– Es un hecho insólito que invita a la reflexión que en un referendo Suiza haya emprendido un camino opuesto al de la Unión Europea (UE), sobre todo porque ha optado por una senda mucho más progresista, pese a que estábamos acostumbrados a considerarlo un país muy conservador.
El 30 de noviembre, los ciudadanos suizos votaron una propuesta para reducir el ingreso de inmigrantes hasta un máximo de 17.000 por año, en comparación con 88.000 en 2013.
La iniciativa fue rechazada por 73 por ciento del electorado, tras una campaña unánime del gobierno, los empresarios y los sindicatos advirtiendo que sin los inmigrantes surgirían serios problemas para mantener la expansión de la economía.
Cabe señalar que los extranjeros representan 23,5 por ciento de la población en Suiza, en comparación con un promedio de cuatro por ciento en el conjunto de Europa.
En el mismo referendo, también se proponía dedicar 10 por ciento de los fondos de la cooperación internacional suiza al control de la natalidad en los países pobres. Una propuesta claramente racista, que también fue derrotada. Los ciudadanos suizos no tienen derecho a decidir la planificación familiar en otros países.
Mientras los suizos votaban, el primer ministro británico, David Cameron, divulgaba su propuesta para limitar drásticamente la inmigración europea.
Los residentes de otros países europeos serían expulsados de no encontrar un trabajo en un plazo de seis meses. Tendrían que trabajar de forma continua durante cuatro años antes de tener acceso a los beneficios sociales del país. También enfrentarían restricciones en su derecho a la reunificación familiar, incluso después de tener un empleo.
El mismo debate está en curso en Alemania, donde el gobierno está llevando a cabo una campaña mediática para impulsar el apoyo popular a un proyecto de ley que también contempla la expulsión de los inmigrantes europeos que no encuentren trabajo en un plazo de seis meses. Es obvio que esto tendrá un efecto cascada en otros países europeos.
En ambos casos, se trata de un intento para debilitar a los partidos antieuropeos: el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP, en inglés), que está en auge en Gran Bretaña, y la Alternativa para Alemania (AFD, en alemán). La iniciativa de la canciller alemana, Angela Merkel, es un mero acto de populismo porque la AFD no es una amenaza como el UKIP.
Una oleada de xenofobia se está propagando en toda Europa.
El Frente Nacional de Marine Le Pen apunta a convertirse en el mayor partido de Francia. En Italia, la derechista Liga Norte crece día a día.
Actualmente, existe un partido xenófobo y antieuropeo en todos los países de Europa, con la notable excepción de España, donde el gobernante Partido Popular ha sido capaz de representar a toda la derecha.
Llama la atención que todos esos partidos están estrechando alianzas y fomentando un rechazo paneuropeo hacia la UE. Marine Le Pen acaba de presidir en la ciudad francesa de Lyon una reunión de siete partidos de extrema derecha, tales como el belga-flamenco Vlaame Belang y elholandés Partido por la Libertad, de Geert Wilders.
Aún más sorprendente fue la presencia en Lyon de dos dirigentes del partido Rusia Unida, del presidente Vladimir Putin. Entre los partidos de derecha europeos existe un creciente apoyo a Putin. Recientemente, el Primer Banco Checo-Ruso, con sede en Moscú, concedió un préstamo de nueve millones de dólares al Frente Nacional.
La realidad es que Europa enfrenta una gran necesidad de jóvenes inmigrantes para mantener su competitividad a nivel internacional, e innumerables estudios demuestran que los inmigrantes tienen un impacto positivo en la economía.
En Gran Bretaña, los inmigrantes representan 4,3 por ciento de la población. Su índice de empleo es de 78,8 por ciento, superior a la media británica de 73,6 por ciento, y solo 15 por ciento de los inmigrantes solicitan algún tipo de subsidio.
De acuerdo con un estudio realizado por el University College de Londres, entre 2001 y 2011 los inmigrantes europeos contribuyeron con más de 31.500 millones de dólares a las finanzas públicas británicas.
Del mismo modo, todas las investigaciones a nivel europeo indican que los inmigrantes solicitan menos subsidios que los nacionales, son contribuyentes netos en términos de impuestos, y asumen tareas que los nacionales ya no aceptan.
Según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas, para mantener un sistema de pensiones viable, Europa necesita incorporar 20 millones de personas al sistema laboral. Pero, en este momento, esto simplemente no es “políticamente correcto”.
La pequeña minoría de inmigrantes implicados en delitos es lo que todo el mundo advierte a través de una gran exposición en los medios informativos. Y los partidos que surfean esta ola, piden el regreso a una Europa blanca y pura.
El Papa Francisco habla sobre la ética y la solidaridad con los inmigrantes, pero si los partidos políticos son capaces de ignorar la economía, ¡imagínense la ética!
El español Instituto Nacional de Estadística acaba de presentar datos que están en consonancia con estudios similares realizados en toda Europa.
En 1976, nacieron en España 676.718 niños, 18,7 bebés por cada 1.000 madres. En 1995, se registraron 363.467 nacimientos, 9,2 bebés por cada 1.000 madres.
La División de Población de Naciones Unidas realizó una proyección elocuente sobre la declinante demografía española. Si las fronteras españolas se cerrasen y nadie pudiese entrar o salir, unido a la creciente reducción del número de mujeres en edad fértil, el resultado sería que en 2100 la población española se redujese a 800.000 personas.
Basta simplemente observar a los Estados Unidos para poder verificar la política opuesta. Cada año, los jóvenes aportan una expansión constante a la fuerza de trabajo y a la economía. Ni siquiera el más rabioso republicano habla de abolir la inmigración, sino apenas de mantenerla a un ritmo menor.
Mientras tanto, debido a la contracción de su popularidad, el presidente Barack Obama está afrontando la cuestión de la inmigración, pero en la dirección opuesta: quiere legalizar el mayor número posible de inmigrantes indocumentados… y ya hay 52 millones de inmigrantes.
El auténtico problema es que Europa tiene una carencia dramática de verdaderos estadistas, hombres o mujeres que estén dispuestos a contradecir las urnas por el bien de su país.
El mejor ejemplo es la poderosa Merkel, que nunca encaró algún riesgo o alguna decisión difícil, excepto sobre la abolición de la energía nuclear, y esto debido a la aversión generalizada después del tsunami japonés.
El comentario de Merkel acerca de la ley sobre la restricción de los inmigrantes europeos fue: “Europa no es una unión social”. En otras palabras, el flujo de capitales está protegido, el flujo de trabajadores no.
En todo esto, la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, ha guardado silencio sobre la inmigración.
Su presidente, Jean-Claude Juncker, impasible ante las revelaciones sobre cómo ayudó a cientos de corporaciones a evitar impuestos en Europa mediante acuerdos en Luxemburgo, está presentandoahora un plan de desarrollo al que la Comisión contribuiría solo con 10 por ciento. El restante 90 por ciento sería financiado por el sector privado… ¡que es su marco de referencia!
Europa está cometiendo un suicidio evidente. La gente recién lo descubrirá cuando haya perdido su posición en la competencia mundial… solo entonces, tal vez, será clara la diferencia entre un estadista y un político.
Editado por Pablo Piacentini
http://www.ipsnoticias.net/2014/12/el-suicidio-de-europa/?utm_source=feedly&utm_reader=feedly&utm_medium=rss&utm_campaign=el-suicidio-de-europa
Si la población española se redujera a 800.000, a lo mejor tendríamos trabajos para todos, para darles de comer, sanidad, educación y calidad de vida.
m.a.boge….
es posible….. quizás es así …..
pero con el mismo razonamiento… quizás la solución de los problemas del mundo seria reducir la población a 500 millones….(¿donde vi esa cifra?… a ver si alguno la ubica….)
de esa manera habría recursos para todos, aire puro todos, comida y agua para todos, el planeta seria viable, la ecología se «levantaría» en menos de 10 años….
pero , por supuesto… la gran pregunta….
¿en que lista estaremos?
la de los «NO» SE QUEDAN…..o de los que «SI» SE QUEDAN….
¿quien hará la lista?….. quien decidirá quien se queda y quien No…..
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es increíble que Europa este cometiendo los mismos errores que todos los demás países del mundo….
Yo, (iluso….), esperaba decisiones mas «elevadas» de parte de Europa, que la simpleza de echarle la culpa a los «extranjeros».-
obviamente…. como civilización…. somos incapaces de aprender de nuestros errores.-
estamos perdidos…..realmente … estamos perdidos….
tenemos los mismos «CRITERIOS SOCIALES», que en los años 1900, el 1940, y en los ’90.-
no hemos aprendido NADA en los últimos 1000 años.-
me da pena…
es muy posible…. que NOS MEREZCAMOS lo que se esta por venir.-
que nadie lo dude…. porque se viene algo.-
profesor J
Pienso lo mismo profesor J, además mucha tecnología, mucha arrogancia y en realidad vamos para atrás como los cangrejos, qué pena.
El problema es quienes hicieron la lista, tiempo pasado por lo cual cada alma humana debe conocerlos muy bien. porque aun ellos saben que la elección siempre es individual . Gracias por su síntesis Profesor. Saludos.
Es un tema este bastante más complicado de lo que lo presenta el artículo. Con muchas aristas y matices. Me parece que el autor lo reduce todo de una manera simplista y con apariencia de sencillez.
Sería muy largo de analizar pero existen falsas verdades, medias verdades y verdades intencionadas.
La situación de la inmigración, la xenofobia, los emergentes partidos ultraderechistas, la necesidad de trabajadores extranjeros, los perjuicios de la inmigración en los trabajadores nativos, la semiesclavitud propiciada por los actuales gobiernos europeos, la falsa idea de Europa………..etc.
Son demasiados temas implicados y habitualmente malentendidos.
Pero apuntar dos comentarios sobre el texto.
Dice que si se cerrasen las fronteras españolas en 2100 la población sería de 800.000 habitantes.
Esto es una idiotez dicho asi. Que pasariamos de ser 47.000.000 de personas a ser 800.000 en 84 años, es una tonteria de proporciones bíblicas. ¿En 84 años desaparecerian 46.200.000 personas ? Pues sería un auténtico apocalipsis.
Creo que quiere decir que la población se reduciría en 800.000 personas. Y aún así es opinable.
» El auténtico problema es que Europa tiene una carencia dramática de verdaderos estadistas, hombres o mujeres que estén dispuestos a contradecir las urnas por el bien de su país.»
Esto es otra idiotez.
Si un político contradice las urnas, simplemente no gobierna.
Los problemas de Europa son otros. Además de que no existan buenos estadistas.
La población se está avejentando, para mantener las jubilaciones, pensiones y demás se necesita mucha gente jóven que aporte. Es un problema que nos quieren hacer creer que viene por haber mucha población y no es así, el problema es la mala distribución de la riqueza, que está en manos de unos pocos.
Queridos y agudos comentaristas: Yo me permito filosofar alegremente, porque en mi caso, lo mismo me da caer en un bando u otro, porque ya por poco se pleitea. Esa es mi ventaja.
Cariñosos saludos a todos,
He leído lo que piensan M.A BOGE, y dividen en tres items, los que aceptan y colaboran, los que si , que, no, pero finalmente entrarán y saben que hay un grupo que por nada del mundo ingresará O sea tienen tres opciones sobre la mesa del juego siniestro, pero todos deberemos elegir, ellos mismo lo saben, .y el destino será diferente, por eso la responsabilidad es de cada uno y una. Saludos.