A pesar de conocerse a Kelvin como uno de los fundadores de la termodinámica, los científicos de su época, y él especialmente, eran todavía científicos universales, es decir, personajes estudiosos de todos los fenómenos relacionados con la naturaleza de nuestro universo, o filósofos naturales. En esa línea, Kelvin, dedujo de la segunda ley de la termodinámica y del concepto de
entropía conclusiones relevantes sobre el Sol y la Tierra y, especialmente sobre las edades de éstos componentes de nuestro sistema planetario. La vida en nuestro planeta es posible, a pesar de la segunda ley de la termodinámica y del enfriamiento continuo que supone la entropía, porque el Sol manda continuamente energía de la que vivimos. Esto lo llevó a pensar sobre la finitud de nuestro universo, es decir sobre la existencia de un principio y un final. Lo cual a su vez lo dirigió hacia el cálculo de la edad del Sol y la posible duración de su existencia, cálculos que dieron un resultado enormemente reducido para la vida del sol, y, que fueron. por supuesto erróneos. Fueron, de hecho, mucho menores que los establecidos en aquellas fechas de mitad del siglo XIX por los geólogos. Le faltó sin duda conocer la relación entre materia y energía que formuló años después
Einstein, con su famosa ecuación, Energía=masa por la velocidad de la luz al cuadrado.Los evolucionistas, como luego veremos, prestaron gran atención a estas explicaciones, resultando esta interrelación entre materias aparentemente muy distintas algo muy relevante para las tesis que se mantienen en este blog sobre la adquisición de conocimientos y sobre su interrelación.Estos temas de la edad de la tierra lo enfrentaron al gran físico alemán
Hermann von Helmholtz (1821-1894) y lo relacionaron con dos científicos desafortunados como el médico alemán
Julius Robert von Mayer (1814-1878) y el ingeniero escocés
John Waterston (1811-1883), cuyas obras fueron no fueron entendidas cuando se realizaron, se perdieron y cayeron en el olvido. El primero descubridor temprano de la ley de conservación de la energía y de la intercambiabilidad de todas las formas de calor y energía, y el segundo, creador de la idea de que la energía se distribuye entre los átomos y las moléculas de un gas según unas reglas estadísticas, es decir, “que no todas las moléculas tienen la misma velocidad sino que hay una gama de velocidades distribuidas según reglas estadísticas en torno a una velocidad media”.
Esto último nos sirve de entrada a las siguientes grandes aportaciones en el terreno de la termodinámica y de la naturaleza atómica de la materia que vendrían de la mano de dos personajes notabilísimos del siglo XIX:James Clark Maxwell (1831-1879) y Ludwig Boltzmann (1844-1906).
Se trata de la teoría cinética de los gases (o explicación de las características de los gases por el movimiento de sus átomos y moléculas) y la mecánica estadística (o el comportamiento del movimiento de los átomos y moléculas de acuerdo con reglas estadísticas).