La cebollas y los ajos eran algo muy común en la dieta del antiguo Egipto, entre las variedades que consumían con mayor frecuencia, estaban las cebollas aéreas, caminantes o egipcias.
Yo las conocí hace un par de años atrás en el sur de Chile con el nombre de chalota patagónica, las llaman así por su parecido e igual forma de utilización que las preciadas chalotes.
cebollas egipcias creciendo junto a frambuesos y viboreras
Desde entonces es un cultivo que me encanta porque básicamente es una auto-cultivo, las siembras y listo nunca más te ocupas, no tienen plagas, no tienen problemas por sol, sombra, falta de espacio, poca agua, frío lo resisten todo y se resiembran solas año a año.
Como sucede la magia, pues simple estas cebollas tienen unos pequeños bulbos que crecen en la parte superior del tallo, cuando están maduros caen al suelo y se plantan solitos, es por esto que se van trasladando por el terreno y de ahí su apodo de cebollas caminantes.
cebolla completa con su bulbo, tallo y bulbos pequeños que darán lugar a nuevas cebollas
Como les decía es un cultivo que no requiere cuidados, si queremos limitar la zona solo debemos arrancarlas, salen muy fácil tirando de la parte inferior del tallo, lo mismo hacemos para cosecharlas.
Al cosecharlas si los bulbos no han caído los podemos quitar y utilizar como semilla para plantar en otras zonas o compartir con amigos y vecinos, de hecho es la forma de conseguir estas cebollas ya que normalmente no se encuentran en tiendas.
Bulbos de cebolla egipcia listos para ser sembrados
Para comerlas se pueden comer crudas, cocidas, asadas o freídas. Se pueden utilizar enteras tanto el bulbo como el tallo, es de un sabor suave y no te hacen llorar.
Cebollas recién cosechadas
Ya sabes ha conseguir unos bulbos de cebollas egipcias, las plantas una vez y la tienes de por vida.
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