Los arqueólogos que trabajan en el antiguo sitio de Grakliani Hill en Georgia han encontrado inscripciones que pueden datar de 2.700 años, mucho antes del alfabeto se sabe que han estado en uso en el Cáucaso. Los investigadores dicen que la escritura está en el pedestal de un altar a una diosa de la fertilidad.

Lo que la inscripción dice se desconoce porque no existe un sistema similar conocido de la escritura, dice un artículo en Georgia hoy. Pero el descubrimiento coloca prehistórica Georgia entre algunas de las primeras civilizaciones de utilizar lenguaje escrito, dijo Vakhtang Lichelo, director del Instituto de Arqueología de la Universidad del Estado de Georgia.

«Los escritos sobre los dos altares del templo están muy bien conservados. Por un altar varias cartas están talladas en barro, mientras que el segundo pedestal del altar está totalmente cubierto de escritos «, dijo Licheli. «La inscripción es tan importante, que va más allá de los límites de la ciencia de Georgia y será objeto de un estudio internacional. El nuevo descubrimiento cambiará la etapa particular de la historia de los manuscritos del mundo «.

Muchos artefactos valiosos e interesantes se han encontrado durante las excavaciones de 10 capas de tierra en Grakliani colina desde que fue descubierto durante las excavaciones arqueológicas exploratorias en preparación para una carretera.

Vasijas de barro y armas de bronce descubiertos en Grakliani Hill, que ha estado bajo la excavación durante ocho años. (Qartli.ge foto)

«Un dispositivo de impresión del cuarto siglo antes de Cristo fue descrito como uno de los descubrimientos más importantes de la zona, que fue encontrado en analógico Sur Mesopotamia», dice un artículo en Agenda.ge. «En los últimos años los arqueólogos también encontraron una datación disco de oro de nuevo al quinto-sexto siglo antes de Cristo. El mismo disco se conserva en Irán. Algunas de las habitaciones para el culto y molinos especiales y de la mano molinos también atrajo el interés internacional. A partir de este descubrimiento se cree que el trigo utilizado en la cocción de pan fue molido allí. Por otra parte, una plataforma altar descubierto en la zona no tiene análogo en el mundo «.

El artículo dice que las excavaciones no han demostrado morada ininterrumpida del sitio para 300.000 años.

Los arqueólogos de la Universidad Estatal de Tbilisi (TSU) también descubrieron tesoros antiguos, cuando se llevaron a cabo las obras en la carretera en 2007. Las excavaciones en un asentamiento en la vertiente oriental descubierto una necrópolis que mostró el sitio fue ocupado desde finales del Calcolítico, o el principio de la Edad del Bronce, a través de finales de los períodos helenísticos.

El artículo Georgia hoy dice las ruinas más interesantes son los edificios que fueron ocupados desde el segundo al primer milenio antes de Cristo.

«Un conjunto arquitectónico consta de tres habitaciones principales y tres trasteros, que datan de alrededor de 450 a 350 antes de Cristo, fue descubierto en la parte occidental de la terraza inferior de la colina. Los cementerios de los distintos períodos de la historia fueron descubiertos en la parte occidental de la ladera sur de la colina. El primer cementerio descubrió remonta a la Edad del Bronce Antiguo «, dice el artículo en Georgia.ge.

Las excavaciones que pusieron al descubierto la escritura fueron hechas por los estudiantes no pagados. Debido a la falta de fondos, las excavaciones se detuvieron en Grakliani colina hasta la temporada 2016, dice Qartli.ge.

Mientras tanto, la inscripción se puede ver en esta recreación por George Gigauri:

«El descubrimiento es muy probable que cambie la historia de Georgia y atraerá serio interés internacional», dijo el ministro de Cultura, Mikheil Giorgadze de Georgia.

Imagen destacada: La escritura, tallado en arcilla, es de un tipo desconocido, y los expertos internacionales será llamado para ayudar a descifrarlo. Esta es una foto de primer plano de la inscripción, que se desprende de otras fotos que ser menos de un pie (30 cm) de altura. (Qartli.ge foto)

Por Mark Miller