El asombroso experimento que mostró cómo nuestros cerebros están unidos por un ritmo compartido

underwater-synchronize-swimming-4

O body swayed to music, O brightening glance, / How can we know the dancer from the dance?

W.B. Yeats

El ser humano defiende su individualidad y poco se percata de que es parte de un tejido social, de una especie de superorganismo transpersonal y sus ideas, motivaciones y conductas no son sólo suyas: son parte del colectivo que lo in-forma permanentemente. Consideremos un extraordinario ejemplo.

El investigador William Condon del  Western State Psychiatric Institute estudió a detalle una serie de conversaciones entre adultos reproduciéndolas en video y descubrió que inconscientemente las personas empiezan a coordinar los movimientos de sus dedos, sus parpadeos y las inclinaciones de su cabeza, creando un metadiálogo, una proxemia que es casi una burbuja de comunicación protegida por los signos de sincronización. Registros encefalográficos mostraban que sus ondas cerebrales estaban oscilando en sintonía. Condon desarrolló el concepto de “entrainment” para describir el proceso cerebral de compaginación rítmica: ”la sincronía es el principal canal de conciencia de la socialización”, escribió. Y su conclusión: “No tiene sentido ver a los seres humanos como entidades aisladas”.

En su libro Global Brain, sobre el ser humano como un superorganismo y el planeta como una red de información milenaria, Howard Bloom cita también el ejemplo de bebés recién nacidos que exhiben esta sincronía –”de hecho, un bebé estadounidense ajusta sus movimientos corporales al flujo del habla de una persona que le habla en chino o de una persona que le habla en inglés”.

El sociólogo Edward T. Hall realizó un experimento siguiendo el trabajo de William Condon. En este hermoso experimento sociológico un estudiante se escondió, bajó la dirección de Hall, en un auto abandonado y filmó a un grupo de niños jugando en el recreo. Cada uno de ellos parecía estar aislado, haciendo sus propios juegos, brincando, riendo o hablando con un par de amigos más en grupos separados. Pero un análisis posterior mostró que el grupo se movía a un ritmo unificado. Una niña pequeña, más activa que el resto, emergió como la directora de orquesta, llenando el patio de su beat. Los investigadores incluso lograron encontrar “la música que llenaba la silenciosa cadencia”. “Sin saberlo, se movían a un ritmo generado por ellos mismos”, escribe Hall. Esto lo hizo inferir que “una profunda corriente inconsciente de movimientos sincronizados unía al grupo” hacia “una forma organizacional compartida”.

El experimento de Hall entre niños de escuela nos recuerda el poema de Yeats “Among School Children”, en el que quedó impresa la identidad entre el danzante y la danza: ambos parte de una corriente rítmica que los entrelaza y los disuelve en un todo líquido.

El ser humano dentro de la orquesta invisible del cerebro global

Hall aquí coquetea con el concepto de la sincronicidad de Carl Jung, pero desde el ritmo, como un puente social pitagórico. Siguiendo el trabajo de Condon, señala que “eventos son experimentados simultáneamente por dos personas bajo el puente o unión del ritmo” (en el caso de Jung, lo que une es el significado). Curiosamente este es un slogan de numerosas campañas publicitarias: “el ritmo es lo que nos une”. Más allá de que esto sea un lugar común, que pierde su verdadero significado en la tautología del marketing, obedece a una intuición que se confirma. Hall considera que la sincronización social es un principio universal; el ritmo abre un campo compartido de información, casi como una comunicación transpersonal a través de neuronas espejo. Howard Bloom concluye, después de analizar cientos de ejemplos de cómo construimos socialmente la realidad, que “nuestras facultades perceptuales son extensiones no reconocidas del cerebro colectivo”.

Aquellos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música (Nietzsche).

Twitter del autor: @alepholo

http://pijamasurf.com/2014/12/el-asombroso-experimento-que-mostro-como-nuestros-cerebros-estan-unidos-por-un-ritmo-compartido/

8 comentarios en “El asombroso experimento que mostró cómo nuestros cerebros están unidos por un ritmo compartido

  1. No comparto la idea del artículo. Es un hecho que somos una especie gregaria, pero éso no significa que seamos parte de un superorganismo transpersonal.

    Los humanos somos gregarios y miméticos. Los integrantes de cualquier colectivo tienden inconscientemente a imitar las acciones de la mayoría, hasta que todos acaban siendo un grupo homogéneo. Y ésto se produce a nivel físico y mental. Las razones de ¿por qué ocurre esto ? son muy variadas y debatidas. Pero lo cierto es que ésto es asi.

    Ahora bien, deducir de ello cosas como la existencia de un organismo global o implicaciones con la sincronicidad y demás, entra dentro de lo especulativo. Me parece extrapolar cosas a ámbitos distintos e inadecuados.

    1. Claro que si Aida:

      Somos mucho más que nuestro cerebro.

      Cuando amas a una persona los pensamientos, las sincronicidades, son compartidos muchas veces de forma inconsciente.
      En un momento dado mientras estás pensando en algo te viene una solución, o bien sientes la necesidad de beber o comer tal colsa y dices;
      pero si a mi no me gusta esto y no me lo quito de la cabeza.
      Entonces esa persona dice, que lleva pensando en eso toda la mañana.

      También hay otros ejemplos en que nuestros corazones vibran al son de un poema, una protesta ante la injusticia, una esperanza de vida…
      La vibración emocional de los mantras, que nos unen como diapasones en una melodía evocadora.

      También a nivel de razonamiento se han constatado estas conexiones.
      Y no sólo en nuestra especie sino entre nuestros parientes más cercanos, los simios.
      La ciencia ha podio verificar la llamada teoría del centésimo mono, en la que un comportamiento que supone una ventaja importante para el bien comun es capaz de transmitirse entre grupos que nunca tuvieron relación.
      Una explicación de este suceso observado en varias ocasiones, fue planteada con los llamados registros akasicos.

      En cada generación hay determinados individuos, no muchos, capaces de sobresalir del resto y poder conectar con estos campos akasicos, que son una especie de bancos del conocimiento.
      Como una radio que entrega información y descubrimientos sólo a aquellos que son capaces de sintonizarla.
      A lo largo de la historia del hombre, han existido grandes personajes cuyos saberes lograron avances significativos en nuestra raza.

      Otro dato que avalaría esta teoría sería, los muchos casos de científicos que sin tener relación entre ellos, desarrollaron teorías y descubrimientos casi parejos a lo largo de la historia.

      Esto es algo que hoy en día ya no es posible ya que la red de internet permite una información a nivel global.
      Una red que quizás este haciendo que los pocos que puedan llegar a esos campos akasicos no lo hagan por falta de necesidad.

      Lo cierto es que la información, el conocimiento, es algo que parece existir antes de ser imaginado.
      Algo que es descubierto, algo que puede anteceder al propio universo.

      La información de un orden capaz de hacer funcionar las cosas cuando se conectan de un modo adecuado.
      Como en un circuito eléctrico.

      La información, los campos akasicos, podrían entonces ser una manifestación del Creador, que se aparta totalmente de la teoría del dios humano, viejo y con barba blanca.

      He señalado efectos cotidianos, efectos emocionales, efectos racionales que parecen conectarnos en determinadas ocasiones.

      Finalmente hablaré de esos otros efectos que todos hemos sentido o conocido y que van mas allá de los mencionados.
      Me refiero a esas coincidencias para reunir a dos personas o dos sucesos, hacerlos coincidir de manera imposible para la ciencia de la estadística a nivel espacial y temporal.

      Esto sucesos nos hacen recapacitar sobre el devenir y la predestinación de algunas personas.
      Se diría que ciertas vidas fueron escritas de antemano para juntarse en un momento y situación determinadas.

      ¿ Y por qué no?

  2. La ciencia no ha verificado la teoría del centésimo mono. Y dudo que lo haga.

    A menudo extraemos conexiones entre sucesos que no las tenian, simplemente por ser observados a posteriori. Es una característica del cerebro humano, aborrece el desorden, lo aleatorio.

    La sincronización entre personas que tienen un trato habitual no es extraña.

    Me parece que la predestinación anula la posibilidad de libertad humana.

    ¿Predestinación y existencia de libre albedrío ? Un poco difícil de casar.

    1. Hola Jose:

      La única manera de casar Predestinación y Libre albedrío.
      Y que comparto.

      Es que la predestinación la realices tu mismo y que no esté referida a todo, sino a un entorno que favorezca las decisiones libres, sobre las cuales se aprenderá.

      Un saludo

  3. Todo se expresa a través de la sincronización y sintonización, eso lo podemos observar en la inherente simbiosis y sinergias de todos los seres vivos en la naturaleza… Lo que creemos como «coincidencias» son el producto del desconocimiento de este hecho.
    Constantemente sintonizamos para expresarnos, entendernos, Amarnos u odiarnos… Cuando lo hacemos conscientemente, sabemos que la comunicación se desprende de un campo externo al cuerpo-cerebro ( vehículo) que albergamos, y nuestro corazón, es el mejor sintonizador intuitivo para detectar las frecuencias afines o contrarias… Armonizar, es una acción que involucra a la trinidad en nosotros, mente, cuerpo y espíritu ( padre, hijo y espíritu santo ) etc,etc, que accede a este campo externo y se produce la comunicación trascendente a las limitaciones propias del rango de frecuencias del cerebro y la mente misma… ( DE AMBAS PERSONAS O GRUPO COLECTIVO ).

    Aveces cambiamos de humor drásticamente luego de un fortuito encuentro con algún desconocido y sin medir palabras, sentimos rechazo o atracción por el mismo, y no sabemos porqué, la comunicación verbal se torna irrelevante cuando de nuestra sensibilidad para sintonizar se trata, sencillamente porque no sabemos aún acceder a ese campo externo de comunicación, llamemosla: Universal, en donde el cerebro, es solo el vehículo de comunicación, mas no la fuente de la comunicación… Un ejemplo palpable es la vibración colectiva de conectividad que se produce en un evento multitudinario, como un gran concierto musical, con un artista que sintoniza con todos sus fans y sincronizan colectivamente o un DJ al estilo David Guetta.

    Los déjá vus, podrían encontrar una explicación coherente desde la sincronización y sintonización trascendentes, los encuentros de las llamadas Almas Gemelas que se reconocen en este plano, también.

    El asunto interesante que se deriva de toda esta visión, lo apunta Maestroviejo al cuestionar lo que entendemos como el DEVENIR y la PREDESTINACIÓN de las personas… ¿ los acontecimientos en nuestras vidas son el producto fortuito del azar o fueron escritas de antemano con fines o resultados previstos por… ?

    Creo que siempre se puede improvisar… aunque tal vez, el método no altere el resultado ya previsto por… ?. No obstante… de eso se trata la dinámica de la vida en este mundo… Ya saben, para no aburrirnos. Pero…¿ será que realmente podemos alterar las cosas SUPERIORES ? o solo «creemos» que lo hacemos, quedando todo en este periplo que llamamos vida humana… Como es arriba es Abajo.

    IN LAKECH.

  4. Aunque estén, sin saberlo, en el Campo unificado, algunos no ha llegado todavía a los Registros Akáshicos. O al sincrodestino. No hay apuro. . .»Tu nivel más alto de ignorancia
    es cuando rechazas algo de lo cual no sabes nada.» Dr. Wayne Dyer

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.