El grupo Vodafone está preparando una reunión con Access, un grupo de activistas en pro de los derechos humanos para debatir cómo evitar que situaciones como las de Egipto, en que el régimen metió mano en las redes de comunicaciones, no vuelvan a repetirse.
Entre las preguntas destinadas a la operadora, está la cuestión si está preparada para las futuras crisis que puedan suceder en alguno de los 70 países en los que opera, o si pueden asegurar que están en disposición de proteger a su personal y a la integridad de la red, pero no se podría evitar otro caso como el egipcio, en que el gobierno usó la red de Vodafone para mandar mensajes SMS de soporte al régimen.
Entre los países en los que opera el grupo de telecomunicaciones, Bahrain, China y Malasia son tres de las áreas más ‘calientes’, siendo Bahrain la principal, ya que allí también se vivieron situaciones de violencia y se desactivaron las redes de comunicación.
También entró en vigor la norma que, como en la Unión Europea, obliga a los usuarios a identificarse y dar todos los datos personales para poder comprar una tarjeta SIM pre-pago. 400.000 usuarios no quisieron pasar por el aro, y fueron desconectados por la subsidiaria local de Vodafone.
Access va a presionar para que las teleoperadoras adopten una especie de protocolo de crisis gubernamental. Se incluiría la garantía que todos los usuarios puedan realizar llamadas de emergencia, que las llamadas y los correos electrónicos no se espíen, que las posibles caídas de las redes sean de minutos y no de días, y que no se usen las operadoras para mandar mensajes de defensa del gobierno de turno.
Vía | The Guardian