Hoy en ufopolis vamos a estudiar un enigma que ha acompañado al mundo de la ufología y el misterio desde hace más de veinte años: el hallazgo de unos singulares discos con inscripciones y surcos supuestamente relacionados con un pueblo ajeno a la tierra que habría tenido un accidente y se habría quedado en nuestro planeta sin posibilidad de volver a casa. Quizá Spielberg no estuviera muy equivocado cuando realizó el guión de ET, el extraterrestre…
Vamos a coger la máquina del tiempo para situarnos en el año 1995 en las montañas Montañas Bayan Kara Ula, en la frontera entre China y el Tíbet, una de las áreas más aisladas de la Tierra. La ciudad más cercana a ella es Lhasa, en el Tíbet, a una distancia de 640 km. al sur, por terreno infranqueable por la orografía del terreno. La ciudad habitada más cercana está a más de 600 km de distancia. Una zona remota y aislada que en su momento estuvo habitada por dos tribus muy diferentes: los Dropa y los Han, pueblo que por cierto, aún siguen viviendo allí…
En ese entorno de la provincia de Sichuán se descubrieron los restos de ese antiguo pueblo dropa según publicó en el mencionado año 1995 la agencia Associated Press exponiendo unos rasgos muy característicos y únicos a nivel antopológico en los descendientes de aquella cultura:
- Pequeña estatura. La altura media de un adulto es 1 metro y 50 centímetros.
- Tez excesivamente amarilla,
- Volumen craneal en centímetros cúbicos desproporcionadamente grandes con respecto a la media mundial.
- Calvicie atenuada.
- Ojos frecuentemente grandes y de tonos azulados, pero no de aspecto oriental.
- Rasgos ni chinos ni caucásicos.
- Cuerpos sumamente delgados y delicados. El peso medio de un adulto era de aproximadamente de 50 kilos.
¿Quiénes eran esos extraños seres humanos y por qué sólo estaban en ese lugar de la tierra? ¿Había ocurrido algo en su evolución para presentar tan inusuales características. A este respecto tenemos que viajar al año 1938 en el que el profesor de Arqueología de la Universidad de Pekín Chi Pu Tei organiza una expedición en un sistema de cuevas de Sichuán que llamaba la atención a nivel geofísico por la extraña conformación de los túneles. Parecían tener geometría cuadrada y estaban excavados en rocas con un punto de fusión alto. ¿Quién habría tenido una herramienta capaz de fundir esas rocas y darles ese aspecto tan perfecto? Las primeras descripciones aludían a que podrían haber sido excavadas con una fuente de calor artificial dado el estado de los minerales de las paredes, mostrando algunos de ellos vitrificaciones y cristalizaciones que sólo pueden conseguirse a nivel industrial.
Más interesante fue el hecho de que la expedición descubrió lugares de entierro, tumbas de pequeño tamaño con esqueletos de gran capacidad craneal y huesos finos y delgados. Sobre las paredes había figuras y pictogramas de representación de la tierra, algunas constelaciones, y el sol y la luna, todos ellos interconectados entre sí, pero lo que más llamó la atención fue el hallazgo de unos discos de piedra de dimensiones espectaculares: 22,7 cm de diámetro y 2 cm de espesor. En la parte central de los mismos había un agujero de 2 cm. de donde surgía una doble espiral prácticamente perfecta y simétrica que iba desarrollándose en todo el disco hasta el borde del mismo. En el interior de esa espiral había extraños surcos y caracteres marcados en el material de la piedra y lo asombroso es que no era nada casual. Existía toda una serie de discos, cada uno con sus surcos y sus espirales, llegándose a encontrar 716 discos, todos ellos diferentes. ¿Quién habría sido capaz de tallar algo así en la antigüedad y sobre todo, de qué época estaban datados?
Las pruebas de carbono 14 confirmaron una antigüedad de entre 10.000 y 12.000 años, más antiguos que las pirámides de Egipto, según la ciencia oficial. Cuando estos datos salieron a la luz en los años 40, la antigua URSS se interesó por el tema, y algunas instituciones científicas del régimen comunista, aprovechando sus relaciones con el gobierno chino, también intentaron descifrar los discos. Durante 24 años numerosos investigadores chinos intentaron entender el contenido de los misteriosos discos pero no fue hasta 1952 que el equipo del profesor Tsum Um Nui, comenzó a descifrar la ya denominada “escritura dropa”, fijándose además en el modo en el que estaba inscrita en la piedra, con una tecnología y una exactitud aparentemente desconocida para las culturas de aquella época. El tamaño de los surcos que estamos tratando en este artículo es de escala prácticamente microscópica y muchos creen que debería ser considerada el primer lenguaje escrito de la historia, ya que aparecen antes de la cultura sumeria.
Cuando el profesor Tsum Un Nui iba transcribiendo poco a poco los símbolos ayudado de una lupa, tres preguntas asaltaban la investigación:
- ¿Cómo pudo un pueblo primitivo realizar unos discos tan exactos?
- ¿Cómo labraron una escritura casi microscópica en la piedra?
- ¿Quiénes eran y para qué fin realizaron estos cientos de discos?
Poco a poco el equipo de Tsum Un Nui fue descifrando los símbolos y las escrituras por asociación. Se dieron cuenta de que había ciertos surcos, de forma similar a lo que aparece en la película Contact, de Carl Sagan. Con la decodificación vino algo inevitable como ya estarán adivinando: la censura.
Las desconcertantes y desestabilizadoras conclusiones a las que habría llegado el equipo de Un Nui fueron inmediatamente puestas en cuarentena por la Academia de Historia de la Universidad de Pekín llegándolas a prohibir poco después. Un Nui igualmente fue supuestamente amenazado y obligado a no contar todos estos hallazgos por el gobierno chino. Un asunto de estado del que se encargaron de borrar todo vestigio.
No fue hasta 1965 en un artículo del filólogo ruso Vyacheslav Saizev en una revista alemana que parte del contenido de las transcripciones de Un Nui se hicieron públicas exponiendo una historia fascinante e inolvidable. Versaba sobre un aterrizaje de emergencia en las montañas de Baian Kara Ula por parte de un artefacto cuya procedencia sería ajena a la tierra. Los supervivientes del accidente (los Dropa) habrían acudido a refugiarse en cuevas cercanas para resguardarse del frío pero los habitantes humanos de los alrededores, los Han, les habrían atacado creyéndose que eran invasores de su territorio. Según las transcripciones de Un Nui, los dropa tenían intenciones pacíficas y quisieron hacerse entender por los Han que poco a poco fueron entendiendo a los dropa, hasta llegar a aceptar su presencia allí. No los consideraban un peligro para ellos… en un principio.
La epopeya de los dropa es narrada en los discos, exponiendo que les fue imposible reparar su vehículo espacial para regresar a su planeta de origen, teniendo que quedarse a vivir en la tierra. Un caso, como decíamos similar al de ET, el extraterrestre, pero sin llamada a casa y lo que es peor, sin recogida.
En los discos aparecen descripciones de los dropas entre las que destacan su altura (de 1 a 1,20 metros) similar a la que presentan muchos de los seres denominados “grises” en la ufología moderna. Los Han los llamaban “los llegados de las nubes” y su morfología era extremadamente perturbadora para ellos: ojos tremendamente saltones, extremidades desproporcionadas y una tez de piel amarillenta y rostro “demacrado”. El miedo cundió en la zona por sus extraños comportamientos y los dropa finalmente fueron perseguidos, exterminados y masacrados. Aunque de carácter pacífico no parece que los dropa se consiguieran defender con eficiencia ya que según Un Nui, la nave y quizá los elementos defensivos y de comunicaciones de la misma debían estar totalmente destruidos.
Esta historia, además, coincide con todas las tradiciones orales de los pueblos de la zona en donde se describe una ancestral matanza de seres con similares características a las que se describen en las transcripciones de Un Nui. Por otra parte, algo bastante interesante es el hecho de comprobar laspruebas realizadas por la Universidad de Pekín en donde se describe que los discos habrían estado expuestos a corrientes eléctricas. ¿Quién esculpía con electricidad hace 12000 años?
En 1968 Saizev realizó varias pruebas en los discos que revelaron algunas propiedades muy peculiares: Los círculos de granito que se encontraron contenían grandes cantidades de sustancias metálicas como el cobalto, algo que les llevó a pensar que la carga eléctrica pasaba a través de ellos. Era como si formaran parte de un circuito eléctrico, es decir, una especie de componente electrónico, como un condensador. El oscilógrafo reveló efectivamente la presencia de un ritmo de oscilación similar a las estructuras por las que ha pasado electricidad en algún momento de su pasado geológico y era el factor diferenciador al respecto de los discos BI, de jade, encontrados en muchas partes de China. Tenemos que entender que por supuesto, el granito era excesivamente difícil de esculpir para las antiguas civilizaciones de aquella época, y más aún a ese nivel de exactitud.
¿Por qué ahora mismo no están en el Museo Británico o en la National Gallery tales supuestas joyas de un posible pueblo alienígena accidentado en nuestro mundo? En 1974, Ernst Wegener (o Wegerer según algunas versiones), un ingeniero austríaco, se encontró dos de los discos en el Museo Banpo (Banpo Bowuguan) en Xi’an, provincia de Shaanxi. El director del museo no le pudo decir nada acerca de los discos, que habían empezado a deteriorarse, pero se le permitió fotografiarlos. En 1994, los discos desaparecieron, y según se algunas versiones el conservador también desapareció. Desde entonces la ubicación de las piedras Dropa es desconocida. Los detractores del caso advierten de lainexistencia del Dr. Un Nui, pero sorprendentemente los descendientes del mismo dieron a conocer en 2007 fragmentos de huesos guardados y recogidos por el mismo Doctor junto con informes de los años 40 en donde se exponía que aquellos huesos efectivamente no se correspondían con pobladores antiguos o actuales de esa parte de China. ¿Estamos hablando de una conspiración arqueológica? Lo cierto es que las conclusiones de Un Nui son excesivamente desestabilizadoras para la ciencia moderna y un hallazgo así sería difícil que no cayese en manos del ejército. Al menos hasta que se produzca otro incidente similar…
¿Qué os ha parecido el enigma de los discos dropa? Si os ha gustado la entrada os invitamos a ver un programa que hicimos sobre tres ooparts que también son desconocidos para la ciencia. Esperamos que el programa sea de su agrado.
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