Escepticismo climático, otra «verdad incómoda»

 

Entre la época preindustrial y el 2013, la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado en 142%. (Keystone)

Entre la época preindustrial y el 2013, la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado en 142%.

(Keystone)

Los expertos del IPCC publicarán dentro de poco un nuevo informe cuyo contenido ratifica que el cambio climático tiene origen humano. Pero esa tesis no es unánime. Según los denominados “escépticos del clima”, el aumento de la temperatura se debe a fenómenos naturales. ¿Cuáles son sus argumentos? ¿Cuál es la reacción de la comunidad científica?

“Creer que el hombre puede influir en el clima es increíblemente arrogante”, afirma Werner Munter, especialista suizo en avalanchas de renombre mundial. El bernés de 73 años no es climatólogo, pero eso no le ha impedido interesarse a fondo en el tema.

En los últimos tres años ha leído una veintena de libros y analizado un centenar de estudios científicos. “En ninguna parte he visto cómo puede el CO2 calentar el clima sin violar las leyes fundamentales de la naturaleza”.

Werner Munter es una de las pocas voces críticas de Suiza que manifiesta su escepticismo públicamente. Y lo hace sin tapujos cuando califica de “ridícula” la tesis oficial manejada por gran parte de los climatólogos, entre ellos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC). “Hay una lista larga de artículos científicos opuestos al parecer del IPCC”, indica a swissinfo.ch.

El ex colaborador del Instituto de Estudios de la Nieve y las Avalanchas de Davos no niega el calentamiento del clima, lo que refuta son las causas del aumento de la temperatura. El hombre, sostiene, no es una de ellas.

El IPCC suena la alarma

El grupo de expertos de la ONU sobre el clima (IPCC) publica el 2 de noviembre de 2014 su último informe. Se trata de una síntesis del Quinto Informe de Evaluación.

El documento contiene las conclusiones principales de los tres grupos de trabajo del IPCC que se encarga de analizar, respectivamente: las bases científicas del cambio climático; el impacto sobre el sistema natural y humano y la alternativa de adaptación; así como la mitigación del cambio climático.

Las indiscreciones de algunos diarios, entre ellos el New York Times, dan a entender que el borrador del informe usa un tono mucho más alarmante que los publicados anteriormente. Se dice, por ejemplo, que la temperatura global estaría alcanzando un nivel que haría inevitable el deshielo del casquete gélido de Groenlandia. La consecuencia: aumento de unos 7 centímetros del nivel del mar.

El informe del IPCC constituye la base para las discusiones políticas sobre el calentamiento terrestre y las emisiones de gas de efecto de invernadero.

Relación nula entre el CO2 y la temperatura

Para sostener su hipótesis, Werner Munter recuerda lo ocurrido en el pasado. “En el curso del Holoceno (época geológica iniciada hace unos 10.000 años, ndlr) hubo cinco periodos con tanto o más calor que hoy”. La reconstrucción paleo-climática, añade, muestra que hace cientos de millones de años no había correlación entre el CO2 atmosférico y la temperatura en la Tierra.

El segundo argumento señala que el CO2 no es una sustancia nociva, sino “un gas vital sin el cual la vida en la Tierra no sería posible”, puntualiza Werner Munter. La concentración del anhídrido carbónico en la atmósfera es insignificante (0,04%) y solamente el 5% de la cantidad actual se debe al hombre, explicó durante una presentación en el marco del 125 aniversario de la Universidad de Friburgo. “¿Cambiaría eso el clima?”, pregunta.

Desde su punto de vista, el efecto invernadero atribuido al CO2 es, en realidad,  infundado. Desde hace más de un siglo “sabemos que este fenómeno no puede existir porque se opone la ley de la física”, sostiene Werner Munter citando elestudio del físico estadounidense Robert W. Wood.

De acuerdo con la teoría oficial, la molécula de CO2 en la atmósfera absorbe y devuelve las radiaciones infrarrojas. Una parte es reenviada a la Tierra y aumenta la temperatura. “Sin embargo, esto contradice el principio de la termodinámica, según la cual el calor va siempre de un cuerpo caliente a uno más frío”, afirma.

Si se considera que a 10 km de altitud la temperatura es de aproximadamente -50°C y que en la superficie terrestre es de unos 15°C, “es imposible que la radiación pueda calentar ulteriormente el planeta”, escribe Werner Munter en un documento enviado a swissinfo.ch.

Entonces, ¿cuál es el origen del cambio climático? “Son múltiples los factores a considerar. La única fuente energética que calienta la Tierra es el sol, no el CO2. Las radiaciones y el campo magnético del sol son los que determinan si el planeta se calienta o enfría”, recalca Werner Munter.

¿Cuántos son los escépticos?

Werner Munter no es el único contestatario de la versión oficial. “Entre los científicos escépticos o las personas que ponen en tela de juicio la existencia del calentamiento, su origen humano o sus consecuencias problemáticas, se encuentra   el 20 o 30% de la población en Estados Unidos”, afirma Mike Schäfer, profesor en el Instituto de Periodismo e Investigación de los Medios de Comunicación IPMZ en la Universidad de Zúrich.

Coautor de un sondeo hecho en Alemania, Mike Schäfer, subraya que el porcentaje en los países europeos es notoriamente inferior: entre 13 y14%. “No hay datos sobre Suiza, pero pienso que la situación es similar. Salvo alguna excepción, en los medios de comunicación de masas no veo que sostengan la posición de los escépticos”, dice a swissinfo.ch.

En opinión de Marko Kovic, presidente de la Asociación helvética por un pensamiento crítico Skeptiker, los únicos que manifiestan dudas son “personas particulares que han pasado tiempo consultando sitios y blogs estadounidenses”.

En general, en Europa hay amplio consenso científico y la mayor parte de la población parece estar de acuerdo en que hay un problema vinculado con la actividad humana, recalca Martin Beniston, climatólogo de la Universidad de Ginebra.

“Los escépticos son, en cambio, más numerosos en Estados Unidos, Australia y  los países anglosajones. La inmensa mayoría tiene nexos con el lobby económico de la industria del petróleo, el carbón o el automóvil cuyo interés es negar un vínculo entre las emisiones y el cambio climático”, precisa.

Werner Munter se refiere, por el contrario, a la integridad de numerosos investigadores que se sienten decepcionados de lo que llama “una creciente corrupción de la ciencia climática por parte de la política y del dinero”. Después de aquella presentación del ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, con el filme documental del 2006 (‘An Inconvenient Truth’) -donde se dice que el CO2 es la causa del aumento de la temperatura-, ¿es el cambio climático acaso otra “verdad incómoda”?

El sol no basta

Consultado por swissinfo.ch, el experto helvético Thomas Stocker, copresidente del Grupo de trabajo del IPCC, rechaza totalmente la teoría la teoría de los escépticos. Se trata de cuestiones del tiempo que los investigadores del clima han abordado y respondido de manera detallada, subraya Thomas Stocker, remitiéndose al informe del IPCC publicado en el 2013.

¿Por qué no se calienta la Tierra?

Entre los aspectos más controvertidos sobre el cambio climático está el hecho de que la temperatura media de la Tierra se ha mantenido casi constante desde 1998.

A juicio de Reto Knutti, del Instituto de Investigación de la Atmósfera y el Clima de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, esta pausa se debe esencialmente a dos razones:

Ante todo, la variación natural del clima (como el Niño y la Niña)  que es imposible predecir con exactitud, escribe en un estudio publicado este año. Luego, la radiación solar en el curso de los años fue menos intensa de lo previsto.

Los argumentos de los escépticos son numerosos, pero también contradictorios, indica el Foro Suizo sobre el Clima y la Transformación Global (ProClim). “Algunos sostienen que la temperatura de la Tierra no aumenta apenas y hay quienes dicen que el sol es el origen del calentamiento”, observa Urs Neu, director de ProClim.

Los escépticos, prosigue, se concentran siempre en los elementos particulares del sistema climático como son, por ejemplo, el sol o los rayos cósmicos, pero no consideran el cuadro completo. La única teoría que engloba todo el proceso y presenta un cuadro coherente del clima es aquella compartida por la inmensa mayoría de los científicos del clima, insiste Urs Neu.

De un análisis hecho sobre las síntesis de unos 12.000 estudios científicos  publicados entre 1991 y 2011 se desprende que el 97% de los autores son favorables a la hipótesis que atribuye el calentamiento al origen antropológico.

Tanto el sol como otros fenómenos naturales, entre ellos las erupciones volcánicas, han influido seguramente en el clima, señala Martin Beniston. “Gracias al modelo matemático lo sabíamos, pero si solamente tomáramos en cuenta estos factores, el clima tendría que ser más frío de lo que observamos”.

La climatología no es una ciencia exacta, reconoce Martin Beniston. “La relación entre el CO2 y la temperatura puede ser bidireccional, como ya habíamos notado a finales del periodo glacial. En la situación actual, sin embargo, el anhídrido carbónico emitido por la actividad humana ha acelerado el proceso de calentamiento”.

El escepticismo hace bien a la ciencia

No es fácil remar a contra corriente, constata Werner Munter, quien se define como “un pensador pragmático que cree en la capacidad de regeneración autónoma de la naturaleza”. Lo molesto es, dice, “reprimir la opinión de quien piensa de manera distinta”.

El escepticismo se basa en afirmaciones fundadas, tiene un rol importante para la ciencia, rebate Martin Beniston. “Los escépticos nos permiten, a los investigadores, afinar argumentos y conducir  la investigación suplementaria para responder a la crítica. Sin esta “fuerza de oposición”, el progreso de la investigación en el sector del clima hubiera sido tal vez menos rápida”.

http://www.swissinfo.ch/spa/escepticismo-clim%C3%A1tico–otra–verdad-inc%C3%B3moda-/41086972

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