Taber, un pueblo de 8100 habitantes en Alberta, Canadá, ha creado un nuevo “estatuto de normas de la comunidad” que roza lo increíble.
El pequeño municipio prohibe insultar, decir expresiones malsonantes y escupir en público, instituye un toque de queda nocturno para niños y adolescentes, y le otorgó a la policía local el poder de irrumpir en cualqueir reunión de tres o más personas.
También impide hacer sonar cualquier tipo de equipo electrónico, instrumento musical, vehículo o dispositivo que pueda molestar a otros ciudadanos.
El jefe de la Policía afirma que el objetivo de la ordenanza es “otorgar más herramientas al servicio de policía de la población y potenciar la aplicación de la ley antes de que el delito ocurra, mediante una actuación policial preventiva”
Como vemos, pasito a pasito, pueblo a pueblo, en pequeños experimentos sociales dispersos, se están sentando las bases para una futura tiranía de control policial y legal exhaustivo, siempre bajo la apariencia de una presunta democracia…
Los tríos lo van a tener difícil desde ahora.
Prohibido prohibir.