Muchas tradiciones y místicos hablan del no-dualismo. Pero ¿qué es el no-dualismo, y cómo ha sido descrito este concepto a lo largo del tiempo por personas de diferentes religiones en diferentes partes del mundo? En este libro usted descubrirá la larga historia del no-dualismo, desde sus primeras raíces en los Upanishads de la India hasta sus más modernos proponentes de hoy en día. Si usted es una persona perteneciente a una tradición no-dual, este libro es un compañero inestimable en su viaje. Lo que sigue es un extracto del libro de Michael Taft.
Vedanta Advaita: No-dualismo Hindú
El no-dualismo como una tradición propia e independiente en el hinduismo comenzó bastante tarde y sin embargo ha ejercido una influencia tremendamente poderosa, tanto en la India como mucho más tarde en Occidente. Por ejemplo, el hecho de que este libro se refiere al tema del «no-dualismo», en lugar de al «vacío» o «rigpa» u otros términos budistas insinúa el hecho de que el debate, particularmente en América y Europa, últimamente ha sido impulsado por maestros del Advaita.
El Vedanta Advaita comienza con el Comentario sobre la Mandukya Upanishad, escrito por Gaudapada alrededor del siglo VII d.C. Vimos anteriormente que la Mandukya Upanishad contiene pasajes que pueden ser interpretados como la descripción de una filosofía del no-dualismo. Escribiendo casi 1300 años después, Gaudapada se basa en elementos de la teoría budista sobre la vacuidad para reinterpretar el Mandukya Upanishad de una manera claramente no-dual.
La doctrina principal de Gaudapada es llamada la teoría de la «no generación» (ajātivāda), que establece que el mundo entero no es más que una ilusión. Nada mundano en realidad llega nunca a existir (es decir, «se origina»), porque sólo Brahman (es decir, «Dios») es real. Todo el mundo fenoménico es simplemente un sueño o una fantasía, y en última instancia es irreal (maya). Como ya hemos visto, este punto de vista era común en el budismo Mahayana. Algunas selecciones del Comentario de Gaudapada dan la esencia de su filosofía:
II. 31. Como el sueño y la ilusión, como una ciudad que surgiera entre las nubes, así es este universo irreal a los ojos del sabio que comprende los Vedas.
II. 32. No hay disolución ni creación. Nadie está esclavizado ni nadie lucha por salvarse. No hay aspirante a la liberación ni liberado. Esta es la verdad suprema.
III. 19. Sólo por la ilusión (maya) y no por otra razón aparece la diversidad en Aquello que no tiene origen, ya que si la diversidad de las cosas fuera real lo inmortal sería mortal (lo cual es absurdo).
III. 28. Lo irreal no puede originarse ni desde el punto de vista de la realidad ni por ilusión. El hijo de una mujer estéril no nace ni de hecho ni de manera ilusoria.
III. 46. Cuando la mente no se pierde en la inercia del sueño, cuando permanece inmóvil y por ello no da origen a las apariencias, es en verdad lo Absoluto. (1)
Existe cierta controversia sobre el grado en que Gaudapada fue influenciado por el budismo. Gaudapada utiliza argumentos intelectuales e imágenes directamente extraídas de fuentes budistas para construir su filosofía. Mientras que los vedantinos tradicionales deben admitir este paralelismo, sostienen que él simplemente estaba utilizando contenidos comunes del debate contemporáneo para hacer su propio planteamiento original.
En mi opinión, parecía que él estaba tomando la filosofía budista, leyéndola de forma retroactiva en el Mandukya Upanishad para dar a la filosofía una fuente «hindú». Pero esto no es realmente necesario, ya que, como hemos visto, el mismo Buda fue probablemente la base de estos Upanishads.
La filosofía de Gaudapada es llamada Vedanta Advaita. Advaita como ya hemos visto, significa «no-dual» ―Sánscrito: «no» (a-) «dual» (-dvaita). Vedanta significa literalmente una «rama» (-anta) de los Vedas, y se refiere a una clase de literatura que se considera un comentario sobre los Vedas o a continuación de los Vedas.
Shankara
Gaudapada fue el paramguru (gurú del gurú) de Shankara, (2) quien es reconocido como el fundador del movimiento Vedanta Advaita, y es una figura destacada en el hinduismo moderno. Shankara nació en la India (probablemente en siglo VIII) cuando el hinduismo estaba en declive desde hace muchos siglos.
La historia personal de Shankara ―omitiendo las partes obviamente mitológicas― cuenta la historia de un joven que parece haber estado marcado por el destino. Siendo un niño prodigio en sánscrito y en las antiguas escrituras, Shankara se marchó temprano de casa y encontró a su gurú (Govinda, un estudiante de Gaudapada), quien le enseñó los fundamentos del Advaita. A partir de ese momento en adelante, Shankara fue imparable, caminando a lo largo y ancho de la India para enseñar el Advaita, reformando lo que veía como prácticas degeneradas, debatiendo con eruditos religiosos, y reavivando el interés en el hinduismo entre la población india.
El impacto de la filosofía Advaita de Shakara en el hinduismo moderno no se puede subestimar. Sus numerosos escritos, su personalidad carismática y su dedicación a la causa revitalizaron lo que había sido una religión en decadencia. Más importante para nuestra discusión, sin embargo, es el hecho de que Shankara refundió gran parte de la religión hindú en un molde no-dual. El no-dualismo se convirtió en una perspectiva subyacente en las viejas prácticas y tradiciones. Incluso los distintos dioses se consideraba que existían como parte del juego de maya, simplemente como manifestaciones de Brahman. Por supuesto que hubo muchas reacciones negativas y contrarreformas desde los bandos dualistas, pero en general el no-dualismo de Shankara se ha convertido en una de las perspectivas fundamentales del hinduismo. Esto a su vez influyó en gran medida el debate moderno del no-dualismo en Occidente, como veremos en una próxima sección.
La filosofía del Vedanta Advaita
Shankara resume toda su filosofía del Advaita en una sola y concisa frase: (3)
Brahma satyam jagat mithyā, jīvo brahmaiva nāparah ― Brahman es la única verdad, el mundo es una ilusión, y en última instancia no hay diferencia entre Brahman y el yo individual.
Esto, en pocas palabras, es Vedanta Advaita. Shankara dice que Brahman es la única realidad, la única existencia, el uno sin segundo. Es consciencia pura, libre de toda mancha, sin principio ni fin. Es alegría, para siempre fuera del alcance del dolor, indivisible, inconmensurable, sin forma, sin nombre, inmutable. (4) Es la realidad infinita, omnipresente, omnipotente, incorpórea, impersonal, trascendente que es la base de todo ser. (5)
Aunque todas estas palabras son intentos de describir a Brahman, el más alto Brahman en realidad carece completamente de atributos. Este Brahman superior se llama brahman nirguna, que literalmente significa «Brahman sin atributos». Cualquier apariencia de un Dios o deidad de cualquier tipo (brahman saguna, lit: «Brahman con atributos») no es más que Brahman llevando una máscara o persona (6), y no representa la verdadera naturaleza de Brahman.
En la formulación de Shankara el alma individual y Brahman son idénticos. El alma (atman) no es una pequeña parte de Brahman que finalmente se fusiona de nuevo con Brahman. El alma es realmente la totalidad de Brahman. Según Shankara (a diferencia de las religiones occidentales, y algunas formas de hinduismo), cada persona no tiene un alma individual única, que luego regresa a Brahman en la iluminación o la muerte, sino que no hay alma individual en absoluto. Sólo hay un único Atman, y es idéntico a Brahman. La falsa idea de que hay muchas almas surge de la ilusión de maya. Los individuos (jiva) viven en un estado de ignorancia en un cuerpo con sentidos, lo que provoca la ilusión de sentirnos como si tuviéramos un alma individual. En la metáfora de Shankara, es como si la única luna en el cielo se reflejara en muchas burbujas.
Los críticos acusaron a Shankara de ser un «budista secreto», y de más o menos filtrar el budismo en el hinduismo. De hecho, es difícil no comparar su concepto del atman/Brahman con la naturalez a de Buda o el almacén de ideas de la consciencia. Parecen ser sólo diferentes nombres para la misma idea. Por su parte, Shankara vehementemente negó esto. Era un filósofo erudito, y utilizaba su amplio conocimiento del budismo para mostrar las diferencias entre sus enseñanzas y la visión budista. Sin embargo, una revisión de estas diferencias, rápidamente demuestra que son (en mi opinión) muy pequeñas. Llámala Brahman o la naturaleza de Buda, es de cualquier manera la conciencia no-dual.
Prácticas Advaita para Moksha, o Liberación
Según el Advaita, la iluminación (Sánscrito: moksha, lit: «liberación») es posible mediante la superación de la falsa ilusión de maya, y ver así la identidad de Atman con Brahman. Vemos que no hay absolutamente ninguna diferencia, que son uno y lo mismo.
Existen varias técnicas Advaita bien conocidas para lograr la liberación. Probablemente la práctica tradicional más famosa es la de neti-neti. Como vimos en la sección de los Upanishad, se trata de una declaración del Brihardaranyaka Upanishad, donde se describe a Brahman como «ni esto, ni eso». El practicante aplica esta declaración a todas y cada una de las experiencias sensoriales (incluyendo los pensamientos) que surgen en la consciencia. Esto se hace como una indagación fenomenológica activa, no como una repetición memorística de un mantra. Cualquier cosa que surja se ve que es producto de maya, de algo que no es la perfecta conciencia no-dual. Es sólo una ilusión. Esta práctica funciona como una especie de instrucción apuntadora que atrae constantemente la atención de la propia conciencia, más que del objeto de la conciencia.
Otra práctica es el mantra aham brahma’smi, que significa «yo soy Brahman» (también se encuentra en el Brihardaranyaka Upanishad). A esta frase se la denomina la «gran proclamación», porque no sólo representa la comprensión filosófica de la esencia del Advaita, sino que también se dice que es la realización o proclamación de un yogui en el momento de la iluminación: «¡Eureka! Yo soy Brahman!»
Por supuesto, hay muchas otras prácticas, algunas de ellas de la escuela «no hagas nada» que hace hincapié en la condición preexistente de la conciencia no-dual, en una forma que recuerda a la tradición Dzogchen ― es decir, «Tú ya está allí».
Hay una historia fascinante sobre las prácticas Advaita de Ramakrishna, probablemente el más famoso santo indio del siglo 19. En el momento de la historia, Ramakrishna ya era un maestro del misticismo dualista, totalmente inmerso en la meditación de la Diosa Kali. Sin embargo aceptó recibir las enseñanzas Advaita de un maestro de no-dualismo errante, con el cuerpo desnudo embadurnado con ceniza, llamado Totapuri.
Totapuri consideraba todas las formas de culto, tan queridas por Ramakrishna, como infantiles y ridículas. Instruyó a Ramakrishna en los fundamentos del Vedanta Advaita, diciendo:
«Brahman es la única Realidad, siempre puro, iluminado y libre, más allá de los límites del tiempo, el espacio y la causalidad. Aunque aparentemente dividido por nombres y formas a través del poder inescrutable de maya, esa hechicera que hace posible lo imposible, Brahman es realmente Uno e indiviso. Cuando un buscador se funde en la bienaventuranza del samadhi, no percibe el tiempo y el espacio o el nombre y la forma, los vástagos de maya. Lo que está dentro de los dominios de maya es irreal. Renuncia a ellos. Destruye la prisión del nombre y la forma y sal corriendo de ella con la fuerza de un león. Sumérgete en la búsqueda del Ser (Self) y realízalo a través del samadhi. Descubrirás que el mundo de nombre y forma desaparece en el vacío, y el pequeño ego se disuelve en Brahman-Consciencia. Te darás cuenta de (realizarás) tu identidad con Brahman, Existencia-Conocimiento-Bienaventuranza Absolutos.»
También enseñó a Ramakrishna la práctica de la meditación sin forma (técnicamente diferente de la meditación no-dual, pero sin embargo un paso importante en esa dirección), pero esa primera noche cuando Ramakrishna se sentó para meditar, se extravió inmediatamente en la absorción dualista de la Diosa Kali. Cuando informó de esta falta a Totapuri al día siguiente, su maestro cogió un pequeño trozo de cristal del suelo y se lo incrustó en la piel entre los ojos de Ramakrishna, ordenándole que se concentrara en ese punto. Entonces Ramakrishna se sentó en meditación, y cuando Kali llegó de nuevo, él ―en su propia metáfora― cogió la «espada de la sabiduría no-dual y cortó con ella». Ella desapareció instantáneamente y Ramakrishna se sumergió en una absorción no-dual que duró varios días. Agradeció a Totapuri, diciendo: «Si no hubieras venido, habría vivido toda mi vida con la alucinación. Mi última barrera ha caído».
Pero el propio Totapuri aún no había terminado de agrandar las profundidades de su propia conciencia no-dual. Varios meses después de enseñar a Ramakrishna, Totapuri contrajo un severo caso de disentería. Su incapacidad le hacía imposible meditar, y así ―al estilo clásico de un monje Advaitin― estaba disgustado con las limitaciones de su cuerpo. En su opinión, el cuerpo no era más que una ilusión o un obstáculo en su camino, y ahora estaba siendo más un obstáculo que de costumbre. Un alma libre no se preocupa por el cuerpo. Así que una noche Totapuri se adentró en el Ganges decidido a ahogar su cuerpo y deshacerse de este objeto molesto. Pero la marea estaba baja y terminó andando todo el camino hasta la otra orilla ileso. Atónito, miró atrás hacia el templo de Kali brillando a la luz de la luna y experimentó un profundo despertar repentino. Él vio el poder de lo absoluto no sólo en lo informe, sino ahora también en la forma del templo, la diosa, el río, e incluso su cuerpo. Así Totapuri experimentó la eliminación de la distinción entre la forma y lo informe, y se llegó a un nivel mucho más profundo de conciencia no-dual. Como sostiene el Sutra del Corazón, la perfección de la sabiduría radica en la realización de que el vacío y la forma son uno, no dos.