¿qué es lo que estoy haciendo en este planeta? ¿qué es todo lo que me rodea? ¿para qué estamos vivos?
Muchas veces este tipo de preguntas por ser tildadas de preguntas “existenciales” o “filosóficas”, hacen que no enfoquemos y no nos animemos a indagar en esos terrenos por parecer “locos” o “raros”, entonces nos entregamos a la vida y al sistema que impera en nuestra cultura: del trabajo a casa y de casa al trabajo, los fines de semana salida con amigos, alcohol, música y descontrol, en el caso de nosotros, los jóvenes y de los no tan jóvenes también o esperamos toda la semana el sábado y el domingo para descansar de lo agotados que estamos…
Es así como van pasando los años y la vida, es así como vamos avanzando con propósitos superficiales, acumulando objetos materiales, acumulando mucho disfrute y distracciones… Y nada de todo esto podemos llevárnoslo arriba. Al fin y al cabo lo único que importa es cuánto amamos a los demás, cuánto nos animamos a ayudar a los demás y a ayudarnos a nosotros mismos, cuán felices fuimos y cuánto trabajamos por hacer felices a los demás. No esperemos a ser ancianos y por sentir la cercanía a la muerte empezar a reflexionar éstas cuestiones. Vivamos la vida y todos sus días como si fuesen los últimos. Digamos todos los “te quiero” necesarios, hagamosle saber a todos los que amamos que esto es así, abramos nuestro corazón a las dificultades que vienen a cambiarnos la vida, valoremos todo y a todos, riámonos mas, aprendamos cada minuto que pasa, perdonemos a quien haga falta y entreguémonos a algo superior: dejemos nuestro ego de lado que siempre interfiere para poder abrir nuestra mente y nuestro corazón a ser mejores personas y construir un futuro mejor y lo más importante:contagiemos esas ganas y ese amor al mundo!!!
F.M.
Un mundo sin amor es inviable, es primordial para una vida sana practicar el amor hacia los demás sin mirar porqué, cómo, cuándo o a quién. Y de paso nos sentiremos más vivos.