España pone a prueba este domingo el éxito de los movimientos ciudadanos

El próximo domingo los españoles acudirán a las urnas para escoger a sus nuevas autoridades municipales y autonómicas. Sin embargo, estos comicios estarán marcados por una novedad en la política española: la fuerte presencia de candidatos ajenos al bipartidismo.

Juezas, poetas, filósofos, profesores son la nueva imagen para unas elecciones municipales y autonómicas en los que los españoles decidirán este próximo domingo 24 de mayo si optan por otra forma de hacer política, surgida de los movimientos ciudadanos, tras siete años de una dura crisis económica que ha afectado de forma muy desigual en los diferentes estratos sociales y que todavía perdura.

Madrid y Barcelona serán claves para determinar en qué grado la crisis económica, pero también la crisis política y moral salpicada con graves escándalos de corrupción, decidirá el voto de los ciudadanos.

En juego están 8.100 municipios, 13 regiones y el futuro del bipartidismo, en el que los conservadores del Partido Popular y los socialistas del PSOE se han repartido estos últimos 35 años el poder en España con tanta prepotencia que prácticamente se habían olvidado de los ciudadanos.Los sondeos avanzan un escenario muy fragmentado. Vaticinan la debacle del conservador Partido Popular, que lidera el presidente Mariano Rajoy, y la consolidación de formaciones emergentes nacidas del activismo ciudadano y del movimiento de los indignados que cumplió el pasado 15 de mayo su cuarto aniversario.

“Antes del 15-M, a nivel de esfera pública, había una sociedad totalmente apolítica, no se exigían tantas responsabilidades como debieran por la corrupción patente, no había un discurso político. Esto cambia con la llegada de este movimiento, ahora es uno de los principales temas de conversación”, explica a Sputnik Nóvosti Jorge Resina, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

De ahí surgió la formación progresista Podemos, que tras ganar inesperadamente cinco diputados en el Parlamento Europeo hace ahora poco más de un año, debe demostrar de nuevo su fortaleza.Pero no sólo el partido que lidera e carismático Pablo Iglesias sino también las nuevas formaciones ciudadanas que, según todas las encuestas, contribuirán a acabar con el actual escenario político.

Este domingo es la primera prueba para todas aquellas coaliciones que surgidas de la ciudadanía prometen otra forma de hacer política “más democrática” que acabe con la “emergencia social” que supone que más del 50% de los jóvenes españoles no tengan trabajo en un país que ostenta la tasa de paro más alta de Europa después de Grecia y donde 700.000 hogares carecen de ingresos estables.

El gobierno conservador de Rajoy ha abaratado el despido, precarizado el trabajo, recortado los salarios, mermado los derechos laborales de los trabajadores, y dejado a España con la mayor brecha de desigualdad de Europa, con una clase adinerada cada vez más rica.

De poco sirve una mejora económica y un crecimiento cercano al 3,5 % que no ha llegado todavía a los bolsillos de los españoles y que sólo ha generado empleo precario, temporal y de baja calidad.

En Madrid, la pugna se centra entre la neoliberal Esperanza Aguirre, una política de verso suelto, populista e incombustible con años a sus espaldas de poder en la capital de España, y rodeada de políticos hoy imputados o en la cárcel, y una jueza, Manuel Carmena, cabeza visible de una coalición de izquierdas, que quiere devolver la dignidad a la política y demostrar que es posible hacer una política más justa que mire por los ciudadanos.Aguirre lidera las encuestas a pesar del batacazo que pronostican para su partido, seguida de cerca de Carmena, una jueza ex comunista que sobrevivió a uno de los peores atentados de la transición.

La balanza la inclinará Ciudadanos, una formación nacida en Cataluña en 2006 para frenar la hegemonía de los nacionalistas, que ha irrumpido con fuerza en el escenario político español.

Si no fallan las encuestas todo indica que el Podemos de la derecha, tal como han bautizado a Ciudadanos los analistas, tendrá en su mano la llave de muchos nuevos alcaldes o presidentes autonómicos. En su campo está decidir si mantienen a los conservadores en el poder, a pesar de haber centrado su campaña en la necesidad del cambio.Albert Rivera, tras el meteórico éxito de su campaña, ya mira hacia La Moncloa por lo que tendrá que sopesar con precisión cuáles va a ser sus próximos pasos, ya que apoyar a los conservadores en algunas zonas o a los socialistas en otras puede llevarle a la ruina política antes de tiempo.

En Barcelona es donde la batalla está más enconada y complicada. Los sondeos avanzan el aterrizaje en el ayuntamiento de siete partidos políticos (once si sumamos las coaliciones), todos con pactos casi imposibles, lo que hará muy difícil la gobernabilidad de la ciudad.

Irrumpe con fuerza la nueva plataforma ciudadana Barcelona en Comú, liderada por la activista social Ada Colau, la única formación que empata con el actual alcalde, el nacionalista Xavier Trias, del mismo partido que el presidente catalán Artur Mas. La llegada de esta formación, que incluye, entre otros, a Podemos y a Iniciativa per Catalunya/Verds- rompe el eje en el que giraba la política catalana hasta ahora entre independentistas y unionistas.

Si ganan, sus dirigentes han preparado una lista de tareas para sus primeros meses en el poder –Colau lo llama “medidas de sentido común”- que van desde la limitación de su salario mensual a 2.200 euros, a la eliminación de los coches oficiales y de las dietas para asistir a las reuniones. También dicen que los detalles de las reuniones con funcionarios de la ciudad se publicarán en línea.

Colau, una activista muy conocida en España por liderar el movimientos contra los desalojos de sus casas de los más desheredados por no poder pagar su hipoteca, admite que le que más les entusiasma es la idea de que la capital catalana se convierta, con su victoria, en un referente mundial como una ciudad democrática, sostenible y socialmente justa porque Barcelona cuenta con los recursos, el dinero y la capacidad para que ello sea posible. Lo único que ha faltado hasta ahora, dicen, ha sido la voluntad política.

Todo está en el aire, y tras el batacazo de las encuestas en el Reino Unido, la prudencia se ha impuesto.

 

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

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