Resumen sobre la técnica liberadora del Perdón:
((Nota: cada uno puede aplicar intuitivamente el Perdón a su manera. El siguiente resumen puede servir como referencia para quienes les resuene))
Situación inicial (y aproximación teórica al tema): Por sorprendente que le pueda parecer a la mente cotidiana, el mundo percibido por los sentidos no es real, sino una especie de «montaje» o «espejismo». Un sueño. Todo eso que parece tan denso y sólido en realidad son proyecciones mentales. No existen los problemas, pero si nos dejamos guiar por la información que ofrecen los sentidos y la interpretación que da la mente limitada, eso produce la apariencia de que sí tenemos problemas, ¡incluso problemas serios! Pero la Única Realidad es la Unidad, el Ser, que es puro Amor y Paz. No hay problemas.
Los sentidos, en combinación con las interpretaciones de la mente limitada (ego), proponen un mundo aterrador. Si depositamos nuestra confianza en la información que viene de los sentidos y en la interpretación que da la mente limitada, nos creeremos envueltos en un mundo donde es posible la enfermedad, las peleas, las discusiones, los insultos, el rencor, los accidentes, las guerras, la muerte. Todo lo anterior no parecerá teórico, sino que parecerán hechos consolidados e irrefutables. Sin embargo, todo lo relativo a ese sueño (más bien pesadilla) no es real, es una mera apariencia creada al aceptar como válidos el testimonio que dan quienes nada pueden saber (por no existir realmente): el cuerpo y la mente limitada. Son creencias. Apariencias temporales, destinadas a desvanecerse.
El único problema, si hubiere alguno, es la creencia en la separación. De ahí vienen todos los demás «problemas». De alguna manera, una porción del SER contempló la idea de qué tal sería la posibilidad de ser algo separado, aparte de la Fuente. Y con esa contemplación se durmió. No hay problema en dormirse, en el fondo el sueño es inofensivo, pero visto desde dentro puede parecer una auténtica pesadilla. El sueño hizo parecer que la separación se había producido, lo cual se hizo aterrador y el Ser (imaginadamente separado) sintió decepción, culpabilidad y miedo, tanto de las circunstancias como del castigo que podría recibir de Dios (de la Fuente) por tan magna afrenta: arrancar un trozo a Dios, separarse de la Fuente. ((Nótese que tener miedo a un castigo de Dios, el cual es puro AMOR, es un síntoma más de proyección: se proyecta sobre Dios-Amor lo que uno está imaginando interiormente basándose en creencias absurdas de separación))
La culpabilidad y el miedo se hicieron tan intensos que surgió una «solución»: proyectar «afuera», echar la culpabilidad a un ficticio «afuera», proyectar afuera la causa del miedo, el odio por la separación (que es odio hacia sí mismo), etc.
De esta proyección surgió el Universo material. Toda la proyección surgió «a la vez», puesto que el tiempo es ficticio y forma parte de la proyección.
Ahora podíamos ver un «mundo externo», echar las culpas afuera, a los símbolos. Esto es algo atemporal: está sucediendo «actualmente», sigue sucediendo mientras sigamos durmiendo. Por ejemplo cuando sentimos rencor hacia alguna persona, en realidad estamos camuflando así el rencor que sentimos hacia nosotros mismos (por la culpabilidad inconsciente, esa parte en nuestra mente que aún se culpabiliza por haber provocado la separación, la cual repito que no es real, la separación no se produjo, tan sólo se imaginó).
Al proyectar la culpabilidad y el miedo (y sus secuelas: odio, rencor, etc) a un ficticio mundo externo, la intensa culpabilidad interior quedó camuflada, en nuestro inconsciente. Y es esa culpabilidad inconsciente la que se debe disolver para poder despertar a la Verdad. Pero lo que vemos son los símbolos. Usando la mente limitada no tenemos acceso válido a la mente inconsciente para «repararla», porque la mente limitada no comprende, lo interpreta todo al revés. La mente limitada cree en la debilidad, en el odio, en la enfermedad, en la muerte, y esta mente limitada no es la herramienta válida para corregir la creencia errónea en la separación. Por suerte, la mente limitada es ficticia, no es real, porque nada está realmente separado de nada. Lo único que puede corregir con acierto esta situación, es la Sabiduría. La Sabiduría es Íntegra (no separada), es el SER, es esencia incontaminada. Podemos llamar a la Sabiduría por nombres como «Mente Universal», «Espíritu Santo», «Cristo», «Fuente», «Unidad», «SER COMPLETO», etc. Es a Eso a lo que apelamos cuando entregamos algo, cuando perdonamos (ya sea en Ho’oponopono o con el nombre que le demos).
La práctica del Perdón:
La separación es irreal. Pero nuestra creencia en la separación hay que disolverla, para así recordar la Verdad y recordar nuestro Ser. Sin embargo la clave es disolver esa creencia inconsciente en la separación, y aunque nos autoconvenzamos conscientemente de que la separación no es real, no se llega al fondo del asunto si no se disuelve la creencia inconsciente, que es la más intensa y la que produce las proyecciones. Nuestro inconsciente esconde un enorme saco de creencias y actitudes inconscientes relacionadas con la separación (culpabilidad, miedo, odio, etc) y solamente cuando estas falsas creencias sean disueltas, el camino hacia la Verdad estará despejado para recordar Quién Somos de una manera consciente.
Para que las creencias inconscientes puedan ser deshechas, tenemos que tener la humildad de reconocer que con nuestra mente limitada nada podemos hacer. Durante «siglos» hemos estado manejándonos con la mente limitada y los resultados están a la vista…
Por lo tanto para perdonar debemos recurrir a lo Divino en nosotros, y entregarle a lo Divino todo aquello que detectemos como imperfecto, molesto o limitador. En el sueño, lo que vemos (en nuestro estado actual) son símbolos. No vemos directamente lo inconsciente, pero vemos los símbolos proyectados por nuestro inconsciente. Por lo tanto es ahí donde tenemos nuestra tarea. No se nos pide más. Simplemente la buena disposición para entregar lo que veamos como imperfecto, comprendiendo que son proyecciones que delatan la existencia de algo en nuestro inconsciente que está produciendo esos símbolos en el aparente «mundo externo». Trabajamos en equipo con nuestro «Yo Superior» (o Espíritu Santo, o la Voz de la Verdad, la Bondad, etc): nuestra parte es fácil: cuando veamos un símbolo perturbador, le entregamos esa apariencia (¡que no es real!) al Espíritu Santo o Yo Superior (o el nombre con que nos guste llamarLo) sabiendo que esa parte de nuestro Ser, que es Divina e incontaminada, se ocupará de disolver las creencias inconscientes vinculadas al símbolo o apariencia que le hemos entregado. Eso es perdonar. Es sencillo, la parte «difícil» la hace nuestro Ser Superior. Nosotros solo tenemos que entregar (perdonar) cualquier apariencia que nos parezca perturbadora, independientemente de que parezca grande o pequeña dicha perturbación.
La limpieza que esto produce es enorme. Al disolver los velos (creencias falsas) nos vaciamos de nuestros prejuicios inconscientes y hacemos sitio para que podamos ser nuevamente conscientes de la Verdad. Eso es despertar.
Básicamente eso es todo. Como complemento diré algunas cosillas más:
1) No importan las palabras que digamos al perdonar. Lo que importa es nuestra actitud y comprensión (sobre todo comprender que lo que estamos perdonando son apariencias, no algo real). Perdonamos nuestros propios sueños: afuera no hay nadie «malo» a quien odiar o guardar rencor, sino que somos nosotros mismos quienes estamos soñando tal absurdo y eso es lo que perdonamos. No existe nada «afuera». Ni «adentro». Todo es el SER que somos unidos, el cual es UNIDAD y AMOR.
2) Si la apariencia a perdonar es con una persona, no es necesario que esa persona lo sepa. Es nuestra actitud de entregar la apariencia la que cuenta. Así, no es necesario abordar directamente a alguien que no quiere recibirnos, y podemos también perdonar a personas de nuestro pasado con las que aparentemente ya no hay forma de comunicar. Para perdonar da igual si dentro del sueño parece que alguien vive o parece que falleció. Lo que cuenta es soltar: reconocer que nuestra incomodidad es producto de una proyección o apariencia, y entregar esa apariencia a la Divinidad para que borre en nuestro inconsciente lo que produjo ese símbolo.
3) Se pueden usar palabras cuando uno lo sienta adecuado. Uno puede improvisar las palabras cuando llegue el momento. También puede usar términos formulados de antemano, como decirle mentalmente a una persona: «Eres Espíritu. Completo e inocente. Todo está perdonado y olvidado». ((El perdón se aplica sin límites de tiempo ni distancia; podemos perdonar a alguien que vemos por la tele y nos cae mal, aunque no le conozcamos personalmente; si nos cae mal, es que estamos proyectando y es algo a perdonar; también podemos perdonar a personas de otras épocas))
4) En Ho’oponopono se proponen a modo de referencia palabras como «Lo siento… perdón… gracias… te amo…». Lo importante es saber que estamos entregando la apariencia (¡no es real, sino una apariencia o espejismo!) que nos molesta, para que la Divinidad acceda a nuestro inconsciente y borre la falsa creencia que la origina. Una forma de entender esas palabras del Ho’oponopono podría ser, en el ejemplo de una persona que digamos que choca con nosotros en la calle: Lo siento, hermano, por haber percibido esto, por haber percibido que tal cosa como que choquemos es posible; perdón… me perdono a mí mismo por haberlo creado, por mis creencias inconscientes… gracias, hermano, por permitir que estas creencias inconscientes haya podido detectarlas por medio de ti… y te amo, te amo, te amo inmensamente por la oportunidad que me das para soltar esto y liberarme de mis creencias ilusorias que producen un mundo absurdo y sin amor. (Parecido valdría para otros casos, por ejemplo si vemos a alguien enfermo podríamos entregar esa apariencia con un razonamiento interior parecido; cuando tengamos claro esto el perdón fluirá sin palabras, rápidamente, espontáneamente, o si se usa alguna palabra como recordatorio no hace falta que sea todo, basta con un «perdón», o un «lo siento, te amo», o un «UNIDAD, te entrego esta apariencia»).
5) Todo odio es en realidad un auto-odio camuflado: nos odiamos a nosotros mismos por creer que produjimos la separación y el malestar consecuente, y proyectamos ese odio hacia afuera, lo cual suaviza la sensación (pero ocultar el problema no lo resuelve, por eso hay que perdonar entregando las apariencias a la Divinidad).
6) Visto con profundidad, toda acción de cualquier persona hacia nosotros es una de estas dos cosas: a) O bien es una expresión de Amor. b) O bien es una petición de ayuda. Sé que es difícil darnos cuenta de esto cuando estamos proyectando, darnos cuenta de que si por ejemplo alguien pareceinsultarnos, en realidad se trata de una petición de ayuda. Y perdonar esaapariencia es la mayor ayuda que pudiéramos conceder. No sólo a ese hermano, sino a nosotros mismos, pues todos somos Uno y lo que perdonamos a los demás lo estamos perdonando a uno mismo, disolviendo nuestras actitudes y creencias inconscientes que produjeron esaapariencia.
7) Las preocupaciones nos desvían al pasado o al futuro, o enturbian el presente con interpretaciones falsas. Mediante el perdón despejamos los obstáculos para poder percibir conscientemente la Paz que nos envuelve constantemente, en este Momento y Siempre. Esta sensación profunda de Paz ilimitada es nuestro Ser.
Es sensato perdonar cualquier molestia que percibamos: cualquier apariencia desagradable, por pequeña que parezca, constituye parte del «velo», constituye un obstáculo para reconocer conscientemente el Amor y recordar nuestro Ser. Como ejemplos de apariencias «pequeñas» útiles de perdonar, cuando tomo almendras y me sale una almendra amarga, entrego esa apariencia a la Vida-Bondad. También es bueno entregar cualquier inquietud que sintamos, o la más mínima molestia, ya sean aparentemente de nuestras vidas o vistas por noticias de la tele, etc. Todo lo que captamos tiene que ver con nosotros, pues todo es Uno. E incluso la más pequeña almendra amarga puede ser el símbolo de algo que en nuestro inconsciente está bloqueando el mayor Tesoro que querríamos recibir, y que la Bondad de la Vida guarda para cada uno de nosotros, esperando pacientemente que nos abramos a la Verdad para recibir conscientemente el Regalo, el cual ya nos fue entregado y se encuentra «en nuestras manos», sólo tenemos que recordarlo y conocerlo conscientemente. Y para esto es el Perdón.
Hay algo interesante que no mencioné en mi mensaje anterior. Se trata deno hacer excepciones al perdonar. El perdón es algo unitario, se aplica indistintamente a todo lo que nos parezca limitado (desagradable, molesto, imperfecto). Perdonar sólo unas cosas separándolas del resto por cualquier motivo, excluyendo otras cosas del perdón, sería un camino tortuoso pues el despertar está relacionado con la comprensión de que todo está unido, y no separando unas cosas de las otras. Por ejemplo, si queremos sanación (en realidad la enfermedad no es real y darnos cuenta de esto ya es un gran paso), la idea es perdonar tanto nuestra apariencia de enfermedad como perdonar también las apariencias percibidas en otras personas, tanto las relativas a enfermedades como cualesquiera otras limitaciones de las que nos demos cuenta. Porque todos somos Uno y, lo que perdonamos en los demás, lo estamos perdonando en nosotros mismos. Ejemplo más concreto: si queremos perdonar una apariencia de enfermedad grave en nuestro aparente cuerpo, y negamos ese mismo perdón para otra persona (por ejemplo para un político que nos cae mal, o para un terrorista que sufra también una enfermedad grave), entonces nuestra actitud refuerza la creencia en la separación y el perdón es incompleto. El despertar total amanece con el perdón total, no con un perdón parcial o interesado personalmente. En el ejemplo del terrorista, se podría perdonar no solamente su aparente enfermedad (la cual tampoco es real, como ninguna enfermedad) sino también la creencia de que es un terrorista, así como de la existencia del terrorismo. Basta con entregar todas esas creencias a la Vida.
okuman escribió: Leí el libro de Ho’oponopono que hizo el favor Toni de poner en otro link, pero todavía no se qué pensar es decir, creo que no se cómo plantear las situaciones y es que allí hace muchas referencias a problemas y para Mi los problemas no existen, solo existen situaciones y oportunidades, entonces creo que tengo que buscar el planteamiento correcto para utilizarlo.
Hola Okuman, subrayo y pongo en negrita la parte que quiero comentar. Resueno con eso: los problemas no existen. Es más, en cuanto al tema del perdón, una clave es darnos cuenta de que no estamos perdonando hechos reales, sino las apariencias que vemos (proyecciones de creencias y actitudes inconscientes). O sea, en realidad no es necesario el perdón, pues nada malo ha sucedido. Nadie ha hecho algo que merezca el perdón (sólo creemos percibir eso; nos parece ver motivos -daños, ofensas- pero no son algo real, sino proyecciones mentales). Cuando despertamos, el perdón se comprende innecesario. Pero para despertar es necesario perdonar entendiendo el perdón correctamente: no como perdonar algo que ha sucedido realmente, sino como entregar a la Vida (a Dios, a la Fuente, a la Unidad, a la Bondad) las apariencias que nos disturban, a fin de que la Vida disuelva en nuestro propio inconsciente aquellas creencias y actitudes que provocaron dichas apariencias al ser proyectadas como si estuvieran «fuera de nosotros». Este perdonar es semejante a lo que algunas enseñanzas llaman «soltar», o «entregar», o «comprensión» (comprender que las apariencias no son reales, son como un sueño, y así no tomarlas tan en serio como para que nos puedan afectar, sino dárselas a la Unidad sabiendo que Ella disolverá eso que produjo las proyecciones entregadas). Entregamos a la Vida las apariencias para que la Luz de la Vida nos muestre la Verdad, y así seamos conscientes de Lo Real, sintiendo la Paz de nuestro Ser, en cada Momento.
http://jugandoalegremente.blogspot.com.es/2010/06/sintesis-del-perdon-sobre-el-perdon.html
Así como eso del perdon es muy elástico, el tiempo no lo es, no perdona, no se puede recuperar y pasa para todos igual… Es por ello muy importante invertirlo bien.
Una cosa es pensar y decir sigue tu camino y otra es invertir el tiempo en alguien, sea familiar o no, que te chupa la sangre, las energías y hasta te complica la vida. Con esta clase de seres no puede existir cercanía.
Tenemos libertad para elegir lo que queremos y lo que no…….
¿Que nos equivoquemos? todos nos equivocamos pero ateniendonos a nuestra propia responsabilidad……
El perdón es la cara B de la culpa. Sin sentimientos de culpa no existe necesidad de perdones.
Yo, más que perdonar o no, suelo aceptar o rechazar. Soy así de simple.
No se muy bien que es eso del perdon,no tengo vocacion de juez,trato de llevar la vida sin que me afecten mucho las cosas o personas que me hacen dano y por supuesto no siempre lo consigo
O sea que en la vida todo son apariencias, interesante punto de vista.