Las personas percibimos el mundo que nos rodea a través de los cinco sentidos. Estos receptores transmiten la información a nuestro cerebro mediante impulsos eléctricos. Sin embargo, la percepción sensorial también viene determinada por la cultura. Así, un saltamontes tanto puede percibirse como un manjar delicioso en Tailandia, como una plaga en Occidente.
Los cinco sentidos nos ayudan a relacionarnos con nuestro entorno. Pero dentro de nuestro cuerpo tenemos miles de receptores que nos indican el estado interno de nuestro organismo. Son multitud de sentidos que usamos sin prestar atención, como los receptores de posición que nos orientan a la hora de sentarnos o de coger objetos.
No obstante, nuestros sentidos no son sólo rasgos físicos. La cultura modula nuestra forma de pensar y de sentir. Tal y como explica Howard Bloom a Eduard Punset, nacemos con el doble de células de las que necesitamos y durante el primer curso de los primeros años de nuestra vida perdemos el 50%. Es la cultura la que determina lo que veremos y lo que no durante el resto de nuestras vidas.
Howard Bloom es profesor visitante en la Universidad de Nueva York. Ha fundado el proyecto Internacional de Paleopsicología para analizar las emociones, la percepción y la socialización desde el Big Bang hasta la actualidad; ideas que expone en The Global Brain.
En plató intervienen Francesc Núñez, sociólogo de la Universidad Oberta de Catalunya y Llorenç Valverde, Catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de les Illes Balears.
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