El proyecto, llamado Urban Death Project, consistiría en un edificio donde se depositarían los cuerpos de los muertos para que estos se convirtieran en abono para plantas. Tras seis semanas, el cuerpo del fallecido quedaría descompuesto en compost y sería dado a las familias y repartido por los parques de todo el país.
CÓMO FUNCIONA
Los familiares visitan una sala especial en el sitio, en el que pueden envolver a los fallecidos con un sudario y luego colocan el cuerpo en la parte superior de la torre, donde se oficia un funeral.
El cuerpo es depositado en una mezcla de virutas de madera y serrín.
La torre, de tres pisos de altura, dispondría de capas de entre 1,8 y 3,6 metros de material de compost, separando los cuerpos entre sí.
Con el paso de los meses y con la ayuda de la descomposición aeróbica y la actividad microbiana, los cuerpos se descomponen completamente, dejando un fertilizante rico en nutrientes, que se retira de la parte inferior de la torre.
“El proceso es continuo, ya que nuevos cuerpos se van incorporando al sistema a medida que el compost se va extrayendo”
“También es un espacio para la contemplación de nuestro lugar en el mundo natural, y un ritual para ayudarnos a decir adiós a nuestros seres queridos, que nos conecta con los ciclos de la naturaleza”
http://elmicrolector.org/2015/03/23/una-empresa-proyecta-un-cementerio-urbano-que-convierte-los-cadaveres-en-fertilizante-para-plantas/
Buen aprovechamiento. Pero ¿cómo sabrán las lechugas entonces?
Una idea excelente.
De hecho ya se hace, aunque mucha gente lo desconoce.
Cuando la gente es incinerada en los tanatorios, arde la carne pero no los huesos. Éstos son molidos después y vendidos como fertilizante. Así que cuando abonamos las plantas, probablemente estamos esparciendo restos de esqueletos calcinados y triturados. Se hace aunque el gran público no lo sabe, ya que no se le suele dar publicidad.
En mi infancia, mi familia vivía en una casa a las afueras de un pequeño pueblo, justo al lado del cementerio. En ésa época aún no era costumbre incinerar a los cadáveres, todos eran enterrados; y la huerta familiar se encontraba justo al lado. Según mis padres jamás hemos comido verduras y hortalizas mejores, en tamaño y en sabor.
Las lechugas, los tomates, los guisantes, las habas y las patatas eran sublimes. La biología y la botánica carecen de prejuicios morales. Materia orgánica es materia orgánica, nada más, sea del origen que sea.
Un saludo.
Disculpen la ignorancia, ¿No se trasmitirán o expandirán ciertos virus o bacterias malignas de esta manera? no sé me daría cosa comprar un fertilizante sabiendo que viene de esto.
La oferta del «entierro orgánico» en donde las y los difuntos alimentan árboles directamente, me parece mejor que esta que los convierte en fertilizantes.
Buena idea,por lo menos algunos cadáveres serán útiles alguna vez en su vida.
Hola Sofía.
Podríamos simplificar diciendo que las bacterias producen infecciones y los virus enfermedades. Los virus no sobreviven al proceso de descomposición de la materia, necesitan un organismo vivo para existir. Las bacterias por su parte sí sobreviven y pueden permanecer mucho tiempo en forma de » existencia suspendida «, pero son algo habitualmente presente en toda materia orgánica.
El riesgo de infecciones estaría en el proceso de descomposición, pero después sería el mismo que tenemos cuando comemos algo crudo sin lavar convenientemente, o algo que se ha caido en la tierra, o al tomar aguas estancadas o infectadas.
Los virus son un peligro si se ingiere carne, o fluidos, contaminados. Una vez muerto el huésped, los virus no sobreviven mucho tiempo y son descompuestos a la vez que el resto de materia orgánica.
Sobre las bacterias señalar que están presentes en prácticamente todas partes. Si compramos un saco de abono y lo ingerimos, o lo manipulamos con heridas abiertas en las manos, existe riesgo de infección, pero si no penetra en el interior de nuestro organismo, resultan inócuas.
No obstante no me parece una práctica recomendable ya que al tratarse de un material comercializable, seguro que les dá por acortar los tiempos de descomposición natural, o por añadirle este o aquel producto que acelera el proceso, o mil maldades más, propias de la industria.
En el caso de lo que se hace en la actualidad, no hay problemas o peligros ya que se trituran los esqueletos que previamente han sido incinerados, y a ése proceso no sobreviven ni bacterias ni virus.
Todo es mantener las pautas lógicas de manipulación de éstas sustancias. Cualquier abono debe ser manipulado con precaución higiénica ya que contienen bacterias seguro. El estiércol, el guano, el humus…. todos los abonos contienen bacterias, aunque no virus.
Un saludo.
Les recuerdo que el abono orgánico mas eficiente para nutrir cualquier cosecha… Esta hecho a base de estiércol…
Salute.