La política de contención que EEUU aplicó contra la Unión Soviética sigue vigente y Washington continuará aplicándola contra Rusia, comenta el analista de Eurasia del centro de estudios Stratfor, Eugene Chausovsky.
«Por supuesto, a EEUU ya no le preocupa la expansión del comunismo o contrarrestar la influencia rusa a nivel mundial, pero el imperativo geopolítico que dio origen a la política de contención — limitar la capacidad de Rusia de proyectar influencia fuera de sus fronteras — se mantiene vigente y lo seguirá siendo a futuro», sostiene Chausovsky.
A pesar de que se implementó apenas terminó la Segunda Guerra Mundial para contener a la Unión Soviética, «esta política nunca terminó».
«Washington la puso en pausa durante la década de 1990 y principios de la década de 2000 ya que Rusia era demasiado débil como para merecer una contención activa y explícita — pero el imperativo geopolítico que tiene EEUU de evitar la aparición de cualquier potencia regional capaz de desafiar a EEUU nunca desapareció», afirma el analista.
Ahora que Rusia ha retomado su rol como potencia regional durante los últimos 10 años, EEUU parece haber reactivado su política de contención, lo que se refleja en distintos conflictos a lo largo de las fronteras de Rusia.
«La revolución euromaidán de febrero de 2014, que resultó en el derrocamiento del entonces presidente Víktor Yanukóvich y la instauración de un régimen prooccidental, se debió a la preocupación por el hecho de que Rusia se estaba volviendo demasiado influyente en Ucrania», estima Chausovsky.
En noviembre de 2013, la decisión de Yanukóvich de suspender las conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio con la UE y acercarse más a Rusia desató protestas populares en Kiev, las que, gracias al apoyo de EEUU, derivaron en un derrocamiento armado de Yanukóvich, relata Chausovsky.La política de contención se manifiesta de manera más sutil en países como Moldavia y Bielorrusia, explica el analista.
En Moldavia Washington ha brindado apoyo a los esfuerzos de integración europea del Gobierno actual. No obstante, el sistema político moldavo está profundamente dividido entre facciones prooccidentales y prorrusas.
Por su parte, Bielorrusia ha sido aún más difícil de penetrar ya que Minsk está estrechamente ligado a Rusia tanto económica como militarmente.
«Aún así, EEUU continúa su apoyo a grupos de oposición prooccidentales dentro de Bielorrusia», comenta el experto.El cerco a Rusia no se limita a sus fronteras con la UE sino que se extiende por su frontera sur hacia el este, llegando al Cáucaso y Asia Central. Georgia juega un papel fundamental en esta estrategia y ha intentado integrarse a la OTAN mucho más activamente que Ucrania o Moldavia y considera el ingreso a la OTAN una de sus prioridades.
«EEUU se ha esforzado por aumentar su apoyo a Georgia desde la guerra ruso-georgiana de 2008 que — tras una rápida victoria rusa y una tímida respuesta de la OTAN — fue lo que marcó el regreso de Rusia como potencia», sostiene el analista.
Azerbaiyán es otro punto de presión en la estrategia de contención de EEUU, en gran parte por los enormes recursos energéticos del país y su ubicación estratégica, añade.En Asia Central la estrategia de EEUU es más difícil, porque no hay países marcadamente prooccidentales en la región y Rusia mantiene presencia militar en la zona.
«No obstante, EEUU realiza con frecuencia maniobras de entrenamiennto antiterrorista en países como Kirguizistán o Tayikistán y ha intentado atraer a Turkmenistán para que se integre en el proyecto de gasoducto transcaspio, lo que ayudaría enormemente a Europa a reducir su dependencia de gas ruso», explica.
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