Parece que las élites políticas están decididas a eliminar cualquier alternativa de análisis y de opinión que se salga del redil, calificándola de “extremista”.
El primer intento al respecto lo realizó en otoño pasado el primer ministro británico, David Cameron, anunciando públicamente en dos ocasiones distintas, que las llamadas “teorías de la conspiración”, deberían ser consideradas como “extremistas” y equivaler a “terrorismo” y que por lo tanto deberían ser eliminadas de la sociedad por motivos de “seguridad nacional”.
Ahora, Hollande trata de dar el primer paso firme en esa dirección. Para ello, Hollande ha equiparado las “teorías conspirativas” con el nazismo y está llamando a realizar regulaciones gubernamentales para prevenir cualquier uso compartido o publicación de cualquier punto de vista que se considere como “pensamiento peligroso” para el Estado.
En concreto, Hollande está citando “El antisemitismo”, y también todo aquello que pueda inspirar “actos de terrorismo”, todo ello a raíz de los ataques a la revista Charlie Hebdo.
De momento, los esfuerzos se centrarán en presuntas actividades “islamistas radicales”, no obstante, als definiciones de “teorías conspirativas”, “extremismo” o “amenaza a la seguridad nacional” son tan vagas que pueden llegar a abarcar cualquier opinión que resulte incómoda para los respectivos gobiernos.
¿Aún creeis que vivimos en países democráticos?
¡A ver si vamos despertando!