Después de nuestro repaso general a los descubrimientos de esqueletos gigantes humanoides en los túmulos funerarios y sus cementerios asociados pertenecientes a los Adena-Hopewell, las Culturas Arcaicas y el Complejo Ceremonial del Sudeste, pasamos ahora a documentar el descubrimiento de Tipos Físicos Únicos (TFU) incluso después de haber sido instituida la política de denegación sistemática o “post-encubrimiento”.
Los dos preeminentes estudiosos de los Adena del siglo XX fueron William S Webb (asistido por Charles Snow de la Universidad de Kentucky) y Don Dragoo, del Museo Carnegie. Cuando Webb excavó el túmulo de Dover en Mason, Condado de Kentucky, descubrió un enterramiento conjunto con cuatro esqueletos, uno de los cuales representaba un Tipo Físico Único:
Los restos del enterramiento 40 son unos de los mayores conocidos entre los Adena; la medición de campo del cráneo a los pies ha dado 84 pulgadas (7 pies – 2.15 metros). (El Montículo Dover, William S Webb y Charles Snow 1959).
La Tabla de Censo del Enterramiento menciona que la calavera de este esqueleto era “muy gruesa” y que se trataba del “varón más alto de la cultura Adena” dentro del yacimiento. Para otros restos en el Montículo de Dover la Tabla incluye detalles como “un mentón bilateral prominente”, “cráneo y cara robustas, ancho mentón bilateral” y “rostro amplio, cráneo alto y abombado”. (Webb y Snow, 1959)
El Montículo de Dover también dio pie al hallazgo de esqueletos con anomalías dentales. El enterramiento 54 incluía “un diente supernumerario con coronas gemelas, creciendo oblicuamente a la izquierda del maxilar” así como “incisivos laterales con forma de pala” (Webb y Snow, 1959)
Tenemos constancia de dientes supernumerarios recientemente registrados en individuos Adena en el Túmulo 1 Mc Murrey y el Túmulo 1 Sidner en Ohio. (Variabilidad en la Mortalidad en el Middle Big Darby Drainage de Ohio Central entre el 300 a. C. y el 300 d. C. Volumen 1, Bruce Aument). Una deformación particularmente monstruosa analizada y fotografiada en el Ohio Archeologist puede haber sido un caso extremo del tipo de anomalías dentales descubiertas en el Dover Mound (Ohio Archaeologist, 10(4), Oct 1960.)
Webb y Snow también observaron el gran tamaño de los cráneos de los Adena, que en parte atribuían al entablado craneal:
No sólo muestra la gente de Dover los resultados de la deformación craneal provocada, sino que sobrepasan a la totalidad de la serie de Kentucky en la gran anchura y altitud de sus bóvedas craneales!… debe observarse que la deformación craneal provocada… ha sido extrema en estos cráneos… Estas gentes, colectivamente… tienen las bóvedas craneales más altas de las que se tiene noticia en el mundo entero (Webb y Snow, 1959)
Reconstrucción artística de las altas bóvedas craneales descritas en los Gigantes Norteamericanos. Cortesía de Marcia K. Moore, Ciamar Studio.
Otra característica de los TFU documentados por Webb y Snow es su enorme maxilar inferior:
Uno de los destacados rasgos (e impropio de los pueblos indios) presente entre los Adena es sus prominentes y a menudo bilaterales mentones…Uno de los cráneos del Túmulo de Dover, Enterramiento 25… presenta un mentón bilateral con una anchura de 52mm”(Webb y Snow, 1959)
Otra de las singularidades presentes en al menos la mitad de los ejemplos observados es la gran anchura del hueso de la barbilla, formado por salientes bilaterales rara vez vistos en los cráneos de las gentes de Shell Heap, muy anteriores en el tiempo o entre las posteriores gentes de Hopewell” (El Pueblo Adena,, No 2, por Webb and Baby).
Junto al tipo de esqueletos de gran tamaño, Snow observó los hallazgos de tipos “Enanos” mencionados en el pasado en sus anotaciones sobre la famosa pipa Adena de Ross County, en Ohio:
Pruebas adicionales de anormales individuos Adena quedan retratadas en una notable pieza esculpida, la Pipa Adena… la figura representada es un típico ejemplo de esta forma de enanismo (El Pueblo Adena, Nº 2, por Webb y Baby)
La pipa Adena. Su cabeza y su torso son grandes en comparación con sus piernas, sugiriendo para algunos que representa a un enano (Foto cortesía de la Ohio Historical Society)
El texto hace referencia a la excavación de uno de estos individuos en Waverly, Ohio. La siguiente descripción de este enterramiento es de Gerald Fowke:
…un esqueleto de forma peculiar. No medía más de cinco pies (1,5 metros), pero los huesos eran muy gruesos y las articulaciones a las que se adherían los músculos estaban extraordinariamente desarrolladas. El cráneo tenía casi media pulgada (12 mm) de grosor y era de un tamaño inusual, especialmente por detrás de las orejas, aunque la frente era amplia y alta. Los dientes eran grandes, duros y muy poco desgastados. (Historia Arqueológica de Ohio, por Gerald Fowke, página 372)
En 1958, Don Dragoo encontró uno de los tipos Adena de gran tamaño cuando excavaba en el Montículo Cresap en Virginia Occidental por encargo del Museo Carnegie. En una tumba en el subsuelo halló el Enterramiento 54:
Las proporciones de este individuo eran de gran tamaño. Medido su esqueleto en la tumba su estatura era aproximadamente de 7.04 pies (2,15 metros). Todos los huesos largos eran pesados y presentaban notables prominencias para la adhesión de los músculos (Túmulos para los Muertos, por Don Dragoo, 1963)
Montículo funerario de la cultura Adena. Montículo de Grave Creek en Moundsville, Virginia Occidental (Wikimedia Commons)
El descubrimiento, así como una revisión de los primeros trabajos de Webb en el Montículo Dover, influyeron en las notables observaciones de Dragoo sobre la antropología de los Adena:
Dos rasgos muy destacados han sido observados repetidamente en este grupo. Uno es el prominente y enorme mentón, a menudo también con prominentes protrusiones bilaterales. El segundo rasgo es el gran tamaño de muchos de los varones y algunas de las mujeres. Un varón de seis pies (1.80 metros) era común y se han descubierto algunos individuos que se aproximaban a los siete pies (2.15 metros) de altura. Por ejemplo, el Enterramiento 40 en el Montículo Dover y el 54 en el Montículo Cresap. Algunas de las mujeres en el Montículo Dover también medían más de seis pies (1,80 metros) de altura. No solo eran altos los Adena, sino que lo macizo de sus huesos indicaba individuos de complexión poderosa. La cabeza era generalmente grande con una amplia capacidad craneal (Túmulos para los Muertos, por Don Dragoo, 1963)
Para Webb, Snow y Dragoo, la evidencia apuntaba claramente a la existencia de un grupo de élites relacionadas genéticamente en la esfera de los Adena que practicaban la endogamia y compartían los rasgos de los TFU. El verdadero número de estos individuos quedó oscurecido por la práctica común de la cremación entre ellos:
Si, como la evidencia parece indicar, los enterramientos en las tumbas pertenecían a un selecto grupo estos factores hubieran sido de indudable importancia no solo para el desarrollo del mentón prominente sino también por su gran estatura. Si sólo ciertos individuos del total de la población eran miembros de este “grupo selecto”, los factores genéticos también habrán desempeñado un papel importante en el asentamiento de un tipo físico único como es el de los Adena… Hasta qué punto estaban extendidos por toda la población los rasgos excepcionales de los enterramientos es algo que desconocemos, pero el estudio de Snow sobre los restos incinerados del Montículo de Dover indican que al menos algunos de los individuos entre estos restos incinerados también presentaban los rasgos únicos de los enterrados en las tumbas. A causa de la práctica común de la cremación entre la mayor parte de los fallecidos, probablemente nunca podamos determinar el alcance de estos rasgos especiales en el conjunto de la población (Túmulos para los Muertos, por Don Dragoo, 1963)
Surge la idea de una élite dentro de las sociedades del final de la Era Arcaica y principios del Período Silvícola cuyos miembros eran a menudo enterrados en montículos tras su muerte, y que representaban a cierto tipo de “realeza”. Entre estos grupos interrelacionados se encontraban los TFUs. Este elitismo está evidenciado aún con más fuerza por la presencia de niños, algunos de muy corta edad, en los enterramientos, a menudo acompañados por los mismos objetos exóticos que los adultos, como collares de conchas y anillos de cobre. Asimismo, las anomalías dentales y óseas han ayudado a establecer una conexión genética entre los individuos de diferentes yacimientos.
Los descubrimientos de “gigantes” a menudo intentan ser rebatidos con la afirmación genérica de que la estatura media de los Adena oscilaba entre los 1,65 y 1,80 metros. Pero este argumento es una conjetura y una verdad a medias disfrazada de ciencia. No nos interesa la estatura “media” de la población Adena, sino más bien sus características irregulares ( como a menudo una estatura anormalmente alta) de su élite.
Esqueletos de un varón gigante y una mujer enana, expuestos en el Royal College of Surgeons (Colegio Real de Cirujanos). (Wikimedia Commons)
Además de la literatura profesional, los llamados arqueólogos “aficionados” también han aportado pruebas concluyentes de Tipos Físicos Únicos coherentes en gran medida con los descubrimientos de Dragoo y Webb. En 1908, Louis Welles Murray registró que en Tioga Point, en Pennsylvania, se descubrieron restos de “un esqueleto de varón de seis o más pies de altura” (más de 1,80 metros) bajo una tumba. La propia tumba fue precintada y trasladada al museo local donde los huesos fueron estudiados por cientos de personas. Otros esqueletos de la misma región eran de “talla inusual; uno, a juzgar por la longitud de este fémur, debía de alcanzar los siete pies (2,15 metros)” (Historia de Old Tioga Point y la Antigua Atenas, Pennsylvania, por Louis Welles Murray)
Murray, además, documenta el examen de un esqueleto de gran tamaño por parte del Profesor Holbrooke:
A juzgar por el fémur debe haber medido siete pies de alto. El cráneo era mucho más grande de lo habitual, muy grueso, la frente anormalmente hundida, la coronilla plana. Las mandíbulas eran extremadamente fuertes, con dientes grandes y perfectos (Historia de Old Tioga Point y la Antigua Atenas, Pennsylvania, por Louis Welles Murray)
Después de descubrir enterramientos en su propio jardín, Murray se embarcó en una odisea arqueológica por su cuenta. En 1921, publicó un artículo para American Anthropologist, observando que el fémur, mandíbulas y dientes de uno de los esqueletos de siete pies de alto (2,15 metros) se encontraba aún en el Museo de Tioga Point. Incluyó también referencias a muchos esqueletos entre 6 y 7 pies de altura (1,80 a 2,15 metros), con fotografías de objetos, cerámica y del enterramiento in situ de uno de los individuos de más de seis pies. El artículo también muestra una fotografía de la “Colección Paul Scott”, descrita como “una multiplicidad de pequeños hallazgos, que sugieren una raza de pigmeos” y que incluía “un amuleto en miniatura y plomadas” (Yacimientos Aborígenes en y cerca de “Teaoga”, en American Anthropologist 23 (2), 1921),
Independientemente del menosprecio a los aficionados, historiadores y anticuarios, las credenciales de Webb, Snow y Dragoo nunca han sido puestas en duda. Con tantos investigadores desparramados a día de hoy en busca de pruebas irrefutables de gigantes u otros seres anómalos para probar su existencia, los autores se preguntan por qué no presentan simplemente los trabajos de William S Webb y Don Dragoo a los antropólogos, y lo que es más importante, a su público.
Aunque que la idea de una raza misteriosa por descubrir puede crear un aura de sensacionalismo conveniente para vender libros y DVDs, sentimos que es de lejos mucho más relevante demostrar que los Tipos Físicos Únicos fueron descubiertos por profesionales a lo largo de todo el siglo XX, incluso después de que la política de negación se instituyera, y que aun así el sistema continúa negando sus propias pruebas documentadas y, en definitiva, la verdad.
Imagen de portada. Ilustración de “Mundus subterraneus”- sugiriendo que algunos fósiles óseos procedían de gigantes (Wikimedia Commons).
Fuentes:
The Dover Mound, William S Webb and Charles Snow 1959. La medición del gigante está en la página 22, el censo del enterramiento en las páginas 29-32 y las anomalías dentales fotografiadas en la página 43.
Variabilidad en la Mortalidad en el Middle Big Darby Drainage de Ohio Central entre el 300 a. C. y el 300 d. C. Volumen 1, Bruce Aument.
Ohio Archaeologist, 10 (4), Oct 1960. Artículo y fotografías en páginas 140-141.
The Adena People, No 2, por Webb and Baby.
The Archaeological History of Ohio, por Gerald Fowke, pág. 372.
Mounds for the Dead, por Don Dragoo (1963). El enterramiento 54 es medido y descrito en la página 67 y una fotografía real del esqueleto in situ aparece en la página 50.
A History of Old Tioga Point and Early Athens, Pennsylvania, por Louis Welles Murray. Grandes esqueletos aparecen en el texto alrededor de la página 200. En la página 203 se ve la foto de un individuo de gran tamaño in situ
https://archive.org/stream/ahistoryoldtiog00murrgoog#page/n8/mode/2up
Aboriginal Sites In And Near “Teaoga”, New Athens, Pennsylvania, en American Anthropologist 23(2) 1921 page 183. El artículo muestra una foto de los hallazgos “pigmeos”.
Por Jason Jarrell y Sarah Farmer
Traducción: Rafa García
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