“Si Syriza cae el próximo gobierno será el de los neonazis”

“Estamos sufriendo un golpe de estado silencioso, sin tanques ni aviones”, denuncia el eurodiputado Stelios Kouloglou. Grecia patalea para no ahogarse; su caída en bancarrota podría aupar a la ultraderecha de Amanecer Dorado, tercera fuerza política.

“Hemos pasado de la vieja Troika a la nueva, la de las amenazas, chantajes y ultimátums. Pero no nos rendiremos”. El silencio dio paso a un estruendoso aplauso cuando, con ojos brillantes, Stelios Kouloglou denunció este jueves el chantaje al que se está viendo sometido el nuevo Gobierno griego.

Kouloglou no es un hombre fácilmente impresionable. A sus 62 años el periodista y eurodiputado de Syriza ha visto a gente matar y morir en los Balcanes, libreta y bolígrafo en mano; ha dirigido documentales, ha plantado cara a la censura. Y nunca, asegura, había tenido que pelear en un escenario tan difícil.

El próximo 24 de abril Grecia volverá a reunirse con las instituciones europeas para presentar sus últimas propuestas y pedir financiación y, de no conseguirla, no podrá mantenerse a flote por mucho tiempo. Kouglou tomo posesión de su escaño tras las elecciones generales de hace tres meses, y desde entonces ha trabajado a contrarreloj con sus compañeros de partido para buscar la salida del laberinto.

Si fracasan, si topan con más muros, los neonazis de Amanecer Dorado podrían ascender con fuerza. Ya son el tercer partido más votado y la caída de Syriza podría darles alas, impulsando también a formaciones como los ultraderechistas de Marine le Pen en Francia. Con los gobiernos de la UE y los grandes medios de comunicación en contra, Syriza planea apurar hasta el último cartucho, echar el resto: todo antes que volver a recetar austeridad al castigado pueblo griego. “No nos rendiremos”, promete Kouloglou.

Este jueves dijo en una conferencia que los europeos no conocen la difícil situación que hoy afronta Grecia. ¿Qué está pasando?

Inmediatamente después de las elecciones, de la victoria de la izquierda de Syriza, comenzó una operación para estrangular económicamente al país, y el Banco Central Europeo nos ha cortado cualquier vía de financiación. Syriza se enfrenta hoy a la misma situación que vivió el Chile de Salvador Allende en los años 70. Richard Nixon ordenó a la CIA que acabase con su economía, y una de sus primeras medidas fue cortar el crédito de EEUU a los bancos. Pero si cae Syriza el próximo Gobierno será de la derecha, de la extrema derecha de los neonazis de Amanecer Dorado, y esto podría impulsar a su vez al Frente Nacional de Marine le Pen. Syriza es la última esperanza de la democracia, y si llegan los neonazis esta esperanza se habrá extinguido.

¿Se puede decir que están viviendo una suerte de golpe de Estado?

Sí, es un golpe de Estado silencioso, sin tanques ni aviones. No lo han orquestado a la manera tradicional, sino con dinero.

¿Están atacando con todo lo que tienen?

Con absolutamente todo lo que tienen.

¿Por qué lo hacen? ¿Por qué asfixiar económicamente al pueblo heleno?

Están estrangulando la economía para forzar al Gobierno a abandonar sus promesas electorales, para que sigamos las líneas que ya siguieron quienes gobernaron antes. Son las líneas que nos llevaron a la catástrofe, y quieren que sigamos el mismo camino. Dicen que para darnos más dinero tenemos que seguir el programa que nos dictan, este es su juego. No quieren que enfrentemos la crisis humanitaria de las 300.000 familias que no tienen electricidad. Esto nos costará 200 millones de euros al año, no es mucho dinero, pero no nos dejan. Quieren recortes y despidos masivos y no podemos aceptarlo. La tradición europea no lo permite, ¿por qué nosotros tenemos que hacerlo?

Ya han aceptado aplicar una amnistía fiscal y seguir con las privatizaciones firmadas por el Gobierno de Samaras por valor de 1.600 millones. ¿Sienten que han traicionado la confianza de sus votantes? ¿Cuál es la última línea roja?

Hemos pospuesto algunas promesas, sí, pero la línea roja sigue siendo la misma, la mantenemos: no más austeridad. Tendríamos el mismo resultado que los gobiernos anteriores, duraría más la recesión y lo que queremos es que el dinero circule, que llegue a manos de la gente. No, no a la austeridad, no al recorte en las pensiones, ya se han recortado bastante. Y desde luego tampoco vamos a hacer las privatizaciones como ellos quieren. Respetaremos las que habían sido acordadas, pero no para vender barato, no para el lucro de un único comprador interesado.

¿Quién está detrás de la campaña que denuncia? Se supone que la Troika fue disuelta.

La Troika ha sido reemplazada por las instituciones que la constituían, son la misma gente y defienden las mismas políticas. En lugar de enfrentarnos a la Troika tenemos que vernos con el BCE, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Detrás de todo eso está Berlín, está el ministro Wolfgang Schäuble [titular de Finanzas]. Schäuble está totalmente en contra de todo lo que está haciendo Grecia, y la forma en que se comporta con nosotros no tiene precedentes en la política europea. Hace bromas, ironiza sobre el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. “Ahora voy a ver cómo explicas todo esto a tus ciudadanos”, le ha espetado en más de una ocasión. Pues lo hemos explicado, hemos avisado de que tendremos que aceptar compromisos, pero tan pronto como lo hicimos él violó las reglas del acuerdo que habíamos contraído.

En febrero les dieron una prórroga de cuatro meses para seguir planteando reformas y negociando, pero finalmente la reunión decisiva tendrá lugar la próxima semana.

Había un acuerdo, teníamos cuatro meses para formular nuevas propuestas. Plantearon que si les convencíamos podríamos seguir cobrando para poder pagar la deuda, porque además el dinero que en teoría nos iban a dar no era para la economía griega, sino para mayor gloria de la deuda. Desde el verano pasado la Troika nos ha estado negando la financiación diciendo que no hemos cumplido con nuestras obligaciones, y hemos estado haciendo malabarismos para conseguir dinero y no declarar la bancarrota. Esa es la situación.

¿Hay alguien moviendo los hilos tras Berlín? ¿Interesa a los poderes financieros que Grecia navegue hasta la bancarrota?

Es un asunto político.

¿No es económico?

No. Las instituciones calculan que necesitamos cerca de 2.000 millones, y eso no es un importe tan grande como para que un país declare la bancarrota, para que toda la Eurozona y la economía mundial tengan problemas. Es un juego político. Este miércoles, el FC Barcelona jugó un partido contra el París Saint Germain: el precio de los fichajes de los jugadores que pisaron el césped era de 1.000 millones. 2.000 millones No es tanto dinero para un país, pero lo que importa es que el Gobierno alemán no quiere aceptar que la política que ha recetado ha fallado estrepitosamente. La historia lo ha demostrado: todos los poderes hegemónicos se han negado a reconocer sus errores. Tienen miedo a que el Gobierno griego tenga éxito y haya cambios, a que esto se propague por Europa. La política que han defendido e impuesto cambiaría, y no quieren eso.

¿Es eso lo que temen de Podemos en España? ¿Tienen miedo de que puedan reproducir el modelo griego, de que este se propague por las economías del euro?

Pienso que tienen miedo a Podemos. Tienen miedo a Podemos y a la izquierda en España.

¿Temen también a Izquierda Unida?

Sí. Temen una coalición entre Podemos e IU, tienen miedo del Sinn Féin en Irlanda, de que esto se extienda, porque toda su política económica cambiaría. Además, el Gobierno alemán se está aprovechando de la crisis. El Ejecutivo, y no sus gentes, está ganando dinero con esto, y mientras la crisis esté bajo control el Gobierno y los oligarcas seguirán ganando dinero. El euro está débil frente al dólar, y eso facilita las exportaciones alemanas. Su prima de riesgo es cero, pero además a veces es incluso negativa. Se aprovechan de todo esto.

En un año de vida Podemos ha sufrido varios ataques políticos y mediáticos. ¿Hay paralelismos entre la situación que afronta el partido de Pablo Iglesias y la que vive Syriza, salvando las distancias? ¿Deben esperar ataques aún más duros si llegan a gobernar?

Sí. Tienen que estar preparados para tiempos difíciles. El que te hagas con el poder político no significa que tengas el poder real: ese poder está en manos de los oligarcas, algunas instituciones y los medios. Ganamos las elecciones a pesar de la oposición de los medios mayoritarios que anunciaban que llegaría el fin del mundo si Syriza llegaba al poder, y no estoy exagerando. Dijeron que la crisis económica se extendería por Europa y saltaría a EEUU, de Norteamérica pasaría a Japón y después provocaría la explosión del planeta. Hoy los medios privados están atacando a Syriza con más dureza que nunca, están siendo incluso más agresivos que antes. Primero, porque no les gusta Syriza, y segundo, porque queremos obligarles a pagar los 600 millones de euros que deben por sus licencias de emisión. Tienen que pagarlos porque llevan años sin hacerlo. Tienen que pagar porque no lo han hecho hasta hasta ahora, y no lo aceptan.

¿Cuenta Syriza con apoyos fuera de sus fronteras para defender estas ideas? ¿Se sienten solos ante los poderes que ha mencionado?

No, no tenemos apoyo internacional, y Gobiernos como los de España o Portugal tampoco ayudan. Hace poco intentamos conseguir el apoyo de Rusia, pero tampoco fue posible.

¿Por qué Bruselas fue tan crítica con la reunión de Alexis Tsipras y Vladimir Putin? ¿Por qué temen esa alianza?

Alemania quiere monopolizar las relaciones con Moscú. Siempre hemos tenido buenas relaciones con Rusia pero ahora parece que no podemos, que sólo ellos tienen derecho.

Si en la cita de la semana que viene no logran un acuerdo, ¿hasta cuándo podrán aguantar sin recibir dinero?

Si tenemos que elegir, si en algún momento llega el momento de tomar decisiones, elegiremos el pago de los salarios. Si tenemos que elegir entre pagar la deuda o los sueldos pagaremos los salarios, está claro. Pero no nos rendiremos.

¿Tienen ustedes un plan B? ¿Han dispuesto algún salvavidas?

No tenemos ningún plan B. Tenemos que solucionar la crisis dentro de la Eurozona, eso es todo. Y si algo pasa, si caemos en bancarrota, no habrá sido culpa nuestra. La culpa será de quienes nos dejaron caer.

Alejandro López de Miguel/Público

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