Y es que a veces no hay más. A veces es todo lo que tiene que suceder. A veces, por mucho que esperes, por mucho que pienses que va a suceder, no sucede. Y a veces y solo a veces, esa es la magia de la vida. Porque la vida es impredecible e irracional. A veces convencido de que no va a suceder, sucede. En serio, a veces si, a veces no, déjalo estar, no le des más vueltas.
Caminos, casualidades y cambios.
Al fin y al cabo en eso consiste la vida. Cuando piensas que eso es todo, que la vida no puede darte más, apenas acaba de empezar. La vida te exige y depende de ti estar a la altura. Es hora de levantarse, sea la hora que sea, me da igual, como si aún no ha cantado el gallo, me da exactamente igual, estas a tiempo de darle un puto sentido a tu vida. Aunque lo más fácil es vivir pensando en que a veces irá bien y muchas otras mal, es lo más cómodo. Dejar que todo pase como tenga que pasar, sin pararte a pensar si formas parte de esos hechos. No te hablo de ser perfecto, eso no tiene gracia.
Lo difícil atrae, lo fácil apesta, lo complejo te seduce, lo banal te aburre, lo sublime es como la miel para las abejas y lo vulgar como el agua para los gatos, elige. Espero que aprendáis que las cosas mágicas suceden cuando sales de tu zona de confort, pero mejor os pongo una imagen y encima en inglés para que veáis que esto va en serio.
Siempre se me hace tarde «hablando» con el teclado del ordenador y es que dicen que los genios rinden mejor por la noche. No me fío, esto seguro que lo dijo un tonto que trasnochaba y quería hacerse el listo, mejor descansar.
A veces, y solo a veces, me gustaría sentarme en el Chester con Risto para sacar lo mejor y lo peor de mi, para ver que era y en que me he convertido, para saber exactamente quien soy. AHÍ OS QUEDÁIS!
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