Política y Economía: ¿qué pretenden, realmente, los acreedores de Grecia?

La crisis griega adquiere un aspecto cada vez más dramático. Sin embargo, esta presente crisis tiene la virtud de desvelar aspectos que, o estaban ocultos, o pretendían ocultarse. Hay dos cuestiones que se han planteado con singular crudeza: una es la relación entre la política y la economía o, más precisamente, entre la democracia y la finanz; la otra, es la del verdadero objetivo del acoso a Grecia que no parece fácil de explicar en términos puramente económicos.@Desdelatlantico.

I. POLÍTICA Y ECONOMÍA
Es un tema clásico el de las relaciones entre la Política y la Economía. Tradicionalmente, se ha considerado que la segunda se hallaba subordinada a la primera y por eso se hablaba de que LOS GOBIERNOS desarrollaban (o debían hacerlo) una POLÍTICA ECONÓMICA. Ahora bien, progresivamente se ha ido separando lo monetario de ese núcleo atribuyéndolo a una entidad «independiente» del gobierno. Este proceso, iniciado en los Estados Unidos a comienzos del siglo XX, se impuso en Europa a finales de dicho siglo. Por eso, la gran dificultad presente en la teoría política es la de justificar por qué un órgano sin legitimación política democrática puede tener encomendada la POLÍTICA monetaria en un Estado que se dice democrático.
Y si esto es claro en relación con la «política monetaria», similares dificultades se plantean con la «política financiera». Ésta, en principio, sigue siendo competencia de los Gobiernos y no de «órganos» o «agencias» «independientes»… pero el tema no es tan claro. Sirva de ejemplo el caso asombroso de la UE donde los préstamos a un Estado miembro no se han hecho directamente por los Estados sino por ¡¡¡una sociedad anónima!!! cuyos accionistas son los Estados, a saber, el «Fondo Europeo de Estabilidad Financiera».

En este contexto en que lo político se halla cada vez más subordinado a lo económico se ha planteado una de las situaciones más interesantes de la crisis de deuda de Grecia.
Los acreedores de Grecia, básicamente, el Fondo Monetario Internacional (en menor medida) y el «Fondo Europeo de Estabilidad Financiera» principalmente, realizaron unas propuestas al país heleno que su gobierno consideró inaceptables. La aceptación de las condiciones planteadas por los acreedores, a juicio del gobierno griego, implicaban una profunda alteración del sistema político-social de Grecia. Dado que el gobierno griego no consiguió por vía de negociación que los acreedores aceptaran un plan de financiación que no significara una alteración del sistema político-social de Grecia, el gobierno griego ha pedido a su parlamento que autorice una consulta al pueblo. Y así lo ha autorizado el parlamento griego la noche del 27 al 29 de junio, por un resultado de 179 votos a favor y 120 en contra.
Pues bien, si ha habido algo sorprendente con este anuncio han sido dos cosas.
La primera, es la de por qué a los acreedores les ha parecido una «provocación» que el gobierno deudor pida la opinión del pueblo sobre un acuerdo que afecta al pueblo como ninguna otra medida imaginable lo podría hacer.
La segunda, por qué ningún gobierno participante en el «Fondo Europeo de Estabilidad Financiera» ha considerado necesario consultar a su pueblo sobre la posición que debe defenderse en este debate y que tiene consecuencias gravísimas, no sólo para el pueblo griego, sino para todo el proceso de unión europea.
¿Cómo se justifica que haya habido gobiernos que hayan sometido a referéndum la llamada «Constitución» europea de 2004… pero no el acuerdo con Grecia que tiene (insisto, no sólo para Grecia) implicaciones más graves que aquella pseudo-Constitución?

II. ¿QUÉ PRETENDEN LOS ACREEDORES?
Si nos atenemos a lo antes expuesto podríamos concluir que la «política» está subordinada a la «economía».
Pero hay datos que hacen que esta hipótesis sea, cuando menos, discutible.
La primera pregunta cuando se habla del problema de la crisis de deuda sería: ¿qué pretenden los acreedores?
Una respuesta fácil sería: «cobrar».
Pero en el caso griego esta respuesta tiene un problema: aceptando las condiciones que imponen los acreedores ellos nunca podrán cobrar.
No es una hipótesis. Es un hecho.
Es un hecho que desde 2010 el gobierno griego ha puesto en marcha las condiciones exigidas por los acreedores.
Es un hecho que las previsiones de los acreedores sobre la marcha de la economía griega SI Grecia asume sus condiciones NO se han cumplido.
Es un hecho que, objetivamente, la deuda de Grecia NO SE PUEDE PAGAR. Es IMPOSIBLE pagarla.

Ante esto se pueden tomar dos posturas:
1) Una postura ideológica, la de exigir el pago íntegro, sea cual sea la realidad. Esto, evidentemente, sólo llevará a un fracaso total en el sentido de que aplicando similares recetas se obtendrán similares resultados, a saber, que el deudor sea cada vez más pobre lo que evidentemente hace imposible el cobro.
2) Una postura realista, la de reducir la deuda con una quita para aliviar al deudor y permitir que ,recuperándose, pueda al menos pagar una parte de la deuda.
Si DE VERDAD sólo interesara cobrar nadie duda de que la segunda opción, que es la que apoya el gobierno griego, estaría suscrita por los acreedores.
Y sin embargo… ¡los acreedores rechazan esta segunda posición!

¿Hay entonces otra explicación?
Recientemente, el escritor Juan Manuel de Prada, evocaba un pasaje de la importante encíclica «Quadragesimo anno» del papa Pío XI que decía:

A la libre concurrencia sucede la dictadura económica
(…)
106. Dominio ejercido de la manera más tiránica por aquellos que, teniendo en sus manos el dinero y dominando sobre él, se apoderan también de las finanzas y señorean sobre el crédito, y por esta razón administran, diríase, la sangre de que vive toda la economía y tienen en sus manos así como el alma de la misma, de tal modo que nadie puede ni aun respirar contra su voluntad.
(…)
108. Tal acumulación de riquezas y de poder origina, a su vez, tres tipos de lucha: se lucha en primer lugar por la hegemonía económica; es entable luego el rudo combate para adueñarse del poder público, para poder abusar de su influencia y autoridad en los conflictos económicos; finalmente, pugnan entre sí los diferentes Estados, ya porque las naciones emplean su fuerza y su política para promover cada cual los intereses económicos de sus súbditos, ya porque tratan de dirimir las controversias políticas surgidas entre las naciones, recurriendo a su poderío y recursos económicos.

O sea, que siguiendo este razonamiento, primero la política se subsume en economía, así los más poderosos económicamente se hacen más poderosos políticamente, y finalmente se dirimen con armas ECONÓMICAS luchas que son POLÍTICAS.

En el caso de Grecia es muy difícil ver una lógica SÓLO «económica» en las posiciones de los acreedores.
Queda así abierta la hipótesis de que lo que se busque por los acreedores sea conseguir un FIN «político» a través de este MEDIO «económico».
Frente a ello, el deudor griego ha propuesto, con el referéndum buscar un MEDIO «político» para conseguir un FIN que es «político».

¿Sería muy exagerado decir que el desenlace de esta contienda va a condicionar la política y, en concreto, la democracia en Europa para las décadas siguientes?

http://blogs.periodistadigital.com/desdeelatlantico.php/2015/06/29/politica-y-economia-ique-pretenden-realm

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