Existen al menos dos caminos para desviar la atención de las cosas que importan. Quizás el más común- o la primera reacción- sea el que se conoce como matar al mensajero: la idea es que el mensaje lo acompañe a la tumba. Quien guste de las clásicas producciones Holywoodenses sobre abogados y juicios, conoce bien esta táctica: ante un testimonio consistente, todo el esfuerzo se pone en la desacreditación del testigo.
El segundo camino quizás sea más sutil, pero no por eso menos efectivo: Se trata de generar hechos o situaciones que por su excesivo adorno atraigan la atención del público, desviándola de lo que realmente está en juego. El mejor ejemplo es el ilusionismo, basado justamente en que la atención del espectador no esté puesta en el objeto de la ilusión, sino en alguna otra cosa, como por ejemplo, los sensuales movimientos de alguna hermosa asistente de mago. Mientras tanto, el engaño ocurre frente a nuestros ojos.
En los últimos días han ocurrido hechos realmente importantes, a nivel mundial. Tan importantes, quelos dos métodos de persuasión se han combinado de la manera más grosera y desesperada. Repasemos un poco: El día 29 de noviembre, el sitio Wikileaks (http://wikileaks.org) distribuye entre 5 de los diarios más reconocidos a nivel mundial, 250.000 documentos hasta ese momento clasificados,entre los niveles confidencial y secreto, filtrados desde el Departamento de Estado de los EE.UU., y que dejan al descubierto las comunicaciones entre diplomáticos de dicho país, y de estos con funcionarios los de otros países.
Muchos de estos documentos, dan cuenta- principalmente- de las acciones de espionaje, presión, persuasión y manipulación de parte del Gobierno norteamericano sobre los de otros países, aliados y no tanto. Otros, no son más que chismes banales y sin importancia en sí mismos.
La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, al notar las reacciones en todo el mundo, se apresura a hablar sobre el hecho. Sin dudas, si hay algo en lo que los gringos son especialistas, es en la manipulación de la información…
Ante la desesperación- entonces- se combinan los dos métodos de desinformación: Por una parte, EE.UU. pide disculpas a la demás naciones… no por el contenido de los documentos revelados, sino por el hecho de que estos documentos se hayan hecho públicos. Lo que se traduce en algo así como«lamentamos que se hayan enterado de cómo jugamos con todos ustedes, y de lo poco que nos importa el resto del mundo». Finalmente, y como si fuera poco, condenan la filtración de los documentos, por ilegal y por poner en riesgo muchas vidas, por lo cual consideran a Julian Assange, responsable de Wikileaks, un traidor (como si tuviera alguna cuenta que rendirles) y piden que- por su gran crimen- se vaya contra él con todo el peso de la Ley. Lo que en realidad es bastante lógico, dado que- siguiendo el camino que explicamos más arriba-, el mensaje ha sido divulgado, la evidencia es contundente y no queda otra alternativa: hay que ir por el mensajero. Las opinión pública está dividida, la acción no fue del todo eficaz. Así y todo, se sostiene y se refuerza con el paso de los días.
Por otra parte, y de manera simultánea, la NASA hace un anuncio más que prometedor: el departamento de Astrobiología revelará descubrimientos que impactarán gravemente en la búsqueda de vida extraterrestre, anuncio que conmociona al mundo entero, que espera ansioso.
Finalmente, el anuncio oficial… decepciona, aunque mantiene a todo el mundo a la expectativa: en un lago de California han encontrado una bacteria completamente excepcional, un organismo basado en arsénico, material definitivamente tóxico para todas las formas de vida conocidas hasta ahora en la tierra. Según los científicos involucrados, el descubrimiento podría ser una prueba de la existencia de vida en otros planetas… conclusión del todo arbitraria, dado que el organismo fue encontrado en un lago, en la tierra, y no en el espacio exterior, ni en otro planeta.
No sé a ustedes, pero a mí me resulta- al menos- sospechoso que la NASA, organismo que sirve especialmente al Gobierno de los Estados Unidos, haya elegido una coyuntura tan complicada para hacer público un descubrimiento que en teoría debería cambiar la historia. ¿Tenemos aquí graficado el segundo método distracción? ¿Habrá sido efectivo? Lo cierto es que han logrado filtrar un hecho de cierta importancia, aunque no ha sido lo suficientemente adornado como para desviar la atención de lo que realmente importa: la desclasificación de 250.000 documentos secretos, que ponen al descubierto los métodos de persuasión, manipulación, presión y espionaje del Gobierno de EE.UU.
Existe, aun, una tercera vía a la que algunos le prestan sus oídos: que el mismo tema Wikileaks sea una astuta creación del Imperio, gracias a la cual pueda justificar más acciones contra el terrorismo;como por ejemplo, el espionaje «legal» en redes sociales, redes p2p, skype, etc.; No olvidemos que existe un nuevo proyecto de Ley presentado por la administración Obama que va de todo eso.
Sea como fuere, sólo una cosa importa: No te dejes engañar. Tampoco nos creas a nosotros ciegamente. Haz uso de tu discernimiento para encontrar la Verdad. No dejes que te digan qué debes creer.
Para cuando escuches «Si no lo veo, no lo creo», te sugerimos una mejor respuesta: «Si no lo creo, no lo veo».