Abren en la ciudad de San Francisco un restaurante en el que se puede encargar la comida, pagarla y comer sin tener que hablar con ningún ser humano.
La comida es elaborada fuera de la vista de los clientes y aparece en cubículos con los nombres de los clientes escritos en sus puertas.
Parece que el proceso de deshumanización generalizada no ha hecho más que empezar…