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En cuatro días se han inscrito en internet 45.000 personas sin que tengan que pagar cuota
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PP, PSOE, UPyD e IU sólo dan derechos de participación a quienes pagan
Hasta hace una semana, preguntar por el número de personas que participaban activamente en Podemos -en las distintas asambleas ciudadanas o en los foros de internet- tenía siempre la misma respuesta: «No lo sabemos». Ahora, la formación de Pablo Iglesiasempieza a despejar la incógnita. En apenas cuatro días afirma que ha sumado más de 45.000 afiliados -que se han inscrito en internet, aportando sus datos personales-, una cifra sorprendente que le situaría ya como el tercer partido político de ámbito nacional en número de militantes, por detrás del PP y el PSOE y tras superar aIzquierda Unida y UPyD. Y el proceso de registro no ha hecho más que comenzar.
Sin embargo, para comprender la dimensión de estas cifras, y ponerlas en valor a la hora de comparar, hay un dato crucial que hay que tener en cuenta. Los afiliados de Podemos están exentos de pagar cuota alguna, mientras que los otros partidos exigen pagos que van desde los 20 a los 240 euros al año.
Esta circunstancia, que hay quien pueda señalarla como la principal causa de esta irrupción, desvela a la vez los diferentes conceptos clásicos de afiliación que plantean unos y otros: el militante, que paga, y el simpatizante, que no.
Para PP, PSOE, IU y UPyD, el hecho de abonar una determinada cuota implica una serie de derechos de participación -también deberes-, mientras que no hacerlo los limita sobremanera.
En cambio, Podemos ha planteado un escenario distinto: no se discrimina entre quienes «colaboran» económicamente y quienes no. «Pagar no puede ser un obstáculo para participar», defendió a este diario Luis Alegre, uno de los portavoces, quien aseguró que en las últimas horas los registros de afiliados han ido «a mil por hora».
Cada miembro, subrayó, tendrá «voz y voto». Así está escrito en la propuesta de organización interna que ha puesto encima de la mesa el equipo de Iglesias para su transformación en partido. «En Podemos todo el mundo [afiliado] tiene derecho al ejercicio del sufragio activo (elegir) y pasivo (ser elegido) en todos los niveles de la organización», recalca en uno de sus puntos.
Una propuesta así, sin tener que pagar cuota alguna ni asumir en principio una obligación específica, en un momento en el que la sociedad reclama más apertura en los partidos, desde luego que es un incentivo muy atractivo para que los votantes de Podemos –1,2 millones en las elecciones europeas– hayan respondido de esta manera inscribiéndose. También hay que tener en cuenta que el partido está en ebullición y tiene unas bases muy movilizadas. De hecho, parece lógico pensar que un planteamiento similar en los otros partidos políticos podría multiplicar considerablemente su nómina de militantes.
Alegre insistió en que estos principios no cambiarán y planteó la hipótesis de que un afiliado integre una candidatura, o incluso la encabece, sin haber soltado un solo euro.
Donaciones regulares
¿Pero entonces, cómo se va a sustentar el partido? No es que Podemos vaya a negarse a pedir dinero a sus afiliados. Todo lo contrario. La base de su financiación será precisamente convertir el «compromiso» de éstos en donaciones regulares, pero «como sistema independiente», explicó Alegre. Porque, puntualizó, que paguen o no, y en qué cuantía, será una decisión personal y en paralelo a sus derechos como afiliado. «Colaborar» económicamente «no te da ningún plus para participar» ni ser elegido.
«La gente no se sube a la ola porque es gratis», recalcó sobre quienes explican así el éxito de afiliados. «Es un argumento un poco extraño porque cuando hemos necesitado dinero hemos tenido una respuesta muy positiva». Alegre se refiere al crowdfunding, las microdonaciones a través de internet con las que han recaudado dinero para la campaña electoral, la preparación del congreso o la presentación de querellas, «completando los objetivos en muchísimo menos tiempo del que habíamos previsto».
Los más de 45.000 afiliados, valoró, son «una prueba más de la ilusión que genera el proyecto» y «demuestra el anhelo de recuperar la soberanía y las instituciones».
Partido asambleario
No hay que olvidar que Podemos es y será un partido de carácter asambleario. Por eso, cuanto más numeroso se haga, más difícil es el desafío de que funcione bien y sea operativo. No es lo mismo tener a mil personas opinando y con ganas de participar, que las 45.000 que dicen querer hacerlo ahora. Y todo indica que serán muchas más.
Esa operatividad es, de hecho, la gran incógnita que rodea a Podemos y a la que empezarán a dar respuesta el próximo mes de octubre en su asamblea fundacional. Para empezar, Iglesias y los suyos han tenido que asumir que, por mucho horizontalismo que se proclame, habrá que construir una estructura de partido al uso, con un líder, una ejecutiva y unos representantes que tomen decisiones. Ni todo se podrá consultar ni sería operativo hacerlo. Y menos, con una base tan numerosa. Porque, además, en Podemos hay unos objetivos comunes, pero también muchas sensibilidades sobre la forma de alcanzarlos.
Militantes por partido
- En la clasificación de partidos nacionales por número de militantes destaca claramente el PP, aunque se desconoce públicamente cuántos de sus 800.000 realmente pagan. En todo caso, su cuota es de tan sólo 20 euros al año, la más baja si se compara con los 36 de IU, los 60 del PSOE o los 240 de UPyD. El segundo partido en militantes es el PSOE, que ha bajado a los 200.000. Por cierto, todos ellos pudieron votar recientemente, y por primera vez, al secretario general del partido. Por detrás estaría Podemos con 45.000, que ha adelantado a IU (36.000) y UPyD (6.000). Las cuotas son muy importantes para su financiación. El Tribunal de Cuentas recoge que en 2012 supuso para 13,2 millones de euros para el PSOE, 12,5 para el PP, 4,8 para CiU, 2,5 para IU o 1,1 para UPyD. En total, en España, todas las formaciones del país recaudaron 39,42 millones.