Habitualmente, tenemos una interpretación idílica y utópica del significado de los sueños…
Los sueños representan un ideal, aquello que nos gustaría lograr, pero que es imposible ante nuestra lógica habitual en donde inconscientemente, concebimos los sueños como algo inalcanzable…
Incluso, para no decepcionarnos en el intento, entendemos que los sueños son una pérdida de tiempo…
Creemos que soñar es asunto de niños o de aquellas personas que niegan la realidad y necesitan aferrarse a algo irreal e inexistente…
Es más fácil resignarnos y autoconvencernos de que soñar es inverosímil, antes que animarnos a imaginar la realidad que nos gustaría llegar a construir…
Los sueños son portadores de esperanza y nos invitan a mirar hacia el futuro, nos desafían a creer en la vida y en toda fuerza extraordinaria que nos brinde la plataforma para poder cumplirlos…
Pero nuestro miedo a no poder alcanzar lo que soñamos, a experimentar el fracaso y la frustración de un sueño no cumplido nos detienen prácticamente sin siquiera intentarlo…
Preferimos vivir una vida vacía y carente de la magia que portan los sueños antes de exponernos al desafío de soñar para darle a nuestra realidad aquel sentido profundo y verdadero que se esconde detrás de cada meta o desafío…
Depositamos en el “afuera” la responsabilidad de nuestra realidad, pero cada individuo es el creador de su propia vida y el constructor de su propio destino…
Cuando soñamos, cuando le damos libertad a nuestro corazón para que indique hacia donde necesitamos enfocar nuestra vida, despertamos a una nueva realidad, donde deja de existir lo imposible y cada sueño se vuelve posible y realizable…
Una nueva realidad donde los sueños ya no son interpretados como utópicos sino que son los propósitos que le brindan sentido, valor y conciencia a nuestra existencia…
Cuando soñamos, elevamos nuestra visión a un mundo donde todo propósito basado en el amor, la esperanza y el servicio se vuelven tangibles porque la vida misma opera como la fuerza creadora de esa realidad soñada…
Soñar nos conecta con nuestra esencia más sagrada, nos compromete con nosotros mismos y nos involucra con toda existencia superior que proteja, incentive y permita la realización de cada uno de nuestros sueños y anhelos más profundos…
Soñar nos transforma porque sólo cuando seamos conscientes de la capacidad que todos los seres humanos tenemos para soñar, estaremos aptos para alcanzar y cumplir nuestros más grandes propósitos…
Propósitos y metas que trascienden nuestra condición meramente humana, que nacen en nuestro interior, para ayudarnos a abordar una realidad superior, más sagrada y más angélica…
Una realidad que se construye en base al cambio y la transformación de viejos hábitos y paradigmas, donde las dificultades ya fueron comprendidas y transmutadas y los sueños están enfocados en sembrar, dar y nutrir al mundo de magia, amor y esperanza…
Soñar nos desafía, nos impulsa y nos conecta con la esencia mas divina del alma, donde la fe y la esperanza despiertan en nuestros corazones la convicción y la voluntad para cumplir nuestros sueños más sagrados…
La vida, como fuente de creación divina, nos nutre con la fuerza, la prosperidad y la abundancia necesarias para que cada sueño que surge desde nuestro corazón, encuentre la luz y nazca en nuestra realidad para alcanzar cada una de nuestras metas y propósitos.
Soñar nos compromete con nosotros mismos, nos involucra a hacernos cargo de cada acción y decisión tomada, comprendiendo la importancia y relevancia de cada uno de nuestros actos…
Cuando soñamos nos fundimos conscientemente con toda señal que nos guíe y marque el camino correcto para que lo soñado se vuelva parte de nuestra realidad…
Cuando soñamos, estamos confiando en la vida que comienza a dar su luz para derramar su abundancia y su magia en nuestro interior…
Cuando soñamos, nos estamos transformando en seres comprometidos con su realidad; que creen con la certeza y la convicción que nace desde alma…
Cuando soñamos estamos creyendo y cuando creemos, estamos creando…
Creando nuestro destino, creando nuestro futuro, creando la realidad que en el pasado no nos animábamos a imaginar y que hoy representa la razón principal de nuestra valiosa existencia…
Lic. Karina Zullo