Una mujer que supuestamente quemó una copia del Corán murió este jueves apaleada por una turba en el centro de la capital de Afganistán, Kabul.
El ataque, en plena luz del dia, ha provocado una sacudida en el país asiático, donde muchos lo han condenado como un acto barbárico.
«Es la primera vez que pasa algo así. Ni siquiera durante la etapa del Talibán sucedió algo similar», explica a BBC Mundo Ismael Saadat, editor del servicio afgano de la BBC.
En un video del incidente, verificado por medios locales, se ve una multitud de hombres que propinan patadas y lanzan piedras contra la mujer, que yace en el suelo.
En un momento, un hombre se acerca y la golpea varias veces con un palo de madera.
Algunos de los presentes jalean los golpes mientras otros muchos registran la escena con sus teléfonos celulares.
El incidente sucedió en las cercanías de la mezquita de Sham Du Shamshera, un monumento conocido del centro de Kabul cercano al río.
«Era un momento del día con mucha gente en la calle, y cuando los que estaban fuera de la mezquita escucharon lo que pasaba dentro, rompieron las ventanas, la sacaron fuera y la golpearon hasta la muerte», explicó el corresponsal de la BBC en la ciudad, David Loyn.
«Luego la tiraron a la orilla del río y le prendieron fuego al cuerpo», dijo Loyn.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, emitió un comunicado en el que prometió una amplia investigación sobre el caso.
Las fuerzas de seguridad han arrestado por el momento a cuatro supuestos responsables por la muerte de la mujer quien, según su familia, sufría problemas mentales.
Pero según algunos testigos, en el lugar había varios decenas de personas. Y los que tuvieron un papel activo fueron muchos más que cuatro.
Persecución religiosa
Una de las preguntas que ha generado el incidente es si la policía afgana hizo lo suficiente para salvarla.
«Cerca de la zona del suceso había distintas fuerzas policiales, incluso un control antiterrorista del llamado anillo de acero que protege el centro de Kabul», explicó Loyn.
Además, una fotografía que circuló por las redes sociales muestra a la mujer, todavía con vida, rodeada por varios policías.
«Si lograron llegar hasta ella, ¿por qué no evitaron su muerte?», se pregunta en conversación con BBC Mundo Heather Barr, investigadora senior de Human Rights Watch.
«Uno de los problemas es que la policía no está bien formada. Y algunos son antiguos muyahidines«, le dijo a BBC Mundo desde Kabul Mir Ahmad Joyenda, director de la Fundación por la Cultura y la Sociedad Civil (FCCS).
Otro factor que pudo propiciar el incidente es el clima de persecución religiosa que impera en el país, auspiciado en parte por el gobierno, según Heather Karr.
«El gobierno anterior de Hamid Karzai sentenció a muerte a dos personas por blasfemia», dijo Karr.
El gesto fue una respuesta del gobierno para aplacar a los sectores más conservadores del país.
Y aunque las dos personas condenadas buscaron asilo finalmente en países extranjeros, la condena envió un poderoso mensaje a la población.
«No es una sorpresa que alguna gente piense que si alguien comete un acto contra la religión, se merece la muerte».
Si, además, la persona acusada de blasfema es una mujer, es más probable que se desate la violencia.
Aunque los derechos de las mujeres en Afganistán han avanzado desde la salida del Talibán del gobierno, en 2001, la violencia hacia ellas persiste.
Según un informe de Naciones Unidas de 2013, la mayor parte de los actos violentos contra las mujeres, además, no quedan registrados.
«Hay tolerancia social hacia la violencia contra las mujeres», dice Karr.
Aunque los avances desde la salida del Talibán son innegables –cerca del 50% de las niñas están escolarizadas y en el parlamento hay un 28% de representantes femeninas- también es cierto que el punto de partida en el año 2001 era muy bajo.
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Y existe una sensación, según Karr, de que en los dos últimos años se ha producido un retroceso, propiciado sobre todo por la relajación en la presión que ejercía sobre el gobierno la comunidad internacional.
Los analistas de la realidad de Afganistán también se preguntan si se está produciendo una radicalización de los jóvenes del país que estaba pasando inadvertida.
La mayor parte de los que participaron en el linchamiento eran hombres jóvenes.
Es posible que esos jóvenes experimentaran cierto sentido de «realización» a partir de un acto que, aunque aberrante, tuvo como supuesto objetivo o justificación vengar una ofensa contra el Islam.
La quema de copias del Corán en la prisión de Bagram, controlada por Estados Unidos, provocó cinco días de protestas antiestadounidenses y ataques en todo el país en 2012.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150320_afganistan_mujer_linchamiento_ac
Como Jesús hizo con la adúltera apedreada: Mujer, yo también te perdono, ¿no hay ningún Mahoma que hubiese hecho lo mismo con esta mujer? Claro, que quien lo cuenta es un corresponsal de la BBC. Abundan los relatos criminales recientes atribuidos a musulmanes, mientras se acallan los cometidos en Occidente.
Estos hechos avergüenzan a toda la humanidad suceda donde suceda, no puede ser que se permitan estas aberraciones y que sean los hombres tan cobardes en permitirlos, cuando van a entender o aceptar que hay un solo Dios y que ese Dios esta dentro nuestro y que nuestras propias acciones son la peor ofensa que se le puede hacer, la mujer no es inferior al hombre, Dios los hizo macho y hembra para perpetuar la raza humana.