Se sabe que el reinado de los dinosaurios llegó a su fin cuando un gigantesco asteroide impactó contra la Tierra hace 66 millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que este colosal objeto no estaba solo.
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
Científicos de la Universidad Heriot-Watt, en Escocia, han encontrado evidencia de que una segunda roca espacial devastadora golpeó la Tierra en el mismo año. Este segundo asteroide medía alrededor de 500 metros de ancho y se estrelló cerca de la costa de la República de Guinea, en África Occidental.
«El evento más cercano que los humanos han presenciado a algo así fue el de Tunguska en 1908, cuando un asteroide de 50 metros entró en la atmósfera terrestre y explotó en los cielos de Siberia», explicó el Dr. Uisdean Nicholson, quien lideró el estudio.
El primer indicio de este segundo asteroide fue descubierto en 2022, mientras el Dr. Nicholson y su equipo estudiaban datos de reflexión sísmica del lecho marino en el Atlántico. Los datos revelaron una depresión de casi nueve kilómetros de profundidad, que el equipo sospechaba podría ser un cráter de impacto.
El Dr. Uisdean Nicholson presentando sus hallazgos a científicos a bordo de un barco de perforación.
Ahora, los investigadores han tomado nuevas imágenes sísmicas en alta resolución y en 3D de la depresión, confirmando sus sospechas. El cráter, que ha sido denominado Nadir, se formó cuando un asteroide impactó la Tierra hace unos 66 millones de años, coincidiendo en edad con el asteroide que acabó con los dinosaurios.
«Los cráteres en la superficie suelen estar muy erosionados y solo podemos observar lo que está expuesto, mientras que en otros cuerpos planetarios generalmente se muestra solo la expresión superficial. Estos datos nos permiten crear una imagen tridimensional completa y analizar el cráter en todas sus capas», comentó el Dr. Nicholson.
En 2022, los investigadores estimaron que el asteroide tenía un tamaño de aproximadamente 400 metros de ancho. Sin embargo, las nuevas imágenes indican que era aún más grande.
Mapa que muestra la ubicación del cráter Nadir y los conjuntos de datos sísmicos y de perforación. Crédito: U. Nicholson et al., 2024.
«Ahora creemos que medía entre 450 y 500 metros de ancho, basándonos en el tamaño del cráter revelado por los datos 3D», afirmó el autor principal del estudio. «Podemos deducir que el asteroide se desplazaba en un ángulo de entre 20 y 40 grados desde el noreste, por las crestas en espiral formadas por las fuerzas de empuje que rodean el pico central del cráter, las cuales solo se generan tras un impacto oblicuo a baja inclinación. Estimamos que habría impactado la Tierra a una velocidad de aproximadamente 20 km por segundo, o 72.000 km por hora, aunque aún necesitamos confirmar esto con nuevos modelos de impacto».
Basándose en estos datos, los científicos han creado una cronología de lo que creen que ocurrió: desde la colisión inicial hasta un tsunami de más de 800 metros de altura que se desplazó a lo largo del océano Atlántico.
Mapas de profundidad y atributos sísmicos que muestran patrones de deformación en la estratigrafía superficial del objetivo, fuera del borde del cráter. Crédito: U. Nicholson et al., 2024.
«Después del impacto y la formación del pico central, los sedimentos blandos que rodeaban el cráter fluyeron hacia el fondo del cráter evacuado, creando un borde visible», explicó el Dr. Nicholson. «El terremoto generado por el impacto parece haber licuado los sedimentos bajo el lecho marino de todo el altiplano, causando la formación de fallas. El impacto también estuvo asociado con deslizamientos de tierra masivos a medida que el borde del altiplano colapsaba bajo el océano».
«Además, encontramos evidencia de una serie de olas de tsunami alejándose y luego regresando hacia el cráter, con grandes cicatrices de resurgimiento que preservan rastros de este evento catastrófico», añadió.
Aunque han pasado 116 años desde que se observó un asteroide similar, probablemente no falte mucho para que otra gran roca espacial amenace nuestro planeta. La NASA predice que el asteroide Bennu tiene una probabilidad de 1 en 2.700 de impactar la Tierra el 24 de septiembre de 2182. Otros, más agoreros aún, siguen preocupados por la probabilidad estadística de que el apocalíptico asteroide Apofis se desvíe e impacte la Tierra en abril de 2029.
Fuente: HWU/DM. Edición: MP.
El asteroide que aniquiló a los dinosaurios no estaba solo, determina nuevo estudio