Blanco bueno busca negro pobre: el lado oscuro de la ayuda al desarrollo.

«El continente africano es un inmenso cementerio. Un cementerio plagado de proyectos abandonados: hospitales que nunca llegaron a ser inaugurados, letrinas que no se utilizaron, granjas de pollos que han durado tanto como las subvenciones, guarderías en ruinas que jamás han visto un niño, ordenadores viejos parados por falta de electricidad…» 

Así describe el antropólogo Gustau Nerín el mundo de la ayuda al desarrollo, en su libro «Blanco bueno busca negro pobre». Estos son algunos fragmentos:

«En África todo el mundo sabe que las políticas de cooperación no funcionano, como mínimo, que no sirven para lo que se supone que deberían servir. Pero este secreto de dominio público no llega a Occidente, donde la acción humanitaria se presenta como la solución a todos los problemas africanos.» «No hay nadie que critique los proyectos de cooperación. Nadie se atreve a cuestionar una cosa que se ha hecho con «buena voluntad»».
«Ante este papanatismo, es imprescindible decir algunas cosas bien claras: la
historia de la cooperación al desarrollo en África es la historia de un fracaso. Nunca tanta gente con tan buenas intenciones había dedicado tantas energías a una causa tan inútil.Hace ya cincuenta años que se impulsan políticas de desarrollo en el continente africano. A lo largo de estos cincuenta años, estas políticas de bien poco han servido. Y, en numerosos casos, incluso han sido contraproducentes».
«No hay ninguna duda de que en el mundo de la cooperación se encuentra gente de mucho valor. Algunos cooperantes han pasado años y años en una sociedad muy distante de la suya, en condiciones precarias, con la firme intención de ayudar a sus habitantes.(…) Pero de la existencia de «buenos» cooperantes no se puede inferir que los proyectos en que trabajen desarrollen África.»
“Las ONG viven en un mundo terriblemente competitivo, en el cual para arrebatar donativos a las otras organizaciones no se puede recurrir a argumentos complicados. No es cuestión de iniciar un complejo debate sobre las estrategias de desarrollo, difíciles de entender, sino de sacudir al ciudadano mediante las emociones. Y para conseguirlo, nada mejor que ofrecer imágenes impactantes: niños con vientres hinchados, casas arrasadas por huracanes, inundaciones que arrastran cadáveres putrefactos…”
«Quien contemple los anuncios de las ONG difícilmente podrá deducir queOccidente está explotando a África. En las imágenes, el donante siempre ve a cooperantes enviados por el Norte para resolver unos problemas que el Sur es incapaz de gestionar.»
«En 1942, el Comité Internacional de la Cruz Roja se enteró de la existencia de los campos de exterminio nazis, pero no hizo pública esa información por temor a que los alemanes no dejaran trabajar a esta institución en los territorios que ocupaban.» «Medio siglo más tarde, en 1994, Ruanda era uno de los países del mundo con más ONG por km cuadrado. Prácticamente, ninguna de ellas denunció los preparativos del genocidio
Dambisa Moyo., economista zambiana escribió otro libro, «Dead Aid», de crítica a la ayuda sistemática, de gobierno a gobierno, normalmente por medio de instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, donde ella trabajó. «No ha habido nunca un país en el mundo que haya alcanzado un crecimiento constante y haya reducido la pobreza de manera significativa con las herramientas de la ayuda internacional externa. Simplemente, no ha ocurrido jamás» «Lo que digo es que necesitamos una estrategia de salida. Puede que la ayuda sólo funcione cuando sepamos que el grifo se cerrará en algún momento»

Un funcionario del FMI, que dimitió un año más tarde, redactó un demoledor informe en el que aseguraba que “el sistema de corrupción de Zaire es tan pernicioso que no hay ninguna posibilidad de que sus acreedores vayan a poder cobrar sus préstamos”. Poco después de este informe, el propio FMI concedió a Zaire el mayor préstamo jamás concedido a un país africano; 700 millones de dólares a diez años.
Dambisa Moyo, empleando datos del BM y del FMI, calcula que en los últimos 60 años se han enviado más de un trillón, con t, de dólares, en términos anglosajones, a África. África sigue siendo la región más pobre del mundo.
Cuando llega la hora de devolver la deuda, los gobiernos no pueden. Es entonces cuando recurre a un nuevo préstamo para pagar el anterior. Además, la ayuda crea inflación. Si en una economía entra de pronto una gran cantidad de dinero pero no se producen más cantidad de bienes, habrá pocos bienes para mucho dinero, con lo que aumenta el precio de las cosas. Con la llegada de la inflación, llega el aumento del tipo de interés, que no hace otra cosa que perjudicar la inversión. Menos inversión equivale a menos empleo, que conlleva más pobreza, y más pobreza implica más ayuda… es lo que ella llama el “círculo vicioso”de la ayuda
La ayuda también ahoga la iniciativa privada de otras maneras. Imaginemos una zona de África afectada por el paludismo, donde un ciudadano local decide crear una empresa para producir redes antimosquito. Empieza a producir redes, y le va bien. De repente, un famoso cantante se entera del problema del paludismo en esa zona, y organiza un concierto por todo lo alto. Consigue recaudar un millón de dólares, y con él compra miles de redes antimosquito e inunda la zona con ellas. Lógicamente, nuestro fabricante se ve abocado acerrar su empresa y a despedir a empleados, que ya no podrán mantener a sus parientes. Además, las redes se empezarán a estropear, y ya no habrá ningún fabricante que las repare o que produzca nuevas.
«Yo no quiero oír lo que los famosos piensan que deberíamos hacer los africanos así como un canadiense no querría oír lo que opina Michael Jackson sobre la crisis crediticia.»
«Quieren centrarse en la guerra, las enfermedades, la pobreza y la corrupción. Ese es uno de los principales problemas con la cultura del famoseo. El enfoque es muy negativo. En mi libro los llamo los cuatro jinetes del apocalipsis africano. Conocí a una mujer africana en Kenia que decía que es muy difícil criar a un adolescente en cualquier lugar del mundo, pero que criar a un adolescente para que sea un ingeniero o un doctor cuando te están diciendo constantemente que eres pobre, ineficaz y que necesitas ayuda de la caridad… Esta no es la fórmula del éxito. Es indignante ver a los famosos, en términos generales, usar sus plataformas para contar básicamente una historia negativa. Esto jamás animará a nadie para que invierta en África.»
James Shikwati es otro economista, keniata. «Si las naciones occidentales realmente quieren ayudar a los africanos, deberían terminar con esas horribles ayudas. Los países que más ayudas han recibido son también los que están en una situación más lamentable.»
Él pone otros ejemplos clarificadores: «Miles de toneladas de cereales son remitidas a África. Una porción de los cereales va directamente a las manos de políticos sin escrúpulos que luego lo entregan a sus clientes políticos para impulsar su próxima campaña electoral. Otra porción del envío va a parar al mercado negro donde el mercado se vende a precios extremadamente bajos. Los granjeros locales tienen que dejar de usar sus azadas; nadie puede competir con el Programa de Alimentos de la ONU»
En su discurso de posesión como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 1949,Harry Truman anunció al mundo su llamado a Estados Unidos y al mundo para resolver los problemas de las “áreas subdesarrolladas” del globo:
«Creo  que  deberíamos  poner  a  disposición de los amantes de la paz los beneficios de nuestro acervo de conocimiento  técnico  para  ayudarlos  a  lograr  sus  aspiraciones de una vida mejor… Lo que tenemos en mente es un programa de desarrollo basado en los conceptos del trato justo y democrático… Producir más es la clave para la paz y la prosperidad. (Truman, 1964).
Sin embargo, no era tarea fácil. Las Naciones Unidas lo expresaba así en un documento de 1951:»Hay un sentido en el que el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes dolorosos. Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas  instituciones  sociales  tienen  que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse; y grandes masas de personas incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus expectativas de una vida cómoda. Muy pocas comunidades están dispuestas a pagar el precio del progreso económico.»
El antropólogo Arturo Escobar lo deja claro: «En vez del reino de abundancia prometido por teóricos y políticos de los años cincuenta, el discurso y la estrategia del desarrollo produjeron lo contrario: miseria y subdesarrollo masivos, explotación y opresión sin nombre. La crisis de la deuda, la hambruna (saheliana), la creciente pobreza, desnutrición y violencia son apenas los síntomas más patéticos del fracaso de cincuenta años de desarrollo.»

«La marca Missing Johnny, con la colaboración de Cruz Roja, organizó una colección de otoño-invierno basada en el look cooperante. El mundo de la cooperación reaccionó con indignación, y fue retirado.

Fuentes:
«Blanco bueno busca negro pobre. El lado oscuro de la ayuda al desarrollo» Gustau Nerin
«Dead Aid. Cuando la ayuda es el problema». Dambisa Moyo
http://www.teledocumentales.com/con-animo-de-lucro/
http://www.ivoox.com/haiti-pais-ongs-audios-mp3_rf_3556506_1.html
«La invención del Tercer Mundo» Arturo Escobar.
http://www.nytimes.com/2009/02/22/magazine/22wwln-q4-t.html?_r=3&
http://www.libertaddigital.com/economia/una-economista-africana-carga-contra-las-ayudas-al-tercer-mundo-1276355758/
http://www.fundacionfaes.org/file_upload/publication/pdf/20130521152551dead-aid.pdf
http://www.africafundacion.org/spip.php?article4204
http://www.ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/218.pdf

http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/2685/detengan/ayuda/tercer/mundo/

http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2015/08/blanco-bueno-busca-negro-pobre-el-lado.html

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