Visto en : La Gran Época

El hallazgo en Mongolia de un cuerpo momificado, perteneciente a un monje budista en principio, desató fuertes polémicas ya que mientras los científicos quieren estudiarlo, los fieles locales afirman que “está vivo” y sumido en el mayor grado de meditación que es capaz un humano antes de alcanzar el estado de Buda.

Mientras el debate entre científicos y devotos continuaba, desconocidos robaron e intentaron vender el cuerpo momificado en el mercado negro, y la desaparición requirió incluso el accionar de las autoridades policiales. El cuerpo apareció nuevamente pero el debate ahora alcanza ribetes internacionales, después que el diario ruso The Siberian Times, publicó el tema y fotos del monje mongol.

¿Es posible sobrevivir 200 años en estado meditativo?

La pregunta puede sonar hasta ridícula para un occidental, quizás menos para un oriental y la respuesta puede ser afirmativa si se trata de un budista devoto.

Es que el monje hallado “no está muerto: está en un profundo estado de trance meditativo conocido como tukdam”, según explicaron monjes budistas al diario ruso.

Consultado en Estados Unidos, el doctor y también monje budista Barry Kerzin, avaló la hipótesisy explicó las características del excepcional estado en que se encontraría el cuerpo hallado. “Si la persona es capaz de permanecer en este estado durante más de tres semanas –algo que muy rara vez sucede- su cuerpo se contrae gradualmente, y al final todo lo que queda de la persona es su pelo, las uñas y la ropa. Casi siempre, en este caso, las personas que viven junto al monje ven un arco iris que brilla en el cielo durante varios días. Esto significa que ha encontrado un “cuerpo de arco iris”. Este es el más alto estado cerca del estado de Buda”, explicó Kerzin.

Los antropólogos rusos y mongoles no están tan convencidos que la momia esté con vida y han dispuesto una serie de análisis forenses para conocer aspectos de la cotidianeidad del monje –hallado en posición de loto y cubierto con algunas pieles de animales- y que han estimado vivió hace 200 años al menos. La momia podría según algunas versiones pertenecer al conocido lama tibetano Dashi-Dorzho Itigilov, que vivió en la segunda mitad del siglo XIX.