Tras un respiro en las últimas semanas, vuelven los bruscos recortes en las Bolsas europeas ante los renovados temores a una doble recesión. Todos los principales índices del Viejo Continente han registrado fuertes caídas, en la que es la tercera peor jornada del año.
A excepción de Londres, el resto de las principales plazas se han desplomado más de un 4% en el cierre de los mercados, aunque el mayor batacazo lo ha sufrido Fráncfort, con un retroceso del 5,3%. Milán ha recortado su descenso y ha terminado con una contracción del 4,8%. Madrid y París han acabo igual y han cedido un 4,7%.
Las «desafortunadas» palabras de la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), alertando de riesgo de recesión «global inminente», han sido determinantes para los inversores. De nada han servido las declaraciones del presidente de la Comisión Europea, contradiciendo a Christine Lagarde.
«Hay una extremada sensibilidad de los mercados a las malas noticias», afirma Alberto Roldán, director del departamento de renta variable de Inverseguros. En su opinión, «no era ni de lejos el momento» para alertar al mundo con una previsión que, pese a estar incorporada en las expectativas, «se interpreta como un mensaje oficial».
Pero los datos están sobre la mesa. Esta misma mañana se ha conocido una nueva caída del sector servicios de la zona euro, que registró su menor crecimiento en dos años.
El viernes, en EEUU se anunció un estancamiento del empleo en agosto. En España se supo que el paro subió de nuevo, tras cuatro meses de caídas y en Grecia, que su Producto Interior Bruto (PIB) se desplomará nada menos que un 5% este año.
Y para más inri, la troika formada por el FMI, la UE y el BCE no termina de cerrar el segundo rescate del país heleno.
Lo cierto es que la semana «promete ser muy volátil», apunta Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4. Y es que, no faltan las referencias macroeconómicas, con la reunión de tipos del BCE y la publicación del Libro Beige de la Reserva Federal de EEUU sobre la economía del país. Además, en Alemania se vota su participación en el rescate griego.
Habrá que esperar a mañana martes para comprobar la reacción de Wall Street a los renovados temores de recesión, donde este lunes la Bolsa no abre por ser el Día del Trabajo. Esta inactividad provoca, también, «movimientos más intensos de lo habitual» por el bajo volumen de negociación, apunta Soledad Pellón, analista de IG Markets.
La prima de riesgo acusa los miedos
La prima de riesgo también rebota con fuerza, pero en sentido inverso. Los inversores de deuda soberana buscan refugio en el bono alemán, dejando su rentabilidad en mínimos del 1,87%, mientras que el diferencial con el bono español se amplía hasta los 340 puntos.
El diferencial del otro país periférico en la diana, Italia, tampoco le va a la zaga y escala hasta los 370 puntos. Las dudas sobre el país vecino se recrudecen después de que se advierta sobre su posible incumplimiento del objetivo de crecimiento para este año. Fuentes del Gobierno afirman que la tasa quedará por debajo del 1%, según Reuters.
A mediados de agosto, el Banco Central Europeo salió al ‘rescate’ de ambos países con la compra de deuda soberana, lo que permitió relajar sus primas desde la cota peligrosa de los 400 puntos hasta situarla por debajo de los 300 puntos. Sin embargo, ese umbral de estabilidad apenas ha durado un par de semanas.
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