Básicamente la acción del fluido, el aire en este caso, al pasar sobre la superficie de la pelota de baloncesto, que está girando, se “vicia” son ese giro y provoca que el aire empuje a la pelota y la haga volar y desplazarse hasta distancias y siguiendo trayectorias que nos parecen contraintuitivas. Este vídeo de Veritasium lo explica a la perfección:
Como explican, además, tirar una pelota desde lo alto de una presa no es la única aplicación práctica del efecto Magnus. Varios experimentos han intentado crear una avión funcional a partir del mismo (sin mucho éxito), o incluso barcos. El mecanismo que eleva las alas de un avión cuando el aire pasa por debajo de ellas es, en realidad, una aplicación a medias del efecto Magnus.
¿Ocurre en la vida diaria? Mucho más a menudo de lo que pensamos, desde un partido de tenis a otras situaciones como, por ejemplo, este glorioso gol de Roberto Carlos:
—
fuente/Gizmodo
sabiens2.blogspot.com