Dice Andreas Faber-Kaiser en “El Muñeco Humano”, donde relaciona muchos de estos fenómenos. “¿Es que una gran parte de nuestros historiadores se han vuelto locos, o mienten? Porque si eso aceptamos, hay que convenir en que su locura tiene cohesión, al repetirse los fenómenos que describen en diferentes épocas y en lugares distantes entre sí, en culturas que aparentemente nada tienen en común. Y además, si esa locura o engaño aceptamos, ya nos podemos poner todos a revisar la Historia de arriba abajo, ya que son esos mismos historiadores en los que confiamos para edificar sobre sus testimonios el bagaje de cultura que alimenta nuestros conocimientos”.
En el segundo libro de Macabeos (5, 1-3) se lee la narración de este fenómeno en el cielo de Jerusalén:
«Por este tiempo preparó Antíoco su segunda expedición contra Egipto; y por espacio de casi cuarenta días, por toda la ciudad aparecieron en el aire carreras de jinetes vestidos con túnicas doradas, armados de lanzas, a semejanza de cohortes, y escuadrones de caballos en orden de batalla…»
«Por este tiempo preparó Antíoco su segunda expedición contra Egipto; y por espacio de casi cuarenta días, por toda la ciudad aparecieron en el aire carreras de jinetes vestidos con túnicas doradas, armados de lanzas, a semejanza de cohortes, y escuadrones de caballos en orden de batalla…»
El historiador Flavio Josefo cuenta algo similar sucedido en el mismo lugar durante el siglo I de nuestra era.
Y Mateo de París refiere algo parecido ocurrido en 1236, en su historia Anglorum:
“También hacia esta época aparecieron en el cielo, a lo largo de las fronteras de Inglaterra y Gales, portentos de soldados armados con aspecto hostil.”
Y Mateo de París refiere algo parecido ocurrido en 1236, en su historia Anglorum:
“También hacia esta época aparecieron en el cielo, a lo largo de las fronteras de Inglaterra y Gales, portentos de soldados armados con aspecto hostil.”
En textos de Tito Livio y Plutarco puede leerse que en el tiempo en que fueron cónsules Lucius Scipio y Norbanus, se oyó en Capua y Volturno “un gran ruido en el aire” y un espantoso ruido de armas, que duró por espacio de varios días, viéndose además cómo dos ejércitos luchaban entre sí”.
Según Tito Livio, en el año 214 a. JC fue visto en Adria un altar en el cielo y alrededor de él, formas de hombres con blancas vestiduras… Hubo quienes aseguraron haber visto legiones armadas sobre el Janículo, “lo que movió a la ciudad a correr hacia las armas”.
Refiriéndose al año 213, dice que “en el río, en Terracina, se vieron formas de naves de guerra que no tenían existencia. En el templo de Júpiter Vicilino, en el territorio de Compsa hubo un ruido como de armas, y el río, el Amiterno, era de sangre”.
Dice Julio Obsequens que en año 140 a. JC, en Prenesta y Cefalonia “parecieron haber caído imágenes del cielo” y que en 106 a. JC “se escuchó un alboroto en el cielo y parecieron caer jabalinas de él”.
Plutarco, en su obra “César” dice que, según el filósofo Estrabón, en el año 44 a. JC fueron vistas multitudes de “hombres incandescentes precipitándose de las alturas”.
Plutarco, en su obra “César” dice que, según el filósofo Estrabón, en el año 44 a. JC fueron vistas multitudes de “hombres incandescentes precipitándose de las alturas”.
Cuenta Plinio que, durante el consulado de Mario, aparecieron “ejércitos” en el cielo, unos procedentes de Oriente y otros de Occidente, que combatieron mucho tiempo entre sí, rechazando los orientales a los occidentales.
Al parecer, el hecho se repitió en 1535 en Lusalie o Lausitz, cerca de una aldea llamada Juben, hacia las dos de la tarde.
El 19 de julio de 1550, en Sajonia, cerca de Wittemberg, apareció en el cielo una figura semejante a un ciervo, rodeada de dos grandes y ruidosos “ejércitos” que combatían entre sí, cayendo sobre la tierra una lluvia de sangre. El Sol “se partió en dos pedazos », precipitándose a tierra uno de ellos.
Al parecer, el hecho se repitió en 1535 en Lusalie o Lausitz, cerca de una aldea llamada Juben, hacia las dos de la tarde.
El 19 de julio de 1550, en Sajonia, cerca de Wittemberg, apareció en el cielo una figura semejante a un ciervo, rodeada de dos grandes y ruidosos “ejércitos” que combatían entre sí, cayendo sobre la tierra una lluvia de sangre. El Sol “se partió en dos pedazos », precipitándose a tierra uno de ellos.
Hay crónicas que cuentan que el 5 de diciembre de 1577 se vio en el cielo una nube de la que salió mucha gente “todos vestidos de negro, unos a pie y otros a caballo…”
Según los códices del historiador catalán Jeroni Pujades, el 30 de septiembre de 1604, “en la madrugada ya clara, en la villa de Pons o cerca de ella, hacia las Belianas, todo el obispado de Urgell, se vieron en el aire, pero muy bajos, cerca de la tierra, grandes escuadrones de gentes de armas que batallaban con gran furor y ruido de armas.”…..
Según los códices del historiador catalán Jeroni Pujades, el 30 de septiembre de 1604, “en la madrugada ya clara, en la villa de Pons o cerca de ella, hacia las Belianas, todo el obispado de Urgell, se vieron en el aire, pero muy bajos, cerca de la tierra, grandes escuadrones de gentes de armas que batallaban con gran furor y ruido de armas.”…..
Desde luego todo esto, aparte de las incógnitas o no, ya que se ha especulado desde que sea la mente colectiva la que pueda haber proyectado tales imágenes, o que esas imágenes estén inscritas en los archivos akásicos del tiempo y que puedan en un momento determinado poder ser visualizadas. Bien lo real o cierto de que en los cielos se hayan dado batallas campales por los extra-terrestres, pero quizás esto último como que no tenga mucho sentido, por lo menos para mí, porque ¿a qué estar batallando y por qué? Otra hipótesis sería esto que ahora conocemos como proyecciones, que sería lo más probable, y a lo que yo más me decanto, igual que quizás también hayan sido las susodichas proyecciones las que hayan mantenido a raya a nivel de «creencias» a la especie humana, tanto en cuestiones de ángeles como de demonios o vírgenes o cualquier otro «milagro» que nos ha desbordado por desconocimiento, ignorancia y circunstancias de mantenernos siempre aislados y reprogramados en una mentira a fin de controlarnos. Pero, entonces, ¿no somos dueños de nuestro destino como especie? SÍ (con mayúsculas) creo que hemos estado siendo conducidos como rebaño, pero los pastores quizás unos hayan sido buenos y otros no tanto. Quizás haya sido el precio en muchos milenios para impedir que esta especie evolucionase rápidamente y se sintiese «más endiosada» y ególatra todavía de lo que lo está ahora, pero aún y así, creo que esta lenta evolución no ha servido para mucho. Ahora se abren las puertas con una ascensión muy rápida en el tiempo y aquí es donde está la clave de nuevo o Evolución o quizás la próxima In-volución y desaparición de nuevo de nuestra especie. Esto no supone o supondrá ningún cataclismo ni para la Existencia en general ni para el resto de los Planetas vivos. Somos una especie más pero quizás dotada con algo que si no ha sido bien asimilado sólo haya servido para la destrucción y la autodestrucción… y esto en tantísimos miles de años, con lo cual supongo que este tiempo también merecerá de su límite, al igual que todo.
mi entendimiento me dice que simpre han batallado las razas del cosmos por diversos fines, y las personas mas observadoras han atestiguado esos actos, finalmente todo siempre saldra a la luz (siendo estos testimonios verdad o mentira),asi como nuestros verdaderos origenes y propositos en el cosmos y en la existencia como raza humana