Esto lo recomiendo para cuando los «mantrams hindúes» no consiguen el efecto deseado frente a las dificultades del mundo, y antes que la depresión cierre las puertas y la voluntad de vivir se quiebre, pues convendría realizar algo así en un lugar de nuestra casa, luego con todo ese fuego ígneo alimentando nuestro derecho a ser felices, abrir la puerta de calle, mirar el cielo…y emprender el día. ¿Te parece?